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Lolito y Alex descansaban, su regreso se hizo un poco tardado, no por el simple hecho de heridas o confusiones, sino, por los monstruos que surgieron.

Alexby miraba la joya a detalle dentro del pequeño refugio, en una mesa se encontraba el mapa de regreso a casa.

— Cuando regresemos iré al monumento y dejaré unas flores, mi niña debe de estar orgullosa.

— Muy bien Lolo, yo haré lo mismo, dejaré flores y regresaré a casa.

— Por cierto, ¿para qué sirve ese joya? Merlon somo dijo algo tan tonto, no creo que vayan a hacer eso ¿o si?

— No lo se, recuerda que los pueblerinos tienen ciertos recuerdos, aunque es extraño que ellos recuerden lo que pasó a Mangel.

— No puedo creer que los demás, no dejaron con vida a Mangel de esta época.

— Si, bueno... nosotros somos los únicos con estos recuerdos.

— Crees que algún día, nosotros volvamos a ver a Mangel. Quiero verlo de nuevo.

— No lo sé Lolo, no lo sé.

El menor dijo con calma, miro de nueva cuenta al mapa. Aún estaba confundido, no comprendía porque Merlon lo había enviado, solamente deseaba que la misión sea para algo bueno, eran cuatro joyas, cuatro gemas que le ayudarían a futuro.

— Vamos Lely, a dormir.

Dijo con entusiasmo.

— Esta bien Lolo.

El menor caminó hasta quedar a lado de Lolo, colocó su saco de dormir y se dedicó a mirar el techo, Lolito estaba a su lado, de la misma manera miraba el techo.

— Cuando regresemos al pueblo, ¿haremos las mismas cosas de siempre?

— Si Lolo, tu iras con Auron y yo seguiré estando solo.

— Eso me parece bien, pero, tu, no tienes a Fargan.

— Fargan es un compañero, tanto en héroe como compañero de trabajo. Nosotros nunca hemos tenido conexión.

— Pero, siempre he visto que ustedes...

— Si, pero fue un error tan grande.

El silencio fue notorio, el mayor ya no quiso seguir, aún así abrazó el cuerpo del menor, pudiendo escuchar los pequeños sollozos.

— Lely, se que esto no debo decirle, pero me ha gustado como eres, eres todo diferente a mi, eres como Mangel.

— No digas...

— No, no, déjame terminar. Mangel siempre me decía que si algún día el llegara a faltar que te buscara.

— ¿Por qué lo diría? Creí que Rubius era su mejor amigo, para mi Mangel lo fue.

— Mangel confiaba más en ti, lo pude ver cuando me dijo eso. Cuando conviven. Me dolió cuando lo perdí el día del impacto.

— A todos Lolo, a todos.

El silencio reinó, ambos chicos se habían quedado dormidos.

El amanecer está siguiendo su curso, cuando llegaron al pueblo se reunieron en casa de Merlon en donde la mayoría se encontraba ahí, solamente faltaba Luzu y Auron, aunque a lo lejos se podían ver.

— Bien, es momento de continuar.

Hablo Vegetta una vez que estaban todos reunidos.

— Jóvenes guerreros, me han honrado su presencia y ahora que tengo las joyas podré hacer lo siguiente.

Adios mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora