Cierro mis ojos unos segundos y maldigo mentalmente. Llegó la hora y no preparé mi discurso, ni fui al baño, ni me vestí. Giro sobre mi eje, para encontrarme a James Henderson cruzado de brazos, empapado y completamente serio, envuelto en una toalla de la cintura para abajo. Hace un ping-pong con su mirada, entre su esposa y yo, pero se detiene específicamente en su camisa que tomé prestada. El calor se sube a mis mejillas y el nerviosismo aumenta.
- No querida, aún no he tenido la ocasión - mi jefe le responde a su prometida, pero sin quitar la vista de mí.
- Por todos los cielos Jay, no puedo creer que la hayas escogido a ella, eso es muy cliché - Caroline niega burlándose de James, omitiendo que estoy junto a ella escuchando todo - ¿sabes qué? Al fin y al cabo, no me interesa, tu elección ya está hecha y no puedes cambiarla. No hagas trampa. Y, obviamente, procura utilizar protección – advierte a su cónyuge, para regresar a la pantalla de su teléfono.
Alto ahí, ¿me golpee la cabeza en la fiesta y me encuentro en coma? ¿O sigo borracha y estoy alucinando? Sacudo la cabeza para acomodar mis pensamientos, pero aun así no encuentro explicaciones de lo que está pasando. Recalculemos. Acabo de confesarle a la esposa de mi jefe que me he acostado con él; ésta se ríe y en vez de echarme la bronca, nos recomienda que utilicemos métodos anticonceptivos para cuando volvamos a hacerlo. Ahora los tres estamos en silencio, como si nada hubiese ocurrido. Sí, creo que estoy desvariando.
- ¿Has desayunado ya cariño? - la voz del señor Henderson interrumpe mis pensamientos mientras se dirige a la cocina y toma un vaso para llenarlo con agua. Cuando logro prestar atención a lo que dijo, lo miro confundida y señalo dudosa con mi pulgar a Caroline. ¿Se está dirigiendo a ella o....?
James sonríe y niega. Rodea la barra de desayuno y se apoya en el mármol. Esta vez, él señala y apunta hacia mí aun con la copa en mano.
Esto es el colmo, diablos, ya se han burlado de mi lo suficiente. Me levanto del sillón cubriendo mis muslos con la camisa, por más que nada quede a la vista - señor yo, estaba por marcharme y su esposa, bueno... - realmente no sé qué decir. Estoy confundida y nerviosa, sólo quiero irme de aquí y en lo posible evitarlo todo el tiempo que pueda. Aunque, siendo honesta, una parte de mí también quiere saber qué es lo que está pasando.
Trago duro y vuelvo a sentarme cubriendo mi rostro. Tal vez lo mejor sea hablar y aclarar todo antes de que esto empeore de alguna forma. Comienzo por una pregunta simple y vergonzosa, temiendo por su respuesta - ¿nos hemos acostado... sí o no? - recordaba vagamente lo que había ocurrido en la noche, pero aun así necesito escucharlo de su boca. Se me es imposible mirar a alguno de los dos a los ojos, por lo que ahora el estampado de la alfombra me resulta muy interesante.
Escucho las pisadas de James y levanto mi cabeza lentamente, sorprendiéndome al encontrarme con su fornida figura frente a mí. La toalla blanca no llega a cubrir su marcada "V" decorada con unos pelillos hasta su ombligo, que dejan poco a la imaginación. Instintivamente salto del sillón y me alejo de él unos centímetros. Su cercanía nunca me permite pensar con claridad.
James empuja su mejilla con la lengua para no reír ante mi reacción. Tal parece que el circo llegó a la ciudad y yo soy la atracción principal. Respeta la distancia y contesta mi incógnita - no, no lo hicimos. Tuviste un orgasmo y luego te quedaste dormida. Está de más aclarar que no te toqué ni un pelo luego de ello -.
- ¿¡Es enserio?! Nena, la oportunidad se presenta tarde y se marcha pronto... de verdad que eres tonta, ¡podrías habértelo cogido en ese mismo instante! - el grito de la señorita Henderson me desconcierta, había olvidado que estaba allí hasta que su celular comenzó a sonar y alzó la voz – ya me aburrí, menos mal que vinieron a buscarme. Nos vemos pronto amor, y tú, no olvides subir las bolsas - Caroline le guiña el ojo al jefe y dirige sus últimas palabras hacia mí, señalándome con sus uñas stiletto. Toma su bolso y sale por la puerta principal como si nada.
El comentario de Wyatt me deja boquiabierta – no entiendo... absolutamente nada, le confesé lo que había ocurrido, ¿por qué se lo tomó tan... a la ligera? - el multimillonario ajusta el nudo de la toalla y toma asiento en el sofá.
- Porque ella estaba al tanto de que iba a suceder esto, aunque no contigo, ya que no es la primera vez que ocurre algo así - toda mi atención está dirigida a sus palabras. Bueno, también lo está en que, por el movimiento, la toalla no está cubriéndolo del todo. Él lo sabe - es un acuerdo mutuo que sostenemos hace ya un tiempo -.
No sé cómo reaccionar o que decir, por lo que me mantengo estática en mi lugar, asimilando tal extraña confesión y buscándole el sentido común. James palmea su regazo - ven aquí preciosa, permíteme explicarte, no te inhibas - ordena, queriendo que me siente sobre él, como si lo que me acaba de decir fuese algo para tomar a la ligera - Myrna, no me gusta repetirme y lo sabes. Ven aquí -.
¿En realidad voy a seguirle el juego? Maldición no, corresponde que me vaya y que, si es necesario, renuncie a mi trabajo para no verlo más. No debo rendirme ante sus encantos. Me he metido con un hombre casado, y no importa que tan paradójica sea su relación, lo está o mejor dicho lo estará y eso no está bien - señor, no creo que eso sea correcto ya, ya demasiado mal estuvo lo que... Será mejor que me marche -.
Decidida como parezco, no me he movido, por culpa de una lucha interna que tengo conmigo misma entre quedarme y escuchar lo que tiene para decir o huir despavorida como una reina del drama.
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Lxs amo ❤
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Free Pass || +18 -EN EDICIÓN-
RomantikFREE PASS, una novela cautivadora que te sumerge en el mundo de Myrna Jones, una joven secretaria de una empresa automovilística; quien se ve enfrentada a una tentadora propuesta de su jefe, James Henderson: un mes de relaciones puramente físicas, e...