Capitulo 34

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Estaba de vuelta en casa, con el corazón hecho pedazos, sin saber que pensar, ni cómo mantener la calma. Estaba estresada, anonadada y con dolor de cabeza.

Nunca me había afectado tanto algo. Tal vez me estaba ahogando en un vaso de agua. Sí, tal vez Rosé la besó y ella no reaccionó a tiempo. Oh rayos, llevo dándole vueltas a lo mismo por dos días.

Sin verla, ni hablarle. Nada. Nunca está en la sala de almuerzos, cuando termina la jornada desaparece rápidamente y vuelve a casa. Cierra las cortinas de su habitación y se desconecta en WhatsApp. No me he atrevido a llamarla, ¿qué le diría? ¿Ahora yo tengo la culpa? No. Simplemente no entiendo porque Jennie actúa de esa manera.

Tal vez ella no tuvo la culpa, pero yo menos. ¿En que está pensando? ¿Acaso no quiere volver a verme? ¿Por qué? La duda me estaba matando.

¿Y sí se besó con Rosé por mi jodida timidez? Ese día casi que me había dicho que la hiciera mía, pero ni mí timidez, ni mis nervios me dejaron.

Definitivamente no podía dejar de darle vueltas al asunto.

-¿Jisoo? - mi mamá tocó la puerta.

- ¡Entra!. - grité, estaba sentada en el escritorio terminando unos trabajos.

La sentí entrar y caminar hacia mí. La miré rápidamente, la expresión de su rostro no era buena. Estaba preocupada.

- ¿Qué pasa? - pregunté.

- Mira esto. - me mostró una hoja. La hoja del examen de la mañana, no me había ido bien. Era la peor calificación que había sacado en toda mi vida.

- ¿Cinco? - preguntó atormentada.

- Lo siento. -Contesté.

- ¿Qué es lo que pasa? ¿Siguen molestándote aquellas chicas? — preguntó preocupada.

- No... - suspiré. - No sé qué pasó. Supongo que no estaba lo suficientemente concentrada.

- ¿Qué es lo que está pasando Kim Jisoo ? - habló tan seria como era posible.

- Mamá, eso no va a afectar nada. - me levanté. - Estaba enferma, ¿si? Por eso me fue mal, sabes que he tenido dolores de cabeza constantemente. Siempre hago lo que puedo. No puedes presionarme de esta manera. ¿Qué es lo que quieres? - exploté sin saber porque.

Ella me miró por un momento.

- No te estoy presionando, solo quiero saber si pasa algo.

- No pasa nada mamá. -le contesté. -¿Podrías dejarme sola? -pedí.

Me miró aún más preocupada. Era mi madre, me conocía. Era obvio que sabía que algo pasaba en mí vida. No podía negárselo, pero en ese momento no tenía ganas de hablar con ella sobre el tema que me atormentaba. Sería extraño contárselo.

- Bien... - vaciló. - Estaré disponible por si quieres hablar conmigo. —declaró mientras se dirigía a la puerta.

La vi desaparecer en cuanto cerró la puerta.

Caminé hacía el escritorio, en donde estaba el ordenador, guarde el trabajo que estaba desempeñando minutos antes y apagué.

Me giré, y eché un vistazo a la habitación. Desorden era lo único que se veía. Suspiré, y comencé a recoger las cosas que habían tiradas en el suelo. Fui colocando cada una en su lugar, hasta tener la habitación ordenada de nuevo.

Me acerqué a la ventana, tenía que recibir aire. La habitación era un completo horno.

Hice a un lado la cortina y abrí la ventana, no sin antes percatarme de la vista que tenía. Era ella. Era Jennie. Había abierto las cortinas de su habitación, por fin. Volví a cerrar la cortina, apagué la luz y volví a asomarme, cuidando de que no me viera.

La imagen que tenía en frente era la de una chica que acababa de llegar de un gimnasio o algo por el estilo, lo único que puedo deducir es que estuvo haciendo ejercicio. Caminó hacia el gran espejo que había en su habitación y se soltó la moña que tenía en el cabello, dejando libre su cabello largo. Bajó sus manos hacía su pantalón negro y se lo fue quitando.

Tenía que ser una jodida broma. Algo así como si quisiera provocarme... Que digo, ella no tenía idea de que la estaba mirando. Tal vez debí dejar de mirarla, pero me era imposible.

Me distraje mirando su pequeña tanga roja, mientras sus manos quitaban su blusa rosada y dejaban al descubierto su sostén, el cual era rojo también.

Algo en mí se estaba calentando. Esto era enfermo. Me sentía como una maldita depravada, Pensando cosas... Totalmente sexuales, fantaseando más bien.

La vi mirar hacía mi habitación. Mi cuerpo se paralizo por completo. Miraba con curiosidad, cómo si se hubiese dado cuenta de que la estaba observando. Tragué saliva mientras la veía acercarse a su ventana. No me moví, me quedé en mi lugar. Estaba segura de que no podía verme.

➳Enamorada De Mi Vecina » Jensoo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora