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-¿Qué? -exclama con hastío, su grave voz ha hecho vibrar el cuerpo del más moreno, sin embargo, éste se mantiene firme. -Simplemente me aseguro de que nadie robe mi casa -dice de forma espontánea con suavidad, mientras se adentra aún más en la habitación. Keith da un par de pasos hacia atrás. Por favor, siempre creyéndose el centro de atención, como todos los de su tipo. Bufó. -Nadie quiere hacer eso, créeme -alega y le da la espalda, queriendo terminar ahí la conversación. Lance inhala profundamente con suavidad, él aún no quiere irse.
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-¿Sabes? Estás en mi habitación... Entonces Keith se gira y lo mira con fastidio, rueda sus ojos y deja ir su cuerpo con pesadez, completamente hastiado. -No vine aquí a conversar -termina por decir antes de tomar rubo hacia la puerta, dispuesto a salir y marcharse de una vez por todas. Pero el que Lance pusiera suavemente su mano sobre uno de sus brazos, lo hace quedarse petrificado en medio de la habitación, con una respiración irregular y el corazón latiendo de forma rápida. ¿Qué demonios es ese chico?
