Capítulo 12

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La mañana da a resplandecer el Sol a la esquina de su salida, adueñándose del terreno donde las estrellas se daban lugar a su brillo. Algunas nubes decorando el cielo, los habitantes de la ciudad continúan con sus sueños al ser un domingo, día de la semana que más sacan provecho para descansar o hacer actividades, las cuales no pueden por el tiempo o por no ser el mejor momento.

Un ruido de bajo volumen y corto, es soltado por el reloj alarma de Lincoln, joven albino que descansa en su cama sin intenciones de levantarse, estando sumergido en su sueño. Tapado con una manta abrigada, el joven posa una posición cómoda, con los ojos cerrados, mientras que en la mesa de noche el reloj marca la hora. 7 A.M. la hora que habitualmente el joven despierta, siendo esta una ocasión de excepción, aun después de haber pasado otro momento autolesionando sus seguridades con los pensamientos que lo amarran al pesimismo.

En un caso distinto pero a la vez no tan lejano, en los cuartos de sus hermanas, estas siguen en sus placidos descansos, en casos de algunas de ellas abren los ojos, pero niegan y vuelven a recostarse. Solo algunas tuvieron un insomnio similar al del albino, siendo Luan por sus inseguridades del tema de Lola, la ausencia de su hermana rockera, y la preocupación que le trae esta última por un incidente que surgió la última vez que se fue a tocar. La otra es Lori, pensando en su hermano, más específico en la situación que está, y ni siquiera sabe si él al menos está enterado, porque si fuese el caso él hubiese estado disculpándose de rodillas, o querer aclarar o excusar si de verdad haya hecho algo.

En todo el desorden de su mente, llega a la conclusión de tener la necesidad de hablar con Lincoln. Provocando que otro río de dudas surjan, el inicio de este con la pregunta del, ¿por qué antes no que habló? Así las cosas, puede que hayan avanzado a su conclusión, y no a la disolución de sus hermanas, siendo obvio al ver como algunas ni se hablan, o el hecho de que las actividades de sus hermanas se congelaron, algo que al saber que Luna se haya ido a tocar, le dio la sensación que esta volviendo al curso normal a la situación. Cayendo dormida con el objetivo de hablar con él, que les aclare sus dudas e informarle de la situación si es que no está bien ubicado.

Una decisión es tomada pero aún no ejecutada, puede que llegue a ser entrometida por la llegada de la cansada Luna.

—¡L-Llegue! —celebra consigo misma la hermana rockera cuando entra al hogar, la satisfacción de cumplir su objetivo, la respiración costosa hace que le complique su integración a su estado normal, siendo este al expulsar el oxígeno por su boca, le secaron su garganta, otro indicio de estar tan cansado—. Estoy por morirse, necesito beber algo —tomando una extensa exhalación por su nariz, adapta una posición recta para caminar, quejándose en el primer paso por su dolor de rodilla. Culpable de su retraso, pero por el tiempo la corta hemorragia dejó de expulsar su sangre, pero aún mantiene los residuos que había en la acera. 

Caminando arrastrando su pierna izquierda, se apoya con lo más cercano, siendo ahora el caso de sofá, avanzando y decidida de ir a la cocina, beber algo para pensar en los que hará.

Bajando el vaso de vidrio, haciendo que el choque de la superficie de recipiente contra la mesa de los menores haga un sonoro ruido. Observando el jugo de naranja, removiendo su líquido por olas, en él se puede reflejar a ella misma, aunque sin mucha claridad. Con una mirada seria, persiste en la posición la cual ha bajado el vaso.

—Debo hablar con papá y mamá, eso es muy obvio, pero ¿cuándo? Si lo hago ahora será muy repentino y puede que lo tomen como una broma, o les afecte bastante, más de lo que les debe de afectar. Pero si lo hago más tarde, puede que Lana o incluso Lisa sean víctima de él, ¿qué hago?... Esto no hubiera pasado si Lincoln no le haría eso a Lola, ¡acaso no puede solo masturbar su corto y precoz pene! —los quejidos con claras señales de enojo, Luna aprieta el vaso, siento tanta la fuerza que empieza a temblar al querer aplicar aún más. Sus cejas se arquea para abajo, abriéndose sus labios mostrando sus dientes, siendo otra señal el estar con todo su cuerpo rígido por la impotencia de poder decidir.

 MelancolíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora