Día 4: Marriage

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Era una tarde lluviosa de otoño, las hojas de los arboles caían llevadas por el viento y la lluvia, ese día Giyuu había decidido salir en una cita con su novio Tanjiro, llevaban días posponiendo la cita por diversas situaciones hasta que artos ambos se escaparon de sus responsabilidades y salieron a caminar por los campos y carreteras de la localidad donde vivía Tanjiro.

La lluvia los tomo por sorpresa pero no por eso iban a terminar su cita ahí, corrieron tomados de las manos riendo como niños ante la sensación de las frías gotas en su rostro y terminaron refugiándose en un templo que había de camino a la casa de los Kamado, donde aún vivía Tanjiro con su familia y sus amigos.

Bajo la pagoda del pequeño templo veían la lluvia caer, los rayos y truenos no faltaban pero no podían importarles menos, apreciaban el hermoso paisaje que se desplegaba frente a ellos.

Giyuu llevaba semanas planeando pedirle matrimonio a Tanjiro, justo después de que el pelirrojo cumplió sus 18 años no podía dejar de pensar en proponerle irse a vivir juntos y estar juntos por lo que les quedaba de vida, no podían casarse legalmente pero un anillo en los dedos de ambos representaría eso y más.

Pero no habían podido reunirse, entre el trabajo de Giyuu y el de Tanjiro todo se pospuso, era una temporada alta para el cultivo, en lo que trabajaban los Kamado y sus amigos por lo que no iba a salir con su novio hasta que empaquetaran las verduras y las enviaran a vender.

Estaban a las afueras de Tokio, riéndose mientras veían la lluvia cuando a Giyuu se le encendió una bombilla en su mente, ambos amaban el agua y esa tormenta cerca de ser lo peor que les había pasado se había convertido en el escenario perfecto para la propuesta de matrimonio, solo ellos, el agua y la naturaleza a su alrededor.

Tanjiro veía ensimismado los rayos en el cielo cuando dejo de ver de reojo a su novio, quito los ojos del cielo y volteo a su lado derecho donde hace algunos segundos estaba Giyuu pero al no verlo bajo su mirada encontrándolo arrodillado con una pequeña caja de terciopelo azul entre sus manos y mirándolo tan intensamente que se le había olvidado como respirar.

-te amo Tanjiro, mucho más de lo que creí que amaría a alguien, has arreglado mi roto corazón uniéndolo con el más brillante oro, quiero verte sonreír a mi lado cada día de mi vida, verte despertar a mi lado, disfrutar de estos días de lluvia, ¿Te quieres casar conmigo?- pregunto abriendo la cajita dejando ver un par de anillos con forma de espada, de plata y con muy pequeñas piedras de esmeralda y zafiro.

Tanjiro se quedó sin palabras, sus piernas fallaron y termino cayendo de rodillas frente a su novio, lloraba y sonreía asintiendo mientras extienda su mano izquierda sintiendo como el frio anillo se calentaba en su dedo anular, con la manga de su abrigo quito las lágrimas de sus ojos y admiro su mano ahora adornada con su argolla de compromiso.

-ahora ponme el mío- sonrió Giyuu acercándose y abrazando a su novio dejando el anillo de él entre sus manos

Tanjiro le puso el suyo y lo abrazo como si el mundo fuera acabarse, se aferró a su abrigo negro llorando en su hombro mientras le susurraba lo mucho que lo amaba. Se quedaron bajo la pagoda del templo hasta que la tormenta se hizo llovizna, no les importo que ya fuera de noche ni que tuvieran llamadas perdidas en su teléfonos, era su momento de felicidad.

Y cuando Giyuu dejo en su casa a Tanjiro, se permitió presumir que ahora estaba comprometido con su precioso novio haciendo gritar a todos en la casa de los Kamado, Inosuke y Zenitsu admiraban el anillo de Tanjiro mientras Nezuko y sus papás felicitaba a Giyuu por haber tomado el valor necesario para pedirle matrimonio a su hermano, sus hermanos pequeños corrían emocionados gritando sobre la fiesta.

Como Giyuu trabajaba en Tokio no tardo en ir a Shibuya para hacer la cita para firmar los papeles del certificado conyugal, ese día le mando a Tanjiro una lista de todos los papeles que debía llevar. La cita les fue dada para una semana después.

Y el día de la firma llego, Tanjiro se había arreglado un poco más de lo normal, pantalón negro de vestir, camisa color menta, zapatos negros y tenía guardado un moño con rombos negros y aguamarina que no sabía si usar o no, llego en tren bala a la casa de Giyuu quien ya lo esperaba afuera con un traje negro y camisa azul obscuro, su coleta de caballo la llevaba un poco más alta de lo normal y se notaban más arreglada.

Tomados de las manos fueron hasta Shibuya, al oír su turno se acercaron a la barra en donde les revisaron los papeles que habían solicitado y les pidieron que llenaran el certificado, firmaron y listo, eran esposos.

Saliendo fueron a comer a la casa de Giyuu quien había preparado soba fría para celebrar, de sorpresa llegaron Inosuke, Zenitsu, Nezuko y su familia y algunos amigos de Giyuu quienes iban a celebrar el matrimonio de sus seres queridos.

Si bien, no eran del todo esposos en Japón, si tenían ese rango de cónyuges que era lo más cercano que podían estar a ser legalmente esposos en todo Japón, pero no les preocupaba, tenían sus manos, corazones y futuros entrelazados y un papel solo les permitía hacerlo legal, porque real ya era.

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Notas finales- La verdad, no puedo imaginarme a estos dos en una gran boda, siento que sus personalidades dan para algo mas intimo y familiar, no una mega fiesta en donde invitan a toda la ciudad, eso déjenselo a Zenitsu.

GiyuuTan week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora