6

374 57 24
                                    


— ¿Te apetecería quedarte un poco más junto a mí? —inquirió Charlotte, tímida— Por favor, permíteme recompensarte la actitud tan indeseable que he tenido contigo durante todo este tiempo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Te apetecería quedarte un poco más junto a mí? —inquirió Charlotte, tímida— Por favor, permíteme recompensarte la actitud tan indeseable que he tenido contigo durante todo este tiempo.

Mía miró a su alrededor, un tanto aturdida.

¿Realmente le estaba hablando a ella o todavía quedaba alguien más por despedir? ¿Realmente había escuchado bien? ¿Charlotte acababa de ofrecerle pasar más tiempo con ella? ¿Pero qué sucedería con su agenda planificada hasta el más mínimo detalle?

— Y-Yo... mmm... —comenzó a decir entre tímidos tartamudeos— ¿Puedo hacerlo?

Charlotte realizó un gesto de afirmación con su cabeza hasta en un par de ocasiones, demostrando así lo muy entusiasta que se encontraba por el hecho de no haber recibido una respuesta negativa por parte de Mía.
Al menos por el momento.

— Sí —afirmó— De hecho, me encantaría que aceptaras mi propuesta, Mía.

Charlotte le regaló otra de esas hermosas sonrisas cargadas de absoluta sinceridad, provocando que Mía volviera a sonreír por un acto reflejo. Entonces, asintió de forma tímida, aunque en su fuero interno estuviera gritando por la emoción de saber que podría permanecer junto a la artista otro ratito más, aunque se tratara de poco tiempo.

— ¿Estás segura de que no te molestaré? —inquirió— Porque no me gustaría interrumpir tu agenda, o atrasar tu trabajo, y que por mi culpa t... —

Charlotte estaba convencida de que confesarle la verdad tras aquella invitación no sería la opción más adecuada, puesto que no sabía cómo decirle que había acortado de una forma totalmente voluntaria la duración del encuentro con los fans para poder permanecer un rato más a solas junto a Mía. Es decir, simplemente no podía hacerle saber que si le estaba ofreciendo aquella invitación era, básicamente, porque quería estar junto a ella sin la necesidad de tener que moderar su comportamiento, atosigada por las miradas de otros sobre ambas de forma constante, por lo que no interrumpiría, ni tampoco atrasaría su trabajo.

— Sígame por aquí, señorita —la interrumpió Charlotte, realizando una pequeña reverencia mientras señalaba la salida— Le mostraré que una de mis fantásticas cualidades es ejercer de guía turística —prosiguió, provocando que Mía comenzara a reír por sus pequeñas tonterías— Todavía no me sé el recorrido con claridad, pero usted sígame la corriente mientras improviso alguna historia.

— ¿Significa eso que no puedo hacer preguntas? —inquirió Mía con suma diversión, comenzando a olvidarse por momentos de la distancia artista-fan que las separaba.

Los labios de Charlotte se fruncieron en una mueca.

— Efectivamente, señorita —comentó en respuesta— Me pondría en un gran apuro, por lo que no están permitidas las preguntas relacionadas con fechas de construcción, cuántos fantasmas recorren estos pasillos por las noches y demás, por favor.

Pídeme como deseo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora