Parte VII

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09:00

Me detuve a las afueras del edificio hermanos Shelby para esperar al chofer que me llevaría hasta los muelles, el enorme abrigo de piel negro se resbalaba de mis hombros, encendí el cigarrillo para dar una calada que se me metió por la garganta apretándome el pecho, el primer cigarrillo siempre era así.

– Señorita Fifika – Mi mirada se encontró con la de un muchacho joven que cambiaba hasta mí con su traje de chofer mientras arreglaba su sombrero – Soy Matías, su nuevo chófer.

– ¿Dónde está George?

– Él... – Titubeó un par de segundos mientras su mirada pululaba sobre mi rostro, era una trampa, abrí mi pequeño bolso para buscar en el interior.

– Oh mierda, olvidé algo en mi oficina, dame un segundo – Me giré antes de que pudiera decirme algo, tenía la piel erizada, y un nudo en la boca del estómago – Márcale a Thomas ahora dile que es urgente – ordené a la secretaria en el vestíbulo quien luego de marcar me pasó el teléfono.

– Tommy, baja aquí, mi nuevo chófer quiere secuestrarme.

– ¿Qué nuevo chófer? ¿dónde está George?

– Exacto Tommy.

– Voy de inmediato – Le regresé el teléfono a la rubia para salir del edificio.

– ¿Está usted lista?

– Solo un segundo, mi hermano Thomas vendrá conmigo – El muchacho palideció por un par de segundos asintiendo torpemente, cada vez se hacía más obvio que alguno de nuestros enemigos había enviado al joven para deshacerse de mí al parecer, como su primer trabajo.

– ¿Lista Fifi? Nos están esperando – anunció Thomas arreglándose las solapas del largo abrigo, vestía un traje de tres piezas cuya gillette y camisa eran de un suave color celeste pastel, saludó al nuevo chófer estrechando su mano con firmeza y plantando la mirada severa sobre los ojos nerviosos del rubio muchacho.

Tomé la libreta, anotando todo lo que Thomas me iba dictando, las cosas en las que debía fijarme para despachar los barcos correctamente, las características de los carros, tomó la libreta y escribió un par de palabras en las hojas.

Sonrió.

– Entra al hangar, linda – Ordenó Thomas estirándome su mano para ayudarme a bajar del automóvil obedecí rápidamente, haciendo que los tacones resonaran en el asfalto afuera del hangar mientras Thomas se quedaba con el chófer.

10.00

El hangar siempre estaba bastante oscuro, por lo que me costó un tanto enfocar la vista al recibir de lleno el halo de luz que se metía por la pequeña ventana en la parte de arriba iluminando a Henry Valley como si fuera una estrella titilando en lo alto del cielo, llevaba un largo abrigo de color gris y un traje de tres piezas marrón, sonrió abiertamente cuando escuchó el sonido de mis tacones aproximándose.

– Señorita Fifika.

– Señor Valley – Asentí a modo de saludo ofreciéndole una sonrisa coqueta que correspondió alcanzando mi mano para acariciarla con suavidad – permítame decirle que luce muy guapo esta mañana.

– No tan guapo como usted, Fifika – Sonrió acortando distancia que recuperó de inmediato cuando la puerta se cerró escandalosamente dejando entrar a Tommy a paso apresurado.

– Henry.

– Thomas – Se saludaron estrechándose las manos con fuerza mientras Thomas calaba su cigarrillo

– Arthur venía en un carro tras de nosotros, lo seguirán para ver qué sucede – Explicó mi hermano dándole una calada a su cigarro para observar largamente a Henry – así que, Henry, me agrada bastante verte.

La Shelby.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora