¡𝐂𝐚𝐳𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐦𝐢, 𝐌𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨! [ɢᴀʀᴏᴜ x ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀ] [ᴏɴᴇ ᴘᴜɴᴄʜ ᴍᴀɴ]

«- CUATRO -»

CAPÍTULO 4

|MUDANZA Y "ESCONDITE PROVISIONAL"|

RIN

Poco a poco mi cuerpo retomaba consciencia, la movilidad de mis extremidades y control total sobre él. Un molesto rayo de sol se colaba por una de las ventanas rotas del abandonado lugar dando justo en mi cara. Maldecí por lo bajo y apoyé ambas manos en el pecho de Garou. Miré a todos lados y con sumo cuidado intenté enderezarme pero una fuerte opresión en mi cintura me lo impidió. Al echarle un ojo por encima de mi hombro me topé con los dos brazos del peli plateado enrollados alrededor de esta e inevitablemente el sentimiento de nostalgia me golpeó de pronto haciéndome recordar una memoria bastante parecida a esta.

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— ¡Abuelo, Abuelo, Tengo miedo! — Gritaba una pequeña Yo golpeando una y otra vez la puerta de la habitación de mi abuelo.

Era una noche horrible. Llovía a cántaros y tronaba como si el cielo estuviese enojado con todos nosotros, más de un relámpago había impactado cerca del Dojo por lo que cada vez me daba más miedo. Tenía muchísimo miedo y mi abuelo no quería abrirme la puerta, creo que él me dirá que es una idiotez.

— Abuelo... — Dije sollozando. No abría la puerta y me había cansado de insistir. Mi pequeño puñito cayó a un lado de mi cuerpo y, arrastrando mi peluche de conejo, me regresé a mi habitación. Al llegar a la puerta de mi dormitorio, un ruido detrás de mi me hizo saltar y girarme ahogando un grito al ver a Garou de brazos cruzados. Inevitablemente me sonrojé y agaché mi cabeza esquivando su mirada.

— Siento mucho si te desperté, no era mi intención...

— ¿Sigues aterrada de los malditos truenos? — Asentí aún más sonrojada de la vergüenza. Mis oídos captaron su suspiro hastiado antes de acercarse a mi y tomar mi muñeca jalándome en dirección a su habitación. — Garou, Espera, ¿Qué haces? — Pregunté tropezándome con mis pies sin caer con mis ojos finos en su nuca.

— Es patético que una chica de dieciséis años se espanté con una tormenta. — Dijo y cerró la puerta detrás de mi una vez estábamos ambos dentro. — lo sé— Admití con un tono bajo, por otro lado, él bufó risueño antes de tomarme en sus brazos y cargarme hasta colocarme sobre su futón. Casi al instante me intenté levantar pero este lo impidió. —Garou, es tu cama, no puedo aceptarlo. — Su lengua chasqueó para luego alejarse y recostarse de la pared, dejando extendida una pierna y la otra recogida, su brazo apoyado sobre su rodilla alzada y su otro brazo sobre su torso.

— Baaaakaa, duérmete. Prefiero dormir aquí que en ese molesto Futón. — Negué lentamente. Tomé un mechón de mi cabello comenzando a jugar con él nerviosa, mis ojos buscaron el rostro de él topándome con su intensa mirada dorada dejándome sin palabras de golpe.