[06]

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Un mes después.

YoonGi maldijo cuando el teléfono de JungKook cayó ocupado en su sexto intento de que contestara. Su mirada nerviosa se paseó hasta llegar a Minjae, el pequeño niño jugaba con algunos juguetes sobre la alfombra de la sala mientras que él estaba que lo partía un rayo.

Su celo había atacado con fuerza, demasiada para lo que había sentido en los últimos meses pero considerando el hecho de que se había vuelto a cruzar con Park Jimin en su vida, no tenía que pensarlo mucho para saber cuál era el motivo.

Su lobo omega pedía ir con el alfa en cuanto lo sintió nuevamente. El siempre tentador olor de chocolate amargo y nuez moscada había causado una especie de guerra entre su parte racional y su parte animal.

Ahora que los supresores no hacían el tan esperado efecto que él esperaba, YoonGi estaba que se lanzaba por un puente. Su teléfono vibró a su lado y esperanzado respondió pensando que sería JungKook, sin embargo la voz contraria lo hizo tensarse en su lugar.

— Hola YoonGi, estaba pensando en pasar por Minjae ahorita. — La voz de Park Jimin sonó tranquila por medio del móvil. YoonGi se quedó en silencio mientras intentaba retener la punzada de dolor y placer que aquella simple voz le ocasionó. — ¿YoonGi?

— Hmm, m-me parece bien. — Respondió respirando sonoramente mientras veía a su hijo.

— ¿Puedes decirme en donde viven? Iré por él. — YoonGi evitó jadear mientras sentía la presión entre sus pantalones. — ¿Te sientes bien YoonGi?

— Te pasaré la dirección por mensaje, nos vemos ahorita. — Cortó sin más, dándole una última mirada a MinJae y confirmando que el menor estaba concentrado con sus piezas de legos, corrió al baño y abrió la regadera, sin pensarlo dos veces se metió bajo el agua fría.

Tenía que controlarse.

...

Cuando el timbre sonó, YoonGi casi saltó en la cama del susto. A su lado MinJae dormía con la boquita abierta aferrándose a un pequeño osito de peluche que JungKook le había regalado. El omega se armó de valor para salir de la habitación pero aún con su mente repitiéndole que todo iba a salir bien, tenía unas ganas excesivas de que algún hoyo negro apareciera y lo transportara a otra dimensión.

Un mes había pasado desde su encuentro de Jimin, treinta días en donde había conocido una faceta nueva de Park Jimin. El alfa había puesto enteramente de su parte para cuidar del pequeño MinJae y cumplió al pie de la letra su palabra.

No intentó nada con él. Y aunque YoonGi sabía que la tensión era evidente para ambos, ninguno dio su brazo a torcer. Por su parte, había perdonado todo lo malo que le había pasado, pero la sensación de dolor que llegaba a él por las noches cuando se veía solo lo asfixiaba bastante. Había vivido su embarazo sin su alfa, incluso pensó que no podría hacerlo, pero las fuerzas que su cachorro le daba para seguir adelante lo mantuvieron de pie frente aquellos momentos en los cuales quería hacerse bolita y llorar.

El ver a Park Jimin nuevamente había golpeado esa parte inocente e ilusa que aún mantenía, y aunque quisiera hacerse el duro frente al menor de ambos, no podía evitar sentirse de nueva cuenta atraído por su destinado.

Suspirando sonoramente, abrió la puerta encontrándose cara a cara con el alfa. Jimin lucía tan bien con aquel impecable traje azul, la imagen deplorable de su primer encuentro había desaparecido para dar espacio al alfa que recordaba.

El mismo que lo había cautivado con una peculiar sonrisa.

— L-Llegas tarde. — YoonGi titubeó mientras desviaba la mirada. Jimin le observó de arriba abajo mientras el conocido olor del omega llegaba a él envolviéndolo en una pequeña secuencia de recuerdos.

Aquellos en donde ambos habían sido completamente felices antes de que él lo arruinara todo.

— ¿MinJae? — Preguntó desviando la mirada y manteniéndose a fuerza en su lugar. Había un olor dulzón en el ambiente y no hacía falta pensar mucho para saber de quién provenía. Su lobo estaba que saltaba encima del omega.

— Se quedó dormido. — Avisó el omega mientras se hacía un lado en la puerta. — Puedes pasar mientras voy y lo busco. — Jimin negó consciente del hecho que YoonGi estaba en celo. Las señales eran claras y por más que quisiera ir con YoonGi sabía que no sería bien recibido.

— Prefiero quedarme aquí y esperar. — Mencionó seguro de sus palabras. YoonGi escuchó aquellas palabras con alivio, pero cuando sintió el olor de Jimin; algo dentro de él se descontroló. Y cuando el brillo intensó nubló la mirada del alfa. YoonGi supo que no tendría escapatoria.

No cuando prácticamente fue aprisionado en la pared mientras los labios de Jimin se adueñaban de los suyos en una demandante muestra de deseo. YoonGi jadeó impresionado y aquello fue suficiente para que Jimin tomara más dominio de la boca contraria, explorando aquella cavidad como tantas veces lo había hecho y adueñándose de cada uno de los jadeos que escapaban del omega. YoonGi se dejó hacer mientras envolvía el cuello del contrario con sus brazos y se aferraba con fuerza a la rubia cabellera.

El olor de ambos se unió nuevamente como hacia tanto tiempo no pasaba.

— Jimin. — Susurró el omega cuando fue liberado del fiero agarre. El alfa cerró los ojos con fuerza antes de alejarse. — Jimin. — Llamó de nueva cuenta el omega siendo dominado por los deseos de su lobo. El alfa negó mientras tensaba la mandíbula.

— Ve por MinJae, no estás lo suficientemente consciente y estás haciendo esto por influencia de tu lobo. — Susurró el rubio. YoonGi estuvo a punto de protestar pero la mirada molesta del alfa lo detuvo. — Por favor Gi, no hagas esto más difícil para mí ni para ti. — Pidió desesperado. Su lobo aullaba por ir a atender a su omega y por fin marcarlo como se supone que tuvo que haberlo hecho hace tanto tiempo. El omega asintió temblorosamente antes de ir por el niño y el bolso que había preparado para su hijo. Con la misma rapidez fue con el alfa y entregó el pequeño cuerpo durmiente y el bolso.

Jimin ni siquiera se despidió.

Cuando YoonGi cerró la puerta se dejó caer sobre esta mientras las lágrimas bañaban su rostro.

Todo estaba saliendo mal.

...

¡Hola mis corazones!

Gracias por leer, votar y comentar: Again.

Me alegra mucho que la historia sea de su agrado.

Nos leemos en una próxima oportunidad y disculpen cualquier error. 

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