Parte XII.

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Esto lo hacemos todos juntites 😏😏

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Thomas Shelby.

El maldito de Solomons había tenido razón, casi como si hubiera viajado al futuro prediciendo cómo evolucionaría la situación, lo único en lo que había fallado había sido en que el maldito de Valley no la había dejado plantada el mismo día de la boda, Arthur se veía como un lobo enjaulado rondando la oficina de lado a lado, mientras John hacía temblar su rodilla subiendo y bajando el pie contra la alfombra verde.

– ¿Qué hacemos?

– No puedo creer que el maldito la dejara porque no le perdonó la vida a ese malparido – Gruñó Finn dejando caer su puño cerrado sobre el escritorio – ¿Qué mierda?

– ¿Qué mierda le pasa? – Lo secundó John reclinado la cabeza en el borde de la poltrona – ¿Vamos a dejarlo así?

– Fifika no quiere que hagamos nada.

– La humilló, Thomas – Reclamó Arthur aspirando su cigarrillo, me encogí de hombros lanzando un suspiro – Ada aún no termina de enviar los avisos de que se canceló la boda.

– ¿Acaso viste su maldito vestido? – Murmuró Finn aspirando su cigarrillo – Se veía preciosa en ese maldito vestido.

Apreté los ojos luego de observar a mis hermanos, Fifi tenía razón ¿Qué más podía pasarle? Y ¿Qué podíamos hacer nosotros para ayudarle?

– Envíala a Italia – Soltó Arthur pasándose una mano por el rostro – envíala con Polly, o con Ada, que se tome unas vacaciones de esta mierda – alcé la mirada al ver a Fifika en las puertas con los brazos cruzados.

– Espero que no se hayan reunido aquí para hablar de mí – Soltó cerrando tras de sí la puerta para acercarse pausadamente hasta nosotros, llevaba un vestido de terciopelo azul rey que se abrazaba a su cuerpo y un sombrero negro de ala ancha, si Henry se hubiera encontrado con ella en los pasillos de seguro se habría arrepentido.

– Solo queremos ayudarte hermana – Soltó Arthur levantándose para cederle con un beso su asiento.

– Estamos preocupados – Siguió John girándose a verla.

– A sido mierda tras mierda – Continuó Finn sentándose en mi escritorio para observarla.

– Queremos animarte – Le dije torciéndole una mueca al vernos descubiertos – ¿Qué podemos hacer?

– Bueno, para empezar dejar de hacer reuniones a mis espaldas para ayudarme – Se quitó los guantes lentamente – para seguir dejar de tratarme como si me tuvieran lástima, mi esposo murió en la guerra, mi hija murió, traté de suicidarme, mi novio me dejó a dos días de la boda – se encogió de hombros – lo último que necesito es que mis hermanos me tengan pena.

– Si eso está mal – Razonó Arthur calando su cigarrillo.

– Ajá – asintió ella rascándose la frente – ¿Podemos proseguir con la reunión?

– Bien cariño, en vista de que claramente necesitas despejar ese hermoso cerebro tuyo pero no quieres que hagamos como que nada pasó – Me acomodé en el escritorio abriendo uno de los cajones para sacar la carpeta negra – me ayudaras con esto, tengo unos tipos desde Glasgow que quieren problemas con nosotros, necesito ayuda para llegar a una solución.

– Quieres usarme.

– Vamos Tommy, la pobre viene saliendo de una situación con un imbécil – Exclamó Finn girándose a verme.

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