Todas las estrellas ahora habían caído en el cielo de Londres. Las avenidas se encontraban repletas: Llenas de personas; la nieve cayendo sobre los techos; los londinenses hacían sus intercambios de obsequios y repartían ya sea amor o felicidad por todo ese ambiente. Los había conmovido un sentimiento muy especial que sin saberlo, Karin y Sebastian habían transmitido.
Se aproximaban cada vez más rápido a la mansión, Sebastian no estaba seguro si todo iba a salir tal como habían planeado.
Dio un gran suspiro.
-Sebastian..- Su ama suspiró.
Aprovechó ese momento para detenerse y posarse sobre una casa humilde donde el techo podía caerse en cualquier momento.. Vaya. Inteligencia.
Aunque sea un demonio, todo por ahorrar algo de tiempo y hasta aprovechar cada momento junto a su ama.
-¿Si, My Lady?- Le preguntó.
-Mmmm… ¿Por qué me pediste una cita, para comenzar?- Era realmente curiosa, y no tenía nada de malo. Claro que en un momento así de repentino Sebastian le había pedido una cita y en ese momento juntos como mayordomo y ama, sutilmente era algo extraño.
¿Habría que contestarlo? ¿En serio? Mmm.. Era casual hacerse ese tipo de preguntas, pero… ¿De verdad era tan necesario?
-Será mejor que espere llegar a la mansión, joven ama.- Le dijo.
Ésta suspiró.
Así entonces, el tiempo que su mayordomo quería que fuera lento, se fue más rápido que cualquier otro; y no podía ir caminando, Karin sospecharía (si es que no sospechaba más aún). La nieve comenzaba a caer más haciendo imposible a algunas personas salir de sus automóviles; pasarían la navidad adentro, o hasta que Scotland Yard arribara.
Se acercó a la puerta, aun cargando a su joven ama. Ésta lo miró.
-¿No me has bajado?- Inquirió. Su mayordomo sonrió.
-Confíe en mí.. Yo nunca miento.- Sólo eso le dijo.
Suspiró nuevamente; tomó la aldaba tocando la puerta.
Dentro de la mansión, no podía faltar el pánico, más ya todo estaba listo.
Se abrieron las puertas de par en par, todo repletamente obscuro.
-Sebastian, la luz- Le dijo.
Éste la dejó ahí, en medio y en la obscuridad.
Karin frunció el ceño.
-¡Sebastian! ¡No me dejes aq…!
Las puertas se cerraron, un acogedor ambiente la recibió: El ataúd que colgaba arriba de ella se llenó de luces formando un bello árbol de navidad. Entonces las luces comenzaron a extenderse hasta llegar a los extremos y esquinas; la iluminación mostró en el techo el cielo nocturno como una ilusión; pronto comenzó a iluminarse el suelo como si se encontraran en un salón de fiestas, todos los muebles habían sido removidos y el olor a hierbabuena y menta (no podía faltar el aroma a pino) se extendió.
La mesa llena de comida preparada con una apariencia apetitosa que habría el hambre se iluminó con velas rojas y blancas.
El muérdago colgaba arriba de la enorme chimenea que daba un cálido y acogedor fuego.
Su hogar ahora era abrigador y el espíritu navideño florecía.
Todo se había adornado maravillosamente semejando un bosque nocturno y el árbol de navidad más increíble que pudo haber surgido para ella en sí.
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La estrella del pino - OVA 1era temporada (Tan sólo soy... Yo)
RomanceOVA de "Tan sólo soy... Yo" Karin Phantomhive tiene que seguur las tradiciones de su familia. La Navidad se aproximaba, y todo queda a manos de nada menos que de su sensual y talentoso mayordomo Sebastian Michaelis. Junto con Grell Sutcliff, William...