— Recuerdo eso —. Comentó NamJoon con una sonrisa. — Sin querer los vi y después casi golpeo a YoonGi —.
Todos en la mesa miraron al monarca del inframundo confusos, ¿Él sabía y no le había dicho a nadie?
SeokJin soltó una risa, él si sabía, porque NamJoon y el follaban todo el tiempo y nadie además de YoonGi y JiMin sabían.
— Recuerdo esa conversación, NamJoon llegó a mi taller y me agarró del cuello empujándome contra la pared, preguntándome que qué le había hecho a JiMin, que si sabía qué violar estaba mal y mucha más mierda... Después le conté todo, entendió y se disculpó, después de eso, nos volvimos amigos —. YoonGi recordó aquella discusión y se río al igual que NamJoon, SeokJin y JiMin sonrieron porque entendían la situación.
—¿QUÉ MIERDA LES PASA? ¿ACASO TODOS APOYAN A QUÉ MI PROMETIDO SE REVOLCARA CON ESE IMBÉCIL? —. JungKook estaba harto, todos estaban muy comprensivos con la pareja, joder, la sangre le hervía de la cólera que sentía al verlos juntos, pensar que YoonGi se había acostado con quien se supone debía ser su esposo, mierda, es frustrante.
— Él no es un trofeo, así que cállate, el me escogió a mí por voluntad propia, yo no compré a su cobarde hermano para que me lo entregara como si de un objeto se tratase, JiMin es mi pareja le guste a quien le guste, él y yo nos amamos, se pueden ir a la mierda, que ustedes no tengan esta conexión tan especial con su pareja no quiere decir que nosotros nos la estemos inventando —. YoonGi refutó seriamente mientras miraba con desprecio a JungKook, sostenía la mano de JiMin con la suya, disfrutando de la tranquilidad que le brindaba, porque estaba que se levantaba de su asiento a patearle el culo a ese hijo de perra.
— No soy un objeto y no dejaré que me traten como uno, deberían estar felices por mi felicidad, por mi bienestar, porque encontré a un hombre que me respeta, me cuida y me ama, él jamás ha hecho algo en contra de mi voluntad, no utilizó su influencia para acercarse a mí, es más, él no estaba interesado en mí, hasta que yo me interese en él, ambos nos dimos la oportunidad de conocernos y ver si nos sentíamos cómodos, cosa que al parecer fue más allá, siento que sin YoonGi mi vida no tiene sentido. — JiMin hablo firme mirando a NamJoon —. Confía en dejar que probemos que nuestro amor es verdadero y no dejarás que nos hagan una injusticia —. Concluyó el chico, levantándose de su silla, necesitaba más cercanía de su pareja.
Así que el pequeño rubio se sentó en el regazo del mayor y lo abrazó, el contrario obviamente respondió a su abrazo y dejó que se escondiera en su pecho.
— ¿Algo más qué quieran agregar? —. Preguntó NamJoon, quien se removió en su silla, pensando en que decisión tomar.
— YoonGi hizo una propuesta de matrimonio preciosa y no pienso dejar que me detengan de casarme con el hombre que amo —. JiMin respondió ante la mirada de su pareja.
— Quiero saber acerca de la asombrosa sorpresa —. Pidió HoSeok, ahora curioso por la situación.
Después de aquella noche y de la pelea con NamJoon, horas después, YoonGi se encontraba formando armas nuevamente, pero esta vez no para los humanos o por pedido de los dioses, era para su amado JiMin.
Este arco era más delgado y estilizado, con unas pequeñas flores y hojas hechas en plata, que decoraban y hacían único aquel fino arco, todo estaba sumamente medido, creando un equilibrio increíble, este arco es menos pesado que el que tiene actualmente el rubio, sus flechas están hechas del mismo materias y su filo está sumamente definido, en la parte superior del arco estaban sus nombres tallados.
YoonGi duró todo un día perfeccionando aquel artefacto que le regalaría a su amado JiMin, apenas volviera de la tierra, había ido por asuntos que Hoseok le había mandado a supervisar.
Al terminar el arco y flechas, dejó todo en su habitación, tomo una ducha y cambio su ropa, la noche había llegado, el llevó una manta y el regalo, más una pequeña cajita de madera con sus nombres, llego a su punto de encuentro, esperó bajo la luz de la luna a la llegada de su amado.
Un rato después, el pequeño rubio llegó con su respiración agitada, tumbándose sobre YoonGi mientras lloraba descontroladamente —. No quiero, YoonGi no quiero casarme con JungKook, mi hermano me quiere comprometer con él —.
