¡SÍ MAJESTAD! | Final Fantasy xv.

Capítulo 56

Horas después | Litoral Vannathí/vannath coast.

Kyro ya caminaba por la carretera de lucis hasta poder llegar a su paradero, después de que fuese dejada metros atrás del embarcadero, junto con sus cosas jalando por ella seguía su camino mirando por unos minutos un celular que Aranea le había dado, recordando de igual de las palabras que le dijo antes de partir y dejarla sola.

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-Escucha Kyro, a partir de aquí nos tenemos  que separar para que puedas disfrutar el festival sin riesgo de que sospechen algo.

-¿Como llegaré hasta insomnia?

-A pocos kilómetros de aquí hay un embarcadero , ahí sin problema encontraras autobuses que llevan a todos hasta el centro de la ciudad de insomnia, solo te pedirán tu tarjeta de identidad y el boleto de pasaje.

-¿No pasará nada si descubren que soy de Niflheim?

-No te preocupes, antes si te discriminaban por ser del imperio, pero con las cosas que ha hecho el rey de lucis, lograron combatirlo, si habrá uno que otro pero es mínimo para una gran ciudad como lo es insomnia. A parte hay que agradecer que no llevas los apellidos de la emperatriz eso te facilita mas que vayas tranquila por el lugar.

-Pero tengo los tuyo ¿no habrá problema?

-Pará nada, de todos modos si te topas con un conocido mío le dice que eres mi hermana.

-Lo tendré en mente.

-Antes de irnos, quiero que tengas este celular en caso de emergencia, no sabemos que pudiese pasar en estas horas, por favor cuidate mucho.

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-Estoy por primera vez en el exterior de mi territorio, donde solo montañas y nieve era lo único que podía ver en mi alrededor, tengo un leve nervio pero sé que podré cuidarme sin ningún problema.

Seguía su camino donde de tantas curvas de carretera  logró llegar a la mitad de su destino,  había admirado demasiado el paisaje que tenía enfrente de ella donde el panorama del embarcadero era hermoso ante sus ojos, desafiando las reglas que tiene, decidiendo en capturar el momento con el celular que Aranea le había dado.

-Así la tendré de recuerdo.

Prosiguió a su destino experimentando por fin el calor que emenaba en lucis, mientras tanto en el embarcadero Sebastian junto con su nieta Agatha esperaban el próximo ferri en   el pequeño muelle que había por el estacionamiento del lugar.

-Papá dice que en esta playa hay un pescado demasiado grande ¿será que lo podría pescar un día?

-Tal vez cuando sea más grande y con mucha fuerza lo logres, mi princesita.

-Mi sueño de grande será ese, poder pescarlo un día como lo hizo papá y tíos.

Llegó el aviso de la llegada del ferri por lo que se dirigieron hasta el barco para subir e ir hasta Altissia, sin percatarse Sebastián y la pequeña princesa que había dejado su muñeca sirena olvidado en el muelle, Kyro quien había llegado pudo ver como la pequeña la había dejado sin darse cuenta. Tomó aquel juguete hasta llevárselo, sin importar perder su pasaje a insomnia, atravesó aquel restaurante hasta llegar antes de que abordaran.

-Disculpe señor.

Volteó el señor maris al sentir que la mano de la chica en su hombro.

-Creo que su nieta dejó esto en el pequeño muelle del estacionamiento.

Mostró la muñeca, pero Maris había puesto la mirada en los ojos de la jovencita y ver que tenía la misma mancha morada que tenía en el iris azul derecho al igual que la similitud que tenía con ella.