Capítulo 1

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No era la mejor de mis semanas, había tenido varias preocupaciones a lo largo y no tenía ganas de nada. El aburrimiento me ganaba y no había nada interesante que hacer. Mi madre regañaba a mi hermana como siempre ya que ella tenía un carácter muy estresante y cuando se enojaba no había nada que la calmara.

Quería salir huyendo así que le pregunte a mi madre si podía salir sin ni siquiera haberle preguntado al alguien si quería acompañarme. Mi madre accedió.

Mi atuendo no cambiaba mucho, ropa negra u oscura, pantalones entubado y mis botas militares gastadas o mis converse. Mi cabello era siempre suelto, chino y despeinado, parecía león. Siempre traía poco maquillaje, simplemente delineada mis ojos, un poco de rimel y labial.

No me gustaba mucho el maquillaje, me hacía sentirme falsa.

A la primera persona que se me ocurrió hablarle fue a mi mejor amiga Ana. Siempre hacíamos casi todo juntas, ella solía levantarme el ánimo después de dejarme llorar un rato en su hombro y yo era igual con ella, a veces la dejaba que se desahogara, que llorará como si no hubiera un mañana y el mundo se estuviera acabando y otras veces simplemente no era capaz de permitírselo porque no se me hacía justo su sufrimiento. Me comento que estaba castigada y que esta vez no tenía ninguna forma de chantaje, así que me dijo que me la debía.

No estiba muy segura de a donde quería ir, tenía ganas de alojarme y coquetear con quien fuera, si era guapo y disponible y se portaba caballeroso conmigo obviamente. Pero también quería relajarme y desahogarme.

Había cortado con mi novio debido a que era un completo idiota, no me dio tristeza, era como si nunca hubiera existido y hubiera malgastado 4 o 5 meses. No sufrí en lo absoluto de mi "perdida" debido a que ambos ganábamos algo que estaba segura anhelábamos, libertad. Oh dulce libertad.

Esa es una de las principales ventajas de la soltería, puedes coquetear, aceptar tragos de desconocidos en bares, nadie que te pregunte que con quien andabas y lo mejor... 0celos y cero preocupaciones por regalos, presentes, fechas, ¡puga! Estaba tan harta de todas esas promesas incumplidas que una más y caía en depresión sin vuelta atrás. Como todos estaba harta de que me lastimada Claro, yo tampoco soy un ángel. Rompí uno que otro corazón y lastime a un par de chicos sin intención de ellos. Pero así pasa algunas veces no? Mi segunda opción inmediata fue mi nuevo mejor amigo. Lo conocí empezando el semestre, era todo un loquillo, lo que me veía bien porque una persona normal no soportaría mi aspecto sombrío pero mi alegre sonrisa, mis momentos "corta venas" y a los 5minutos que me diera el simple por una tontería. Me consideraba una chica común, pero a la vez, alguien anormal, una rara, esa clase de chicas que conoces y son tímidas, pero tienen sus facetas.

Él era el mejor chico que he conocido. Llevaba mucho tiempo esperando, sin mucho éxito, a que esa chava que era tan especial para él, le hiciera caso. Y yo con lo nada callada que soy le había dado uno que otro sermón y no hacía caso. Trataba que pensara en otras chavas, que despejara su mente y viera que ella no era la única que existía, que había mejores, pero era más terco que una mula y nunca me haría caso, así que, me he resignado a escucharlo y ya.

                “Necesito ayuda”- le dije por mensaje esperando que tuviera saldo suficiente y se enviara.

“que sucede? Paso algo malo?”

                “no… bueno si pero no… problemas entre mi madre y mi hermana, le pedí permiso para irme y bueno pues quería hablar con alguien y salir un rato, gustas acompañarme a la plaza un rato?”

“Por supuesto, todo bien?”

                “si algo así, te explico en la plaza va?”

“va”

Diario de un corazón enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora