Capítulo 1. Los talentos de Hawtz.

959 88 15
                                    

Inspeccioné bien cada uno de mis nuevos libros para la escuela, ya forrados y listos para ser usados. Abrí mi olvidada mochila para guardarlos junto con mis útiles escolares.

-¿Calculadora?-Preguntó Axel sentado a mi lado.

-Listo. -Dije mientras verificaba que la calculadora estuviera dentro de mi mochila.

-¿tu identificación de estudiante?-Preguntó. Yo asentí viendo lo que guardaba en mi mochila.
-¿el libro de matemáticas?-Preguntó. Asentí nuevamente mientras cerraba el zipper. - ¿carpeta, computadora, lápices y tabla periódica? -Preguntó mientras yo seguía asintiendo conforme lo que él decía.

-Creo que lo tengo todo listo. - Aseguré cerrando la mochila. Me bajé de la cama y recargué la mochila al lado de mi puerta de entrada.

-Todo menos tus ánimos. -Me acusó Axel sentado en mi cama.

-Creo que eso es lo que me falta. -Admití desanimada al caminar de vuelta a la cama.

-Tranquila, te aseguro que todo saldrá perfecto. -Me calmaba acercándose un poco más.    Suspiré sin poder esconder mis desánimos.

-No quiero volver a ser la chica nueva. -Me quejé desanimada mientras dejaba que él me tomara la mano. 

-Será diferente en Hawtz, ya conoces a mis amigos, a la mayoría de los profesores, las instalaciones, conoces casi todo. Estarás bien. -Me aseguró. Me encogí de hombros en señal de inseguridad.

-Sólo me gustaría poder tener un lugar estable y dejar de cambiar las cosas en tan poco tiempo.

-Hawtz será ese lugar. - Garantizó. Se fue poniendo en pie. -Y ya es tarde, necesitarás mucha energía para tu primer día. -Me dijo en forma de despedida. Mostré una mueca, pero él me sonrió y levantó mi mano para besarla.

-Todo irá bien. -Aseguró. Le asentí un poco intentándole creer. Salió de aquí y yo me preparé para dormir.

A la mañana siguiente, desperté unos minutos antes de que sonara mi alarma. Así que me arreglé más tranquila. Me miré al espejo y me admiré en uniforme. Aún no me sentía lista para ir a la escuela, pero no había nada que hacer. Me di una última cepillada al cabello y bajé las escaleras con paciencia y mi mochila en la mano. Me senté en el comedor, donde ya estaba Hakon sentado.

-¿Lista para tu gran día?-Me preguntó.

-No me lo recuerdes...-Murmuré. Rio un poco y regresó la atención a su plato de avena. Al poco tiempo bajó Edith.

-Ay, mírate, Emi, te ves tan linda en tu uniforme. -Decía con ternura. Le sonreí levemente y regresé la mirada al plato negando un poco.

-No me convencerás, Edith. Me siento tonta. -Advertí, pues el uniforme me parecía un poco exagerado. Una falda café con cuadros guindas, blusa blanca de botones con cuello bien acomodado, moño guinda en el pecho, saco café y largas calcetas blancas con mis zapatos negros.

-Es verdad, te ves muy bien. -Advirtió Edith sentándose al lado de Hakon.  Desayunamos en silencio mientras yo repetía en mi cabeza una y otra vez mi nuevo horario de clases.

Cuando Axel bajó, sólo tomó un pan tostado de la mesa.

-Vamos tarde. -Me dijo él en voz baja. Asentí un poco y me levanté para apresurarme al baño de abajo a lavar los dientes. Ya sólo me despedí de Hakon y Edith, ambos intentaron animarme, pero no funcionaba.

-¿Estás lista para tu gran día?-Preguntó Axel cuando íbamos en el auto. Sonreí levemente mientras me maquillaba.

-Sí, ya lo tengo previsto. Entraré a mi salón, los alumnos me verán de arriba a abajo, los profesores me obligarán a presentarme a principio de cada clase, probablemente haré el ridículo siempre que intente presentarme. A la hora del almuerzo te buscaré entre tus amigos, me sentaré con ustedes para no estar sola, entonces no haré amigos de mi grado y cuando tu generación se gradúe quedaré completamente sola. -Le dije poniéndome rímel. 

Secretos de Cristal (#2 Saga Cristal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora