Día 6: Festival

2.4K 177 50
                                    

Después de Muzan y de que todos los que estuvieron involucrados en aquella pelea regresaran a sus vidas o intentaran hacerlo ya que para los únicos tres pilares que quedaron solo sabían matar demonios y ahora que ya no había empezaban a vivir realmente.

Giyuu visitaba constantemente la casa de los Kamado, los hermanos lo querían mucho y se sentía muy a gusto ahí, cada que pasaba la entrada sentía que sus fantasmas del pasado se quedaban atrás y lo hacía sentirse tranquilo y en paz.

Se acercaba primavera y las flores de cerezo ya estaban en su punto más alto de florecimiento, ese día la casa de los Kamado estaba a reventar, no solo estaba Giyuu, estaba también Uzui con sus tres esposas, Sanemi, Kanao y Aoi, todos arreglándose para ir juntos al festival que organizaba la aldea donde vivían los Kamado.

Las chicas estaban en un cuarto acomodando y arreglando sus yukatas, se peinaban y reían al hacerse bromas, mientras que los chicos se limitaban solo a vestirse, Tengen no dejaba de presumir su cuerpo y las marcas que sus esposas le habían hecho haciendo sonrojar a Tanjiro y que Zenitsu gritara aterrado.

Giyuu veía de reojo a Tanjiro quien evitaba ver al expilar del sonido intentando acomodar su cinto pero sin llegar a tener éxito por lo que el pelinegro se acercó a él y tomo el cinto, Tanjiro enrojeció pero se dejó hacer levantando un poco sus brazos dejándole espacio suficiente para que quedara bien acomodado.

-parecen novios- grito Inosuke quien llevaba una yukata azul con caritas de jabalí, la había pintado Nezuko especialmente para el

-cállate- grito avergonzado Tanjiro con las mejillas rojas cuál cereza

-quiero estar así con mi Nezuko- lloriqueo Zenitsu quien llevaba una yukata amarilla con rayos, igualmente pintada por su ahora novia, Nezuko

-si siguen van a hacer que se desmalle- bromeo Giyuu terminando de apretar el nudo de la yukata de Tanjiro

Tanjiro llevaba una yukata color azul cielo con pequeños soles, así como sus aretes, su hermana lo había hecho para él y para Giyuu había conseguido una tela estampada con olas del mar. Sanemi llevaba una color gris bastante sencilla mientras que la de Uzui era una que brillaba más que el sol al amanecer, no sabina ni de que tela estaba hecha solo sabían que dolía verla.

Cuando los chicos salieron, las chicas ya estaban afuera de la casa contando historias de sus primeros festivales. Nezuko vestía una yukata rosa intenso que se iba degradando a rosa pálido y su cabello estaba recogido en un chongo alto; Aoi y Kanao llevaban yukatas a juego con tonos morados y azules, sus características mariposas pero peinadas igual que Nezuko y por ultimo las esposas de Uzui tenían yukatas que empezaban rojas en los pies y terminaban naranjas en sus hombros.

Zenitsu corrió a abrazar a Nezuko y decirle lo guapa que se veía haciéndola sonrojar, Inosuke se limitó a tomar la mano de Aoi y darle un beso en la mejilla, la chica lo golpeo en el estómago y empezó a correr siendo seguida del amante de los jabalíes seguidos por Sanemi quien gritaba que tuvieran cuidado o se podía caer, las esposas de Uzui se arremolinaron a su alrededor y al final quedaron solos Giyuu, Kanao y Tanjiro.

Los tres fueron caminando platicando un poco de sus nuevas vidas, ambos chicos cuidaban mucho a la chica ahora ciega, la querían como a una hermana y ella los quería de igual manera, pero también sabia entender a la serpiente que ahora era su acompañante la cual le decía que esos chicos querían estar solos aunque sea un momento cosa que Kanao entendía.

Hacia algunas semanas Tanjiro le había preguntado sobre sentirse enamorado del Tomioka cosa que ella entendió y rió de ternura al tener ahí a quien prácticamente venció a Muzan estando nervioso por sus sentimientos hacia el expilar del agua.

GiyuuTan week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora