Capítulo III: "Necesito ir a un manicomio".

353 18 4
                                    

Narra Nicky.

El aire inmediatamente se tensó. Se preguntaran, ¿qué estaba ocurriendo?

Nos encontrábamos rodeados de aproximadamente quince lobos, los cuales eran de distintos colores y tamaños más grandes que un lobo normal. En otras palabras, estos lobos eran exageradamente anormales. Mis ojos se dirigieron hacia cada lobo que se encontraba en aquel lugar, pero una mirada en particular me hizo sentir un escalofrío recorrer mi espina dorsal. Inmediatamente me dispuse a buscar aquella escalofriante pero atrayente mirada, algo que hizo que me mareara ligeramente. Y le encontré.
Era un lobo de ojos rojos como la mismísima sangre, y un pelaje negro como el carbón. Era bonito, pero sus grandes colmillos le daban el aspecto de un demonio sediento de sangre.

Solté un bufido desesperada.

¿Será este nuestro final?

No podré hacer todo lo que quería hacer. No podré llegar a ser adoptada, ni ir a la universidad para lograr ser veterinaria. No podre ni enamorarme, ni casarme, ni tener una familia... Dioses, ¿qué hago?

Mi corazón latía con fuerzas, yo estaba dispuesta a pelear hasta dar mi último aliento. Pero no iba a rendirme sin dar todo de mí.

Aunque el mundo se caiga, mi guerrero corazón se mantendrá de pie a luchar hasta que de su último latido, hasta que mi alma diga adiós.

Una extraña idea vino a mi cabeza, haciendo que me regañara por ser tan idiota. Pero bueno, si no se intenta nunca se sabrá.


Luna, ¿Estás ahí? Necesito tu ayuda.

"Sip. Uff, te veo metida en tremendos problemas". Hizo una pausa que me pareció una eternidad. "Bueno, hay algo que puedo hacer para ayudarte". La curiosidad empezaba a llenarme por dentro.

¿Qué planeas?

"Déjame salir". ¿Y a esta qué le picó?

Ehh... No te entiendo absolutamente nada. Ni un poquito.

"Sé que es difícil de creer, y complejo de entender, pero debes confiar en mí. Eres una mujer lobo, Nicky. No hay tiempo para dar detalles, pero yo sé que tú puedes hacerlo. Solamente piensa en ti convirtiéndote en un lobo y ya. Es sencillo, pero algo doloroso".

Confiaré en ti.

Y eso fue lo que hice. Mi mente procesaba con rapidez y empecé a imaginarme alguna situación en la que yo me transformaba en un hermoso lobo.

De repente caí al suelo debido al dolor que sentía en todas mis extremidades. Literalmente, mis huesos se empezaron a romper uno a uno, haciendo que soltara un chillido lastimero. Dolía como un infierno, pero todo por mis amigos. Sí, había sido tan solo un día juntos y los sentía como mis amigos. Podía escuchar voces que me gritaban si me encontraba bien, pero debido a que estaba tan ocupada sufriendo por el dolor, decidí no responder.
Unos segundos pasaron y logré calmarme. Ya todo había terminado.

Colocándome de pie me di cuenta de algo. ESTABA EN CUATRO MALDITAS PATAS. Jodeeeeeeeeeeer, no estoy loca. Esto loquísima. Me van a llevar a un manicomio y no saldré hasta mi muerte. Ay.

"Serás idiota, te dije que eres una loba. Y déjate de tonterías, que no estamos locas".

-¿Qué mierda...? –Cami no terminó de hablar porque el lobo negro se lanzó encima de ella.

JODER PENDEJA, CORRE. Cami estaba como en un shock, por lo que se quedó quita. El maldito chucho estaba a punto de arrancarle el cuello cuando decidí que era tiempo de reaccionar. Mis patas se movían solas y corrí con una asombrosa rapidez hacia donde se encontraban. Inmediatamente empujé al chucho, cayendo encima de él. No iba a dejar que dañara a mi mejor amiga, no si yo estaba con vida. Empecé a gruñirle, mostrando mis colmillos. No tenía idea de mi aspecto pero, si sobrevivía, ya tendría tiempo para ello. Y ahí empezó la pelea.....

Narración de escritora.

En otra parte del mundo dos hombres un algo ya mayores se encontraban discutiendo un tema de gran importancia. Uno de los desconocidos llevaba una capa de color roja puesta, la cual hacía que su rostro se ocultara. Lo único que podía verse eran los labios de aquel ser, gracias a las llamas que danzaban por aquella habitación, alumbrando tenuemente todo el panorama. El silencio era algo incómodo entre ambos, pero lograron solucionarlo ya que el de la capa roja habló.

-Señor hemos localizado a las princesas, pero creo que necesitan ayuda. Están teniendo un pequeño problema con unos lobos. –el hombre restante, que llevaba puesto una capa de color azul oscuro, coloco una de sus manos en su mentón y le miró con decisión.

-No podemos intervenir por ahora. Ya iremos a buscarlas luego.

~~ En otra parte ~~

Una mujer entró al salón echando humo por las orejas debido al enojo, haciendo que el hombre que estaba detrás del escritorio pusiera toda su atención en ella.

-¡Se supone que las nuevas alphas de las dos manadas debería estar ya aquí! ¿Qué mierda sucede? –se cruzaba de brazos en un intento de calmarse, algo que obviamente no ocurrió.

El hombre miró a su esposa con cariño y simplemente suspiró. Estaba preocupado, pero intentaba no aparentarlo.

-¿La verdad? No tengo idea. Pero espero que lleguen pronto.

~~ En otra parte del mundo ~~

Se encontraban dos personas discutiendo una situación de gran importancia en un salón. La mujer estaba desesperada, y muy preocupada por aquellas dos jóvenes. Le estaba reclamando al de barba larga y blanca porque no quería hacer nada.

-¡Pero profesor! ¡El señor tenebroso las está buscando! Ellas no están a salvo en donde se encuentran. –chillaba la mujer mientras caminaba de un lado a otro. El profesor le miró con compasión, pero no podía decir lo que ella deseaba escuchar.

-Lo lamento, pero no podemos hacer nada todavía. Solamente nos queda esperar.

Nota:

Otro capítulo que edito c: Deos, esto es difícil. Pero todo lo hago por ustedes.


Espero que os haya gustado este capítulo, recuerden votar y comentar.


Os adora,

-TWWM.


No solo una semidiosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora