Introducción Ver. Jimin

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Un pequeño y hermoso Omega de piel lechosa y cabellos castaños era empujado en su silla de ruedas por los pasillos de aquel gran hospital, su mirada perdida, pensando siempre en el accidente de avión en el que él y sus padres estuvieron involucrados hacía dos meses.

Desde el momento en que despertó no había dicho ni una palabra al sentir el lazo paternal roto.

Sus padres perdieron la vida en ese terrible accidente dónde las turbinas del avión fallaron.

Solo él y otras 4 personas sobrevivieron.

Fue indemnizado por la empresa, pero ese dinero no le devolvería a su familia.

Ahora su abuela paterna lo esperaba en la recepción para llevarlo con ella de vuelta a Corea del Sur. Ella era lo único que le quedaba en la vida.

-Mi niño... - la abuela Park corrió a abrazarlo.

La abuela JooEun era la más adorable y tierna abuelita alfa, su abuelo omega JiSub había fallecido hacía ya varios años.

JiMin salió de sus pensamientos y le ofreció una sonrisa a su abuelita. Se sentía protegido en esos brazos.

-Vamos mi pequeño!- la abuela tomó el control de la silla y lo guío hasta la enorme camioneta que los esperaba fuera del hospital.

-Quieres ir a tu casa primero o quieres comer antes?- preguntaba la alfa.

Pero JiMin no contestó.

En esas semanas que estuvo en el hospital, las enfermeras quienes se encariñaron con él, le consiguieron una pequeña pizarra y un plumón para poder comunicarse.

Ellas pensaban que JiMin siempre había sido mudo. Pero el trauma de haber perdido a su manada era lo que le provocaba no hablar.

-Quiero ir a casa Nona...- escribo el pequeño en la pizarra.

-Señor Min, vamos a la casa de mi hijo, por favor!- el chófer asintió y comenzó a conducir.

Todo el camino la anciana sostuvo la mano de su nieto, quien dejaba salir algunas lágrimitas traicioneras.

El recorrido duró apenas una hora. Tiempo en el que la abuelita abrazó a su pequeño cachorrito para hacerlo sentir mejor.

-Vamos hijo, ya pedí a los sirvientes que empacaran todo y lo subieran al camión. Solo faltan tus cosas.- mencionaba la señora.

JiMin bajó y se adentró en esa gran casa. Lucía tan diferente; se veía gris y sin vida, así como él se sentía por dentro.

Lentamente empacó sus prendas en sus maletas y pidió a su sirviente de confianza y amigo que se quedara con los muebles y demás que dejaba en su habitación.

No quería tener con él esa cama, dónde su papá le leía cuentos de niño.

Ni el tocador que su mamá llenaba con productos que sabía a JiMin le gustaban.

Tampoco quería la hermosa caja de música traída desde Australia por sus papás en unas vacaciones navideñas.

No quería llevarse nada que le recordara que ellos no estaban y no iban a volver.

La abuela Park agradeció por todos los servicios brindados durante tantos años a los empleados y se despidió, al igual que JiMin.

-Vamos hijo, debemos tomar el vuelo.- ambos subieron a la camioneta y partieron.

El vuelo era de casi 12 horas. JiMin tomó sus calmantes y se quedó dormido  media hora después. Si no lo hacía tendría seguramente un ataque de pánico por la experiencia vivida.

Su abuelita no pudo quitarle los ojos de encima.

Pensar que estuvo a punto de perder la vida también en ese vuelo, por fortuna solo termino con un brazo roto, las piernas golpeadas y lastimadas y muchas contusiones, gracias a que su papá lo protegió con su cuerpo al estrellarse el avión.

Al bajar del avión, los esperaba ya el señor Kim, secretario, persona de confianza y pareja secreta de su abuela.

-Señor Kim, vaya por el equipaje de mi nieto por favor. Lo vemos en la camioneta.- la abuelita le guiñó el ojo antes de irse.

Les esperaba un largo camino a casa.
La abuela Park tenía su mansión en el bosque, pero se quedaba en su casa de Seúl debido a su negocio.

Por la noche...

-No... Papá.... Que está pasando?...- JiMin gemía entre sueños.- Papá, tengo miedo..... Ahhh... papi... Noo...!- se despertó gritando y bañado en sudor.

La alfa, al escuchar los gritos de su pequeño Omega, corrió a su habitación.

-Tranquilo mi pequeño, ya pasó, ya está bien!- trataba de calmarlo mientras JiMin lloraba.

-Abuelita...- sollozó JiMin.

Era la primera palabra que decía consciente.

-Ya mi niño, todo va a estar bien. Abuelita Eun está aquí contigo y no va a dejar que nada te pase!- la mayor acariciaba los suaves cabellos mientras liberaba su aroma a grosellas para calmar al cachorro.

-Los extraño mucho...- lloraba el omega.

-Yo sé, yo sé mi amor, yo también los extraño. Pero, ellos están bien ahora...- la abuela soltó algunas lágrimas también al recordar la noticia.

Flashback

-Señora Park JooEun?- preguntaba un oficial en la puerta de la mansión.

-Si, soy yo!- la señora estaba sorprendida, era muy temprano.

-He venido a informarle que el avión en el que iban los señores Park de Londres hacía Italia ya fue localizado, solo su nieto sobrevivió pero se encuentra grave en el hospital militar de Italia. Lo lamento!- la abuela cayó al piso, llorando incontrolable, gritando de dolor al perder a su único hijo.

Fin del flashback

Cuando la abuela reaccionó, JiMin dormía entre sus brazos.

Sabía que ahora ese pequeño era su responsabilidad y debía cuidarlo, amarlo y protegerlo hasta que la Luna la reclamará con ella.

Lo dejo descansar, aunque ella, probablemente no podría dormir.

A la mañana siguiente el Omega se veía un mejor. Se había estado reprimiendo mucho tiempo y al fin había liberado un poco del dolor que sentía.

-Mi vida, quieres ir conmigo al negocio?- JiMin sonrió y asintió.

-Voy a cambiarme...- por alguna razón estando cerca de su abuela se sentía protegido como cuando su papá lo cuidaba.

Eso lo hacía sentir bien. Además de sus medicamentos para la depresión.

-Con cuidado hijo, si quieres puedes sentarte en alguna de las mesas.- señalaba la mayor.

La señora Park era dueña de una cadena de 3 restaurantes, los cuales contaban con dos estrellas Michellin. Eran de los más codiciados en Seúl.

Las personas hacían fila por horas para poder cenar en alguno de los lujosos restaurantes gourmet.

En su espera, JiMin se hizo amigo de uno de los meseros: Taemin, quien en pocas horas había logrado sacarle de su tristeza con sus chistes y porque era un alfa bastante torpe.

JiMin le había regalado ya algunas risas. Ese sonido hermoso que salía de los labios del omega era la gloria para la abuela Park.

Holis amixes, este es el primer capítulo- introducción a la historia. Ahora va la versión Jk.

Espero que les guste!

Please... Be Mine!!    ✓KookMin  *OMEGAVERSE*     Donde viven las historias. Descúbrelo ahora