Capítulo cinco

157 11 0
                                    

Draco

Las Vegas 2:15 a.m.

No sabía cómo había terminado hablando con una mujer. Quizás ésta fuera la primera vez que de verdad tomaba al sexo femenino con la suficiente seriedad como para entablar una conversación con una de su especie. Con frecuencia, lo único que compartía con alguna mujer era sexo, más no intimidad, mucho menos una conversación.

Era casi curioso todo lo que la mujer decía, y se preguntó si todas las mujeres serían iguales de interesantes. Tal vez si se hubiera tomado el tiempo necesario con cada una de las que habían pasado por su cama.

-Y entonces simplemente estaba allí- La escuchó reír. Una risa melodiosa y admitiéndolo, un poco sensual. Nunca se había tomado la molestia de verdad escuchar la risa de una mujer.

Quizás estaba tan borracho que en lo único que podía pensar era en la risa burbujeante de la chica sentada ante él.

Pero de repente, aquella risa se detuvo y Draco pudo observar el semblante serio que había tomado posesión de la delicada cara de ella.

La miró mientras se llevaba la copa a los labios.

-Vayamos al punto, Draco- Él juró que nunca había escuchado su nombre con tanta sensualidad en la voz.

¿Cuántos tragos había bebido?

-¿Punto?- Preguntó él, dando otro sorbo a su vaso de whiskey.

Ella asintió. 

–-Yo te conozco, tú me conoces. Sé que necesitas un millón ¿cierto?-

Draco sólo la miró intensamente.

Ella prosiguió. 

–Yo... podría proporcionártelos, pero... ¿Qué tal si hablamos de un trueque?- Hermione lo miró. No estaba esperando que este hombre aceptara aquel trato.

De hecho, ningún hombre en la faz de la tierra quisiera meterse en tamaño problema como lo era el de secuestrar a la hija de uno de los hombres más influyentes en Inglaterra. Eso sería lo que pensaría su padre si llegará a enterarse de toda aquella locura.

Pero, él no tendría por qué saberlo¿no?.

Draco, por otro lado, sí. Necesitaba saber de qué diablos estaba huyendo. Está bien, de acuerdo, no todo.

Draco la cortó. 

–¿Qué quieres a cambio?-

La observó tragar con nerviosismo. 

–Necesito protección, Draco-.

Aquello lo tomó por sorpresa. ¿Esta mujer necesitaba protección? Entonces ¿por qué no se compraba un maldito guardaespaldas con el millón de dólares que le estaba ofreciendo?.

Se había enojado por la respuesta que le dio ella. ¿Por qué le había fastidiado tanto el saber que esta mujer no iba a ser otra de sus conquistas?.

Ella sólo atinó a tartamudear, al ver el fastidio reflejado en las facciones de Draco. Era ahora o nunca.

-B-bueno... es mucho más complicado que eso- Suspiró. –Soy prófuga, Draco-.

Si lo de la protección le había caído como balde de agua fría, lo segundo le cayó como balde de cubos de hielo.

-¿Prófuga? ¿De la ley? ¿De inmigración?- Preguntó sin vacilar.

Ella sonrió con un poco de melancolía.

 –No. Estoy huyendo de mi familia. De hecho, ellos piensan que estoy secuestrada...-.

unidos por un contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora