Hay un capítulo antes de este <3
Adriel me miraba entrecerrando los ojos, yo fruncí el ceño.
—¿Qué?—me encogí de hombros.
—¿Crees que no me doy cuenta de que algo pasa?—se cruza de brazos.
Gire los ojos al cielo, cuando Sitael se fue Adriel subió las escaleras y desde que entró no ha parado de mirarme extraño.
Puede ser que haya tenido que ver, que Sitael, lo dejo abajo mientras volvió a subir y despedirse de mí como él dijo que debía. Los labios aún me ardían por nuestro contacto intenso, y mis mejillas aún estaban algo sonrojadas.
Creí que Sitael solo se iría, pero cuando volvió y cerró la puerta con pestillo me puse nerviosa. Me mostró una sonrisa coqueta y me tomó de la cintura fuertemente antes de darme un beso profundo. No pude evitar morder su labio inferior, lo que le hizo sonreír en mis labios y besarme con más fuerza. Su mano había bajado un poco, tocando mi espalda baja, me separé de él, sus ojos tenían un brillo diferente y sus pupilas estaban más grandes de lo normal.
No me dejo respirar por mucho y me tomo de la nuca para acercarme a sus labios.
Me asustaba lo rápido que me estaba acostumbrando a sus labios.
Luego de unos minutos se separó de mí y unió nuestras frentes.
—¿Me extrañaras?—dijo mientras me acariciaba la mejilla.
Mordí mi labio y negué, él sonrió divertido.
—Yo sí te extrañare—me dio un beso casto—. Mucho.
Reí por lo bajo.
—Es una pena que yo no lo vaya a hacer.
—Estás probando mi paciencia, cariño—me besó de nuevo, mi corazón latía muy rápido. Me divertía desesperarlo, no sabía cómo manejarlo, se separó y me miró con pena—Tengo que irme...
Asentí y lo abracé escondiendo mi rostro en su pecho, olía delicioso.
—No te tardes—susurre.
—No lo haré.
Luego de eso me besó la frente y salió por la puerta, me acomodé el cabello como pude cuando sentí venir a Adriel. Respire profundamente y espere.
—No entiendo de qué hablas—dije mientras me encaminé a mi escritorio para sentarme y sacar mis libros.
—El jefe estaba extraño—dijo y yo miraba distraídamente el libro—, ¿sabes qué le pasa?
Me encogí de hombros.
—No lo sé, yo solo soy la humana que cuida.
—¿Sabes que no es su tarea hacerlo?
Lo miré con cansancio.
—Si, lo sé—asentí—. Si algo le pasa, deberías preguntarle.
Rio sin ganas.
—Claro, como si él me dijera algo.
—Bueno, pues yo no lo sé—suspire.
Entorno los ojos hacia mí.
—Bien—asintió—, ¿qué harás?
Sé que no me creyó ni una sola palabra de lo que dije, pero no pretendía hacer nada para cambiarlo.
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Sitael
Paranormal- ¿Porque no puedo ver tu cara o tu pies?- preguntó enarcando una ceja. -Nadie es digno de admirar mi belleza más que mi creador.