Título: Premio doble
Géneros: AU, genderbender, romance.
Personajes: Miya Osamu || Miya Atsumu || Suna Rintarou || Sakusa Kiyoomi.
Descripción: Miya Osamu tiene tanta suerte que ganó la apuesta y a la chica.
Importante: (no es cierto, no es importante). En el primer comentario dejo una playlist del Youtube (que soy pobre, Spotify es muy de cheto) con las canciones que escuché mientras escribía esto. No lo suelo hacer, pero, por si les interesa, los invito a chequearla.
Dattebaneuwu, belleza mía, aquí está lo tuyo. Espero te guste <3
Cuando era niña, a mis padres se les ocurrió la magnífica idea de que mi hermana gemela y yo debíamos de incursionar en el mundo del entretenimiento lo más pronto posible, y por eso ─cuando aún no sabíamos pronunciar ni siquiera el nombre de la otra con claridad─, comenzaron a utilizar sus contactos para meternos en comerciales y pequeños papeles.
Éramos muy cotizadas: no solo bonitas e idénticas, sino que además hijas de una de las parejas más famosas de Japón ─mi padre era un director de cine, que aunque discreto tras cámaras, se había hecho de renombre en los últimos años. Del otro lado Sena Ichigo; la supermodelo oriental que había desfilado por las pasarelas más populares del mundo, y que últimamente triunfaba como diseñadora.
Hijas de la fama, nos titularon los periódicos cuando nacimos; y no se equivocaban, porque de no haber sido por el coctel en donde fueron presentados, probablemente no se hubieran conocido. Nacidas en Tokio, prontamente nos trasladamos a la Prefectura de Hyogo para intentar vivir una existencia lo más apartada de los paparazzi.
La idea se les fue al garete cuando decidieron integrarnos a la actuación. Para ellos fue un jaque, pero no tuvieron en cuenta que yo era el rey que estaba siendo acorralado del otro lado del tablero.
Apenas crecí lo suficiente como para poder decidir por mi cuenta, le planté cara a mis padres y les dije que me negaba a seguir asistiendo a sets con el fin de grabar cualquier cosa. Para Atsumu ─sí, ese nombre, como el de chico; porque a mis padres no se les podía ocurrir mejor idea para demostrar que eran únicos y diferentes que apuntar en nuestras partidas de nacimiento una serie de kanji masculinos, los cuales nos granjearían infinidad de burlas en el futuro─ fue la peor traición que pude haber cometido.
Se negó a hablarme durante las siguientes semanas ─lo que debió de resultarle un suplicio, porque justo después de burlarse de los demás, su pasatiempo era no cerrar la boca en mi presencia. Yo nunca fui muy emocional, pero por algún motivo su repentina frialdad a mi persona ─o bueno, toda la frialdad que una niña de doce años podía exhibir─ me caló hasta el fondo del pecho, consciente de que se había abierto una brecha enorme entre nosotras, y aunque se cerrara algún día, la actuación sería algo que no compartiríamos más.
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Color Club: Silver || Haikyuu
FanfictionEl conjunto de vivencias colorean tu corazón hasta alcanzar una gama determinada, el cual, definirá todos tus pensamientos, sentimientos y preferencias. Para poder comprender el color, debemos entender de dónde proviene. ¿Qué es lo que reside en el...