Ya habíamos regresado a clases, después de unas vacaciones un poco estresantes parecía que ya todos nos moríamos por volver a vernos.
Alex me había dicho que si podía ir a su casa a estudiar, la que tenía que estudiar era yo, después de mi promedio del semerstre pasado Alex y Chris se habían "comprometido" a ayudarme con todo lo que pudiera, tanto tareas como estudiar para los exámenes.
Le mande un mensaje para decirle que ya iba en camino pero no me respondió.
Llegando a su casa me abrió la puerta su mama, ya me conocía y supongo que Alex ya le había dicho que yo iba a llegar.
-¡Hola Dany!
-Hola señora ¿Como esta?
-muy bien gracias. Pasa
-muchas gracias. ¿Esta Alex?
-Sí, está en su recamara. Pásate
-Muchas gracias.
Iba pasando por el pasillo cuando me encontré a la hermana menor de Alex Natalia
-Hola Dany
-hola nat
-Alex está en su cuarto
-Sí, gracias, tu mama ya me dijo
-Okay. Estaba un poco alterado hace rato
-¿Por qué? ¿Qué paso? ¿Paso algo malo?
-No lo sé, se encerró hace ya rato. Suerte
-Mmm… gracias
Natalia me había preocupado un poco. Toqué dos veces y Alexander no me abría, ni decía nada. Decidí abrir la puerta y rece porque no estuviera bailando en bóxer y con audífonos puestos.
Para mi mala suerte era algo peor. Estaba golpeando un costal y ya le sangraban los nudillos. Me puse pálida y muy preocupada, el obviamente no se había percatado de mi presencia.
Cerré la puerta y fui hasta donde él estaba, con la esperanza de que no me confundiera con el consta.
-¡Alex!-le dije y no me hacía caso. Note que traía sus audífonos y me daba miedo acercarme.
Había tenido un amigo con problemas de ira y una vez tuvo una pelea, me espante demasiado, tanto por el cómo por el otro chico, me puse demasiado pálida. Cuando los separaron él se dio cuenta de lo preocupadas que estábamos Ana y yo, y por supuesto el resto de nuestros amigos. Desde entonces e incluso antes de que eso pasaba siempre había intentado calmar a mis amigos por miedo a que algo les pasara.
-¡ALEXANDER!- le grite y esta vez sí se detuvo.
Se veía exhausto, acabado y definitivamente parecía que podía soltarse llorando de puro coraje, quería pensar yo.
Me observo un segundo, de seguro aun me veía muy pálida, se quitó los audífonos y se empezó a disculpar.
-Perdona, no era mi intención, olvide que ibas a venir y…- lo interrumpí, no quería que siguiera disculpándose sin sentido.
-No te preocupes, ¿todo bien?- solo negó con la cabeza.
Me acerque a abrazarlo sin importarme cuan sudado estaba en ese momento, me abrazo muy fuerte y yo a él. Estuvimos así un largo rato y se vivió a disculpar con un par de lágrimas silenciosas.
-Discúlpame
-¿por embarrarme de tu sudor o no escucharme?-intente bromear un poco y logre sacarle una risita.
-Ambas y por asustarte también
-No pasa nada…- obviamente pasaba algo pero no iba a presionarlo.- ¿Dónde están las vendas?- le pregunte penosa y seria.
-En el gabinete de debajo de los libros.
-¿También el alcohol?
-No, solo las vendas
Fui por las vendas y observe que todo estaba en perfecto orden.
Empecé a vendarle las manos en silencio, observando cada una de sus heridas y cuidando no lastimarlo más. Él tampoco hablaba ni hacia ningún gesto, parecía muy apenado. Al final yo hable.
-No pasa nada, está bien, no import…
-Fue por Vanesa…
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Diario de un corazón enamorado
Teen FictionOur song. Our dance. Our story. Our secret.