C9. El sabor del amor...

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"Lo que siento por ti no es amistad,
voy por ti y esto va en serio.
Una declaración de amor.

Mi táctica es mirarte,
aprender como sos,
quererte como sos.
..."

-Mario Benedetti




El lunes por la mañana JiMin parecía estar molesto con JungKook. 

El alfa lo dejó esperando una respuesta a su invitación a desayunar y eso al Omega de JiMin lo hacía sentir rechazado.

-Por qué estás molesto conmigo?- preguntó de nuevo el alfa.

-...

-JiMin, por favor... Contéstame!- JungKook no entendía que pasaba.

-Tal vez le va a llegar pronto el celo, viejo!- le decía su alfa.

-Ya te dije que no tengo nada!- contestó de forma seca, ni siquiera lo miró. 

JiMin sabía que si lo volteaba a ver, toda la molestia que sentía, se iría y no quería eso. JungKook debía pagar.

-Señor Jeon, última advertencia. Si sigue interrumpiendo mi clase se va una semana!- advirtió la profesora.

-Lo lamento profesora!- respondió el alfa con la voz algo entrecortada.

Después de unos minutos, JiMin vió de reojo cómo las lágrimitas rodaban por las mejillas del alto, mientras hacía un puchero, y se recostaba en la mesa, escondido detrás de su laptop.

-Cavolo, JiMin, non possiamo perdonarlo? è solo guardarlo. È una massa gigantesca! E sta piangendo per noi. Non so perché complichi le cose!*- le reclamaba su Omega.

*(Demonios, JiMin, ¿No podemos perdonarlo? Es que solo mirarlo. ¡Es una masita gigante! Y está llorando por nosotros. No sé por qué complicas las cosas!)

Al terminar la clase JungKook empacó lentamente sus cosas, limpiándose las lágrimas y sorbiendo los mocos, aún con el puchero en los labios.

Antes de salir del salón, JiMin lo detuvo.

-JungKook…- Dios, verlo con esos ojitos de cachorro abandonado, sus mejillas manchadas por las lágrimas… toda la molestia se fue al carajo!

-Podemos hablar?- pregunto Jimin.

JungKook asintió. Pensó que tal vez hablarían en el salón; pero JiMin hizo algo que jamás había intentado.

-Vamos por un café!- lo tomó de la mano y con sus dedos entrelazados caminaron lentamente.

-Hermano... Que suerte tenemos. No lo sueltes!- le pedía entusiasmado su alfa.

Y aunque se sentía triste, no podía dejar de ver sus manos unidas, parecían estar hechas a la medida.

La de él; grande y protectora y la de JiMin pequeña y frágil.

Ni siquiera advirtió las miradas curiosas de quienes los conocían.

Salieron de la institución y se dirigieron a una cafetería cercana.

-Yo quiero un café helado con crema batida por favor.- pedía el omega.

-Yo… y~yo...- con la mano desocupada, JiMin acarició suavemente el brazo del alfa, dándole confianza.

La chica de la cafetería se enternecio al notar el gesto de JiMin, quien veía sus manitas unidas y una linda sonrisa dibujada en su rostro.

Please... Be Mine!!    ✓KookMin  *OMEGAVERSE*     Donde viven las historias. Descúbrelo ahora