Al ingresar al interior del aula tomé asiento en la mesa, poco después entró Lina apenada y en silencio se sentó en su lugar. El resto de las clases transcurrieron tranquilamente, pude ver como Lina procuraba tomar notas sin necesidad de ver el contenido de mi cuaderno, no quise decir nada al respecto, pues por lo menos ella estaba respetando el muro que se levantó entre nosotras después de aquella discusión.
Al concluir la última clase, comencé a guardar mis cosas en la mochila, me coloqué la chaqueta, me levanté de la mesa y lancé la mochila a mis hombros. Lina intentó hablarme antes de que me fuera, pero no le di la oportunidad de explicarse y sin más salí del aula.
Estando en el pasillo, distinguí un notable número de chicos que esperaban la salida de la "chica celebridad", haciendo caso omiso a la escena, me giré y emprendí mi camino al gimnasio.
***
Al llegar al gimnasio, observé como el tío Alex había reunido una considerable cantidad de personas para el entrenamiento de hoy. Sin prestar más atención, me dirigí a las bancas libres cercanas a la cancha para colocar mis pertenencias ahí, mientras me quitaba la chaqueta el tío Alex se acercó a mí dándome una palmada en la espalda en señal de saludo, volteé para verlo, él me sonrió y yo solo asentí con la cabeza en respuesta sin pronunciar una palabra. Repentinamente una chica de pelo rizado y rojizo se nos acercó, ambos nos volteamos para verla.
– Entrenador, ¿Qué hace la 'matadita' de arquitectura aquí? – cuestionó firmemente la chica pelirroja levantando la ceja y apoyando sus manos en la cadera dando a entender su inconformidad, ella era un miembro oficial del equipo de baloncesto.
– Yo le pedí de favor que viniera, para que nos apoyará con el entrenamiento. –respondió con cierta autoridad el tío Alex. – Te garantizo su talento en la cancha. – declaró orgulloso golpeando su pecho.
– Eso será interesante de averiguar... Pero, dudo que tenga lo que se necesita para mantener el ritmo de nuestro juego. – replicó la chica pelirroja altaneramente, sin retirarme su mirada amenazante y de igual manera yo no aparté mis ojos de ella, pero no iba a responder ante sus provocaciones.
– Bueno, bueno. Calma chicas, esto se resolverá sanamente en un amistoso partido, ¿empezamos? – sugirió el tío Alex un poco nervioso, palmeando nuestros hombros como tratando de apaciguar las chispas que saltaban entre nosotras.
Después de un breve calentamiento. El fuerte pitido de silbato indicó el inicio del juego, el balón estaba en el aire y las jugadoras comenzaron a moverse por la cancha.
A pesar de que hace tiempo ya no era participe de ningún deporte, cada que tenía la oportunidad procure mantener una buena resistencia física haciendo largas caminatas en mi tiempo libre, nunca se sabe cuándo se necesitará contar con una buena condición.
En pleno juego busqué la manera de adaptarme rápidamente a sus movimientos, cosa que eventualmente logré en el lapso de unos minutos. Al comprender bien las jugadas del equipo rival, me atreví a aprovecharme de sus descuidos para buscar la mejor posición en la zona de anotación y así recibir el balón, sin embargo pasaron como cinco ocasiones en donde tenía la oportunidad de marcar un punto pero fui ignorada completamente, por más que agitará los brazos reclamando la atención de "mis compañeras de equipo" no atendieron a mi llamado
Me detuve un momento para analizar la situación. Comprendo que no tenga la misma importancia y confianza que con los miembros oficiales, pero en estos momentos yo también era parte del equipo. No pude continuar reflexionando sobre el tema pues un brusco movimiento me sacó de mis pensamientos, inesperadamente aquella chica pelirroja chocó contra mí, la fuerza del impacto hizo que perdiera el equilibrio y ambas caímos al suelo.
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Sólo son ocho letras (Editando)
RomansaRuth es una chica muy poco expresiva, siempre concentrada en sus estudios y por algunas razones es casi obligada a estudiar arquitectura. Parecía que todos sus días eran monótonos, sin darse cuenta en que momento comenzó a olvidarse de muchas cosas...