¡SÍ MAJESTAD! | Final Fantasy xv.

Capítulo 27<

[A la mañana siguiente /11:00 a. M]

P. E🌺

-¿Me ves con cara de que soy Sondra celli?.

Alegó mientras veía a su hermana con el traje puesto para verificar si le quedaba bien.

-¿Quieres que te responda?.

Solo la miró exhalando.

- no le voy a poner cristales a tu traje de ritual, sabes que está prohibido.

-Hermano por favor no seas cruel, aparte ni lo voy a meter al lago.

-No.

-Pero si fueran personas famosas que te lo piden ahí si corres a ponerle todo tipo de cristales hasta las mas caras que existan en este mundo.

-Aunque fueran personas famosas no lo haría , soy leal a las reglas y el reglamento dice que el traje no lleva cris-ta-les, ¿Entendiste?.

-Sí lo entendí, pero por lo menos que mi palillo de cabello lleve un cristal por lo menos.

-Esta bien, iré por los materiales y te lo haré para que estés feliz.

-Por eso te quiero Hermano.

-Yo igual Kaede, yo igual.

[En la habitación]

-Siento como mi cabeza quiere explotar a toda potencia.

Se quejaba la joven tras su resaca que la estaba torturando.

-¿Era la primera vez que tomabas así?.

Preguntó dándole un suero.

-Es la segunda vez, pero esta vez si me excedí mucho como para que me diera esta resaca.

-¿No recuerdas nada de lo que pasó ayer?

-Solo recuerdo hasta la parte que estaba en aquel bar, ¿pasó algo después?.

-No pasó nada más.

-Aunque... Siento recordar algo después.

-¿Así?, ¿Qué cosa?.

-Estaba besando a Tom Ellis, pero tal vez eso fue un sueño tan real por realmente lo sentía pero eso sería punto y aparte.

-puede ser, por cierto ya no te pude decir que después de este evento regresaremos a Sappro.

-creí que nos íbamos a quedar hasta que terminara.

-El rey Luhan y yo quedamos de acuerdo sobre algo y tenemos que firmar en el palacio.

-Entendido majestad.

-Iré para puedas reposar tu resaca.

Comentó saliendo de la habitación y dirigirse al centro el poblado para pensar al respecto de lo que había pasado en la noche, sabía dónde recurrir.

-Alteza que bueno volverlo a ver.

Comentó Alice al ver al monarca entrando a su local.

-Necesito confesar un pecado y no sé a quien decirle nada más que tú.

-Adelante, le ordenare un desayuno mientras me dice.

-Gracias.

La pelirroja le ordenó una merienda mientras ella le servía un vaso se té helado.

-Dime ahora, confiesa ese pecado, de seguro debe ser algo con stella.

-Lo es, pero al parecer no creo que sea novedad mundial pero para mí me perturba.