«- TREINTA Y OCHO -»

154 13 7
                                    

CAPÍTULO 38

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


CAPÍTULO 38

| DOLORES DE CABEZAS |


RIN



— ¿Lista? — Inspiré aire y asentí rápidamente, — Bien, ven con todo, no tengo pensado perder.

Sonreí de lado, — Yo tampoco, Gary. — Sentencie echando mi pie derecho hacia atrás y recargué mi peso hacia al frente.

¿Seguro que aún no quieres romper el vínculo?

Sí, Rin-dono. Por el momento, prefiero que usted lo utilice, aunque sea solamente para tener entrenamientos básicos.

Sí así lo prefieres, me parece bien.

Junté mis dedos y cuando estaba lista para romperme los dedos sentí un golpe directo a mi estómago que me envió lejos. Abrí los ojos a mas no poder y noté la figura oscura de Garou aproximándose a mi, giré hacia un lado y me coloqué de pie rápidamente. Escupí algo de sangre y miré fijamente al joven frente a mi. No había tenido nada de tiempo de tan siquiera activar mi poder, la incertidumbre me había azotado y ahora estaba más a la defensiva que nunca.

¿Desde hace cuando se había vuelto tan rápido?

— ¿Qué? — Preguntó riendo bajo — Te dije que ya era el mismo de antes.

— Me sorprendes, Gary, debo reconocerlo. Es como si hubieses sobrepasado tus límites. — Confieso tomando algo de aire para tranquilizar el dolor que se instalaba en mi torso.

— ¿Qué comes que adivinas? — bufa — Es exactamente eso. Ahora, dejemos de lado tanta platica, mejor sigamos en lo divertido. — Suspiré y en un abrir y cerrar de ojos estaba frente a mi dirigiendo una patada que apenas y pude esquivar.

— ¡Deja que active mi poder, tramposo! — Exclamé retrocediendo, manteniendo mi equilibrio, y rehusándome a recibir un solo golpe de los que estaba lanzando. Las ondas de impulso que se dispersaban el aire eran la prueba más clara de que sí eso lograba darme estaba fuera de juego.

— Inténtalo sí puedes. 

Fruncí el ceño y cuando lanzó un puñetazo moví mi cabeza hacia un lado dejando que estampara sus nudillos contra uno de los altísimos árboles que rodeaban la cabaña. Aproveche que atravesase la corteza estancándolo y huí hacia la parte frontal de la cabaña; Garou no tardó mucho en disponer la fuerza necesaria para sacar su puño y girarse hacia mi. Este era el momento indicado para liberar a Mikamutojo así que sin dudarlo, uni lo dedos y rompí todos. La sensación de volvió por instantes nostálgica, cerré los ojos y observé tranquilamente como todo se oscurecía dejando únicamente el Aura brillar. Ya no sentía Es Soledad que caracterizaba este lugar, ahora era cálido y no habían arañazos o sensaciones asfixiantes. 

¡𝐂𝐚𝐳𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐦𝐢, 𝐌𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨! [ɢᴀʀᴏᴜ x ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀ] [ᴏɴᴇ ᴘᴜɴᴄʜ ᴍᴀɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora