¡𝐂𝐚𝐳𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐦𝐢, 𝐌𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨! [ɢᴀʀᴏᴜ x ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀ] [ᴏɴᴇ ᴘᴜɴᴄʜ ᴍᴀɴ]

«- CINCO -»

CAPÍTULO 5

| INTERRUPCIÓN DE VIDA O MUERTE|

RIN

Si les soy sincera, No tengo palabras para expresar lo bien que me siento en estos instantes. Garou, sentado frente a mi, devorando cada platillo como si no tuviera fondo mientras yo comía lentamente observándolo con una sonrisa de lado, Justo con en los viejos tiempos. Es algo difícil de explicar mis sentimientos, prácticamente adoraba a ese albino con todo mi ser, aunque no dejaba de lado el pequeño resentimiento que tenía hacia él por haberme dejado sin contactarme.

No pude disimular verlo fijamente mientras llevaba las cucharadas hacia mi boca notando cómo él detenía sus manos y bajaba el plato colocándolo suavemente sobre la mesa dirigiendo sus ojos hacia los míos conectando nuestras miradas.

— ¿Tengo algo en la cara? — Negué rápidamente pasando la comida — ¿Por qué me miras tanto? — Le escuché decir y observé cómo apoyaba sus antebrazos cruzados sobre la mesa inclinándose hacia delante acercándose más a mi aunque aún se mantenía distancia por la distancia de la mesa. — Por nada. — Respondí simple sin dejar de sonreír para volverme a concentrar en el almuerzo.

Garou arqueó su ceja izquierda antes de regresar a su lugar y tomar el plato entre sus manos y devorar todo. No pasaron más de quince minutos cuando ya había terminado de comer, devoré lo poco que tenía sobrante el mi recipiente antes de levantarme y recoger los platos para llevarlos hasta el fregador. Sentí a Garou seguirme casi pisándome los talones hasta dejar sus platos a un lado, lo miré de reojo viendo cómo se recostaba de la pared detrás de mi. Sentía a la perfección sus ojos puestos en mi, era una presión que se ejercía en mi espalda y hacía que mis manos temblaran y mis piernas flaquearan. Inconscientemente mordí mi labio inferior mientras deslizaba la esponja por la superficie fina de la cerámica.

— ¿Hace cuanto no entrenas? — Le escuché preguntar a Garou detrás de mi, su tono de voz más grave que antes. Detuve mis manos y cerré el grifo dándome la vuelta para encararlo. Mis ojos buscaron los suyos fundiéndose en una sola mirada. Sus orbes dorados brillaban más que nunca y sus expresiones eran ligeramente remarcadas.

— Creo que desde hace tres años — Respondí después de haber permanecido unos minutos en silencio sacando las cuentas en mi cabeza. — ¿Por qué lo preguntas? — Cuestioné inclinando mi cabeza a un lado con el gesto fruncido.

— Estás más gorda — Dijo con un tono simplón, tirando a burlón. Unos escalofríos me recorrieron la espina dorsal mientras me dedicaba a simplemente observar cómo se reía como si hubiese dicho el chiste del ciclo.

— Tsk, Eres un Idiota — Le grité regresando a los platos abriendo nuevamente la llave del grifo dejando correr el agua a toda presión. — Ya, Ya, Venga, No te enojes fue solo una pequeña broma. — Lo escuché decir detrás de mi, y cuando digo "Detrás" es porque literalmente sentía su cuerpo pegado a mi espalda y sus manos apoyadas sobre mis hombros, su aroma se colaba por mis fosas nasales embriagándome en él. Su rostro estaba a centímetros de mi oído derecho poniéndome el triple de nerviosa al sentir sus labios hacer roces son mi piel mientras hablaba.