YoonGi cuando sintió el cuerpo del rubio sobre el suyo, preocupado lo había tomado entre sus brazos, tratando de calmarlo se sorprendió ante lo que escuchó — Mierda — Exclamó llevando sus manos a su rostro limpiando sus lágrimas. — Tranquilízate por favor, no dejaré que te cases con él —. Aseguró dejando un beso sobre su frente.
El menor respiraba de manera pausada, sintiendo como el mayor seguía acariciando su espalda hasta que se calmó por completo, entonces el hombre se sentó, dejando al chico sobre su regazo, acuno su rostro y dejó un beso en sus labios.
— JiMin mira, preparé esto para ti, símbolo de que siempre estaré aquí para ti —. YoonGi desenvolvió el arco, junto con la docena de flechas que había creado especialmente para él, quien esta atónito. — De que estoy dispuesto a cambiar por ti, de que no pienso dejarte jamás, básicamente de que estoy muy enamorado de ti y que desearía pasar el resto de nuestras inmortales vidas juntos —. Sin más el pelinegro también saco la pequeña caja y se la entregó al menor.
Había forjado dos argollas de plata, una más gruesa que la otra, una tenía un pequeño cristal incrustado, dándole un hermoso toque.
JiMin está hecho lágrimas, pero ya no de miedo y enojo, eran lágrimas de felicidad, demostraban lo conmovido que se encontraba ante su amado y dulce YoonGi.
— Si, yo... Yo deseo pasar el resto de mi inmortal vida contigo —. Afirmó entre lágrimas, para después dejar varios besos por el rostro de su pareja, cada uno tenía puesto su correspondiente anillo, mostrando que lucharían por su amor sin importar que o quien.
Sin más, el relato había llegado a su fin, unos días después Poseidón encontró a JiMin y a YoonGi besándose apasionadamente dentro del taller del último.
Por lo que hoy se encontraban todos reunidos en esa mesa, Jungkook le exigía a TaeHyung, que su hermano debía casarse con él y no con YoonGi, que era imposible que JiMin escogiera a YoonGi antes que a él, exigía que fuese suyo y de nadie más, pero YoonGi y JiMin defendían su amor, con escudo y espada, estaba dispuestos a hacer todo lo que estuviera a su alcance para demostrar que realmente ni el tiempo ni el espacio haría desaparecer lo que sentían el uno por el otro.
— Es tarde, tengo hambre y cosas que hacer, volveremos mañana a primera hora y les diré mi decisión —. NamJoon se levantó de su asiento arreglando su ropa, mientras veía a la pareja. — Ustedes dos pueden pasar la noche juntos y JungKook llegas a acercarte o hacer algo en contra de alguno de ellos y te voy a mandar al tártaro —. NamJoon abrió su portal de llamas azules y antes de entrar los miro a todos. — Y TaeHyung, estoy muy decepcionado de ti, pensé que me habías prometido cuidar a tu hermano y lo vendiste —. Diciendo esto, NamJoon finalmente desapareció y YoonGi se levantó cargando a su pareja para llevarlo a sus aposentos.
Mientras que JungKook seguía peleando con TaeHyung por lo sucedido, en cambio HoSeok se sintió por primera vez en su vida impotente, si favorecía a la pareja su hermanito lo odiaría, o si favorecía a su hermano la pareja lo mandaría a la mierda y le diría que es mal líder, un dilema que tal vez NamJoon debería manejar ya que es imparcial.
SeokJin desapareció como si nada del lugar, para llegar a su cuarto, donde NamJoon apareció invitando a ir con él, necesitaba con quien hablar del tema y quien mejor que su "no-pareja".
— Te prometo que todo estará bien y sea lo que sea que nos pongan a hacer para demostrar que nuestro amor no se romperá lo haremos, te amo muchísimo JiMin y nunca nada podrá compararse a ti, jamás existirá alguien más que logre acelerar mi amargo corazón si no eres tú —. JiMin estaba llorando aferrado al cuerpo de su amado YoonGi, temía que fuese la última noche juntos y lo que más deseaba era que lo abrazara con fuerza y no lo dejara ir jamás.
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ORIGINS © ANÁNKE #1 YOONMIN
Fanfic[EN CORRECCIÓN] El Olimpo, un amor, un conflicto y una consecuencia desmesurada solo porque el odio y la ira fueron más fuertes que el amor. Pero los dioses no pueden manejar sus sentimientos y esto está por comprobarse, porque el amor siempre puede...