Capítulo 2

98 4 1
                                    

Apenas llegue a la plaza cuando Alexander me mando un mensaje diciendo que ya estaba en el Starbucks. En la plaza, lo único que se veía eran parejas, parejas de chavos, jóvenes, adultos, tomados de la mano, abrazados, besándose, alegres, parecían de verdad estar disfrutando el momento pero lo único que yo era capaz de pensar era cuantos de ellos estaban fingiendo, aunque incluso aunque solo estuvieran fingiendo, yo anhelaba, muy en el fondo de mis pensamientos, estar asi, como esas parejas supuestamente felices.

-¡Dany!- grito alex. Me alegre mucho al verlo, ya que, sabia que a el podía contarle todo y que, a pesar de que me dijera las cosas firamente como si no sintiera nada, el estaba ahí para apoyarme.

Lo abrace fuertemente, sentía que me iba a soltar llorando ahí mismo.

-¿Qué sucede?- me dijo alex con una cara de angustia y preocupación.

-Nada, simplemente… agh! Me enoja muchísimo como mi hermana se pone de diva y hace que mi madre se enoje y luego ella me castiga a mi sin motivo o razón alguna. Chris no me cuenta nada de lo que esta pasando, dijo que tubo un mal dia y que tenia unos problemas pero no me dijo cuales y eso me preocupa el doble de lo que…-

-¡Shh! ¡ya! Tranquila, ¿si? Todo va a estar bien- alex era uno de los pocos que podía callarme asi y que después de eso yo lo abrazara en busca de consuelo- Todo estará bien tranquila, seguro que Chris tiene sus motivos y no te quiere preoucpar-

-Pero…

-Si ya se que eso te preocupa mas pero ya te dira, ¿si? Que te parece si mejor vagabundeamos un rato o vamos por algo.

-No, esta bien que vagabundeemos un rato, si quieres mas tarde vamos por una nieve y ahogamos nuestras penas en helado, ¿va?

-Okay, Bitch- y me rei. Era un juego nuestro, el era mi bitch y yo era su bitch también. Normalmente, en vez de decir “okay” como en “Bajo la misma estrella” decíamos “bitch? Bitch!” era nuestro propio juego.

Caminamos por toda la plaza abrazados, ambos estábamos acostumbrados a dar la impresión de parecer novios aunque no lo fueramos, no nos importaba. No hablamos de nada interesante, dimos vueltas por las tiendas, el me acompañaba a ver la ropa que me gustaba y yo a el, luego igual con la música y por ultimo entramos a la librería, que fue donde demoramos mas tiempo. Corrimos, jugamos, reimos, bromeamos, nos empujamos, simplemente nos divertimos y nos relajamos de la estresante semana que ambos habíamos tenido.

Llegamos al puesto de la nieve y fue ahí cuando lo puse aprueba.

-Ordena tu, yo voy a ver donde son podemos sentar ¿va?

-¿De qué lo quieres?

-ots

-Daniela…

-Adivina mi helado favorito- y de ese modo hice mi salida triunfal, no sin antes hacerle un guiño y ver como rodaba los ojos.

Diario de un corazón enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora