12 meses para decir adiós

7

Chad:

Labios suaves y delicados, con un sabor a fresas.

Es así como imagine que sería besar a esta chica y di justo en el blanco sin equivocarme, la boca de Daysi sabe muy bien y sus labios aunque al inicio están quieto, no pueden resistirse a mí.

¿Y qué labios si?

Me devuelve el beso, despacio y jodidamente torturador, deseo más de ella, pero comprendo su timidez, soy un hombre que conoce solo de días, que acaba de besarla después de una "Cita", tengo mucha suerte que no me aparte o peor aún...

Que me dé una bofetada.

Y ella me aparta.

—¿Por q.. —Tartamudea un poco mientras mi respiración esta agitada.—¿Por qué hiciste eso?

Esta mujer es tan delicada, tan inocente...

Daysi..

¿Podría ser que es virgen?

Tiene las mejillas sonrojadas.

—Daysi...

—Debo irme ahora mismo..—Ni siquiera me deja hablar.

Abro los ojos.

—Te veré mañana.

¿Después de lo que hice quiere verme?

—Buenas noches, Chad.—Finaliza e ingresa a la casa. 

¿Cómo debes actuar con una mujer como Daysi?.—Es lo que pienso mientras reviso mi móvil, tengo el número que me ha dado, aunque cuando la busco, ella no se encuentra en línea.

Se actuar con las chicas..

¿Por qué ahora no sé qué decirle?

¿Y qué debe pasar por su mente? Más allá de no saber que escribirle, eso es algo en lo que no puedo dejar de pensar.

"Lo siento".—Esas dos palabras son las que escribo, aunque todo lo que siento sea lo contrario.

No lamento besar a Daysi.

Maldición... ¿Cómo alguien podría lamentar besar a una mujer como ella?

—¿Realmente va a ayudarnos?.—Es la segunda familia que visitamos y la segunda que me dice lo mismo.

—Sí, lo haré.

Mi respuesta es la misma y empiezo a dudar un poco, en cuanto a Deysi, cada vez que pongo los ojos sobre ella, aparta la mirada y no hablamos del beso ni nada parecido, nuestro único tema de conversación es cuando nos toca hablar con los pobladores de Santa Elena.

Nos invitan bocadillos, algunas que rechazo en su mayoría y prefiero un té, así sea el de más baja calidad, prefiero eso a los dulces.

Salimos de la casa y ella camina delante de mí, mis ojos no dejan de observarla.

—En algún momento voltearas a verme a los ojos.—Le pregunto y me coloco delante de ella impidiéndole el paso.—O debo hacer esto para tener tu atención.

Se mantiene callada.

—Parece que es la segunda opción.

Examino su rostro.

Tomo un respiro.—¿Te llegó mi mensaje?

—Si.. Llegó.

Al fin tengo una respuesta.

—Quiero entender que te sientes extraña por el beso.—Pronuncio, sus ojos se mantienen sobre mi.—Apenas nos conocemos y quizás piensas que por mi posición o por conocerme tan poco, yo este aprovechándome de ti.

—¿No lo dije antes, Chad?.—Inquiere ella.—No juzgo a las personas por cómo se ven, sean ricas o podres, seas tu o no..

—Si no se trata de eso.. ¿Entonces por qué?

Ella baja la mirada y la vuelve a subir.

—No soy una chica que te convenga.

Sonrio.—Eres la primera chica que me dice eso.

—¿Debo sentirme bien por eso?

Alzo las cejas.

—Tampoco quiero que pienses que me aprovecho o hago esto a cambio de ayudarte, o sea una forma de cobrarme.

—Ya dije que no se trata de eso.—Pronuncia convencida.—Confió en ti.Quiero confiar en ti.

Auch...

—No nos conocemos tanto, pero quiero guiarme en mi intuición y no quiero juzgarte por el hecho de que tengas dinero o goces de buen estatus económico, quiero confiar en ti porque quiero creer que así como hay hombres como Marlon Blackstone, también hay hombres como tú.

—Daysi, yo...

—Pero solo es eso.. entre nosotros no puede haber nada.—Me asegura. ¿Por qué esta tan segura?

¿Piensa que le romperé el corazón? Si esa es la respuesta tiene mucho sentido.

—¿No te ha gustado el beso?.

Tonterías, Chad, te lo devolvió.

—No es eso.

—Entonces no lo entiendo y no debe ser muy diferente a como conozco este tipo de cosas de dónde vengo, cuando te gusta alguien haces eso ¿No?

Sus ojos se abren.

Mierda.

—¿Gustar..?

No me he acobardado, no es parte de mí, aunque no tengo ni idea porque lo solté así.

¿Es por qué es la única chica que parece que no le atraigo?

¿Ha eso se debe?

No..

—Sí, Daysi, gustar.

Por primera vez siento miedo a ser rechazado.