{06}

145 22 1
                                    

Capítulo final: Parte 2
La revelación de un Psicologo.

Quien diría, que todos esos buenos momentos habían nacido de algo tan tóxico.

Mangel sabía perfectamente, que la relación no había salido nada bien, sobre todo, porque Lolito comenzó a sentir celos.

Todo lo que el había creído se había derrumbado tan fácilmente.

Quien diría que sus sueños serían aplastados por un simple habitante, por un guerrero psicópata.

Todos miraban con recelo a Auron, el psicólogo del pueblo solamente había mencionado unas que otras frases que Mangel había dicho, tenía la obligación de quedarse callado, nada salía de su consultorio, NADA, a pesar de estar rodeado por todos y sobre todo amenazado por el calvo tóxico, jamás reveló nada.

Ahora sabía lo que había pasado. Puesto dos días después de la muerte de Mangel, Alexby había rehusado salir de su casa, ignorando todo y olvidándose de aquello llamado vida.

Auron visitaba a Alexby y Lolito, quien eran los más afectados, estaba claro, pero ninguno de los dos sabía, lo que Auron sabia.

Ser un psicólogo, doctor y juez, era un trabajo duro, tenía que tener la mente muy fría para no equivocarse, no provocar estupideces, pero de nueva cuenta se sentía como un completo cerdo.

[. . .]

Se atrevió a pisar el lugar de luto de Mangel, en aquel sitio en donde dejaban ofrendas, algunas flores flotaban sobre el algo, el simplemente dirigió su vista al lago y de su inventario saco un ramillete de flores que dejó en aquel pequeño sitio de ofrendas.

— Mangel, se que no fuimos tan cercanos, aunque agradezco que hayas sido capaz de decirme, me siento honrado de que yo haya sido tu psicólogo.

Se alejó un poco de aquel sitio, sabia que debía visitar a su querido amigo Lolito, quería tratar de hablar con él, de alguna manera.

Se relajó al mirar la pequeña cabaña de madera, no estaba lejos del sitio de la antigua viviendo da Mangel, al llegar tocó varias veces la puerta, no obtenía respuesta, sin embargo, entró, importando le poco si moría en el intento, pero que hablar con Lolito. Sus amigos ya pedían respuesta de ambos.

— ¡Lolito! ¡Tenemos que hablar! ¡Vegan sal anda!

Un silencio absoluto, siguió caminando hasta que finalmente lo miro estaba sentando en la orilla de la cama. Su cabello caía acostado de sus hombros, Auron quedo de frente, mirando como el pelirrojo sostenía una foto seguido de un lazo.

— Lolito. Quiero hablar acerca de algo.

— Auron, no quiero que me mientas, no quiero que me controles como otras veces, solamente déjame estar solo, una vez más he perdido otra persona importante.

— Mangel... bueno, referente a eso...

Intento sonar lo más calmado, sin embargo Lolito lo silencio.

— No Auron, Mangel me dijo que sería feliz si yo lo fuera... pero no soy feliz sin él.

Fue ahí donde se dio cuenta de donde provenía el problema, se aproximó a Loliro y tocó la mano de su colega.

— Vamos Lolo, hay que ir al pueblo para que tomes aire libre.

El pelirrojo no hizo movimiento alguno, solamente se limitó a ver al psicólogo y con cierta pereza se levantó de aquel sitio. El pelirrojo estaba seguro que sería una mala idea, pero todo esos buenos recuerdos surgieron cuando alejado de todo aquel lugar, le hicieron sonreír. Claro estaba que aún estaba dolido, demasiado.

Adios mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora