Capítulo 6. Adilene.✨

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2020, 3 de Junio por la mañana.

Adilene despertó y miró a la otra cama algo pensativa, Rubén no estaba en ella y solo había dos conclusiones: o Rubén no había dormido en la habitación o se había despertado muy temprano.

La chica pensó un momento y reflexionó que Rubén no había dormido en la habitación por que ayer aún estaba algo tenso, y de hecho aún estaba dándole vueltas y creyendo que todo era su culpa, ¿Pero por qué ella era así? ¿Por qué se disculpó ayer con Rubén, y permitió ser humillada? Para todos ella era tan amable y buena persona con la gente, bueno para obtener esa respuesta debemos regresar algunos años al pasado.

Desde que Adilene era muy pequeña sus padres siempre le inculcaron el respeto y amor por las demás personas por encima de todo, incluso de ti mismo, le inculcaron el defender a los demás, y siempre le inculcaron el lema "No herir y ser herido", por lo cuál ella simplemente no podía ser mala con nadie, pero hubo un suceso en especial que la hizo jurar jamás hacerle daño a nadie y siempre confiar en que las personas pueden cambiar hasta el último momento, esa era su máxima filosofía, creer en el cambio, el poder del amor y que este es real, apesar que este mundo intenta pintarnos que no.

2006, 3 de Diciembre.

Adilene un día salió de casa junto a su mamá rumbo al mercado, la pequeña de apenas 6 años jugaba con las líneas del suelo sin pisarlas mientras caminaba al lado de su mamá; sin darse cuenta, una camioneta negra se paró a su lado y 3 hombres con una máscara negra bajaron con velocidad, dos de ellos sostuvieron a su mamá y el último le puso un pañuelo en la boca a la pequeña para dormirla y así perdiera la razón cayendo desmayada, su madre no pudo hacer mucho frente a esos hombres, por lo cual solo se rindió y miró como se llevaban a su hija y sus pertenencias dejándola ahí tirada en medio de la calle.

Cuando apenas despertó, la pequeña miró alrededor, encontrándose con un cuarto lleno de otros niños de su edad, todos estaban asustados, y la mayoría estaba llorando aunque Adilene realmente no entendía la razón, un chico igualmente con máscara entró en la habitación para darles comida, se veía fea y la pequeña no quería comer eso, así que mejor se sentó en una esquina viendo como todos los demás niños comían desesperados, parecían zombies de una película de terror verdaderamente hambrientos, eso la asustaba un poco, ver a todos los niños comer con tanta prisa e incluso peleando un poco por la comida era algo que la asustaba.
Pasaron algunos días más, la niña no sabía cuantos, por que apenas sabía contar y además en ese cuarto oscuro ni siquiera había una correcta percepción del tiempo, de pronto, el chico entró en la habitación y dijo que elegiría a cinco niños "Para un juego", algunos retrocedieron y otros comenzaron a llorar, pero Adilene levantó su pequeña mano como había aprendido en la escuela y se ofreció por que para ella los juegos siempre eran divertidos, así que se acercó al chico y jalo su pantalón diciendo que ella quería jugar, aquel sujeto asintió con la cabeza y eligió a otros cuatro niños al azar para que lo acompañarán fuera de ese cuarto, cuando salió junto a aquel chico, fuera de ahí realmente nada era diferente, el mismo color gris en todo el oscuro pasillo, el techo con goteras, el piso sucio y un olor feo. Llegaron al final de un pasillo donde los sentaron en una banquita al lado de una puerta y Adilene jugaba con sus piernas, meneandolas por el aburrimiento y no poder esperar a comenzar a jugar, mientras los otros niños estaban nerviosos y asustados. El chico tomó a uno de los niños y entró al cuarto; pasó un largo tiempo y el chico salió para ir por otro niño. Así fue hasta que sólo Adilene quedó y cuándo llegó su turno esta estiró su mano para que el chico la tomara y la acompañara al cuarto.
Al entrar Adilene no vió a los otros niños, por lo que confundida preguntó - ¿Y mis amigos? - En el cuarto había lo que para la pequeña era una cama de hospital, por lo que negó y miró al chico hacia arriba - Yo no estoy enferma - Soltó una risa algo obvia y seguía mirándolo.
La expresión del chico no se veía a traves de la máscara pero una muy pequeña risa escapó de su rostro y entonces guío a Adilene fuera del cuarto para caminar por el mismo pasillo y regresar con los otros niños, antes de entrar la pequeña frunció el seño y se detuvo - ¡Hey, no jugamos! ¿Lo olvidaste? - Dijo mirándolo antes de entrar, el chico solo la ignoró y Adilene volvió al cuarto.
Pasaron los días y la comida llegaba, ella comía muy poco, ya que todos la empujaban o la excluían, ella estaba enojada pero solo bajaba la mirada y dejaba que los demás comieran, ella suponía que los demás estaban más hambrientos o algo así, los días pasaban y era lo mismo, algunas veces otros 5 niños se iban y no volvían, hasta que el chico vino y Adilene se acercó a él mientras todos retrocedieron - Oye, no he comido nada, mis amigos tenían hambre - Hizo puchero y lo miró, el chico la ignoró pero fue elegida con los otros 4 niños de hoy.
Caminaron hacia aquel cuarto y Adilene se sentó en la banquita a esperar, todos pasaron antes que ella y se veía algo molesta, cuando el chico salió la pequeña lo miró y dijo - Oye, ¿otra vez yo tampoco jugaré? - Dijo mirándolo y se cruzó de brazos.
- No - Dijo el chico seria y fríamente, guiando a Adilene a otro cuarto.
Adilene miraba el lugar confundida y se sentó en un sillón que había ahí - ¿Que hacemos aquí? - Preguntó curiosa y lo miró.
- Te daré algo de comer - Suspiró y la miró llendo por un pequeño plato de una porción que había guardado.
- ¡Gracias! - Dijo emocionada y comenzó a comer mientras lo miraba - ¿Por qué todos están tan asustados? - Pregunto mientras comía realmente alegre.
El chico no le contestó y la apuró, ya que dentro de poco llegarían sus jefes a exigir resultados, y obviamente si la veían ahí la matarían y posiblemente a él también.
Adilene se veía confundida y molesta, ya que no había podido platicar mucho con su amigo.
Cuando volvió al cuarto oscuro pasaban los días y a diario Adilene salía con su amigo al cuarto de antes donde comía y a veces cruzaban algunas palabras aunque a su parecer no sabía hablar muy bien por qué casi no lo hacía.

Todo cambió un día, el último día que estuvo ahí, ni siquiera lo recuerda bien, pero empezó como un día normal, hasta que el chico de nuevo entró y solo se llevó a Adilene. El chico tomó su mano y camino por el pasillo, pero no fueron al cuarto de hospital o al cuarto donde ambos platicaban sino que subieron unas escaleras y había una gran puerta de madera.
- Si te vas de aquí, ¿prometes que siempre te portaras bien? - Dijo el chico encongiendose a su altura y suspiró acariciando su cabello.
- ¡Pero no quiero irme! - Dijo confundida y algo triste - Tu eres mi amigo -
- Debes irte aunque no te guste, es lo mejor para ti, pequeña - Dijo al quitar su máscara y besar su frente - Vete ya, no tienes más tiempo; en cuánto la puerta se abra corres mucho ¿okey?
- No, por favor, déjame quedarme - Dijo y lo abrazó, a Adilene no le había pasado nada malo y por eso quería quedarse, además de que aquel chico le caía bien, pero en fin.
Estaba apunto de irse pero las llaves y la manija de la puerta sonaron.
- Mierda, ¿que hacen aquí? - Dijo poniéndose su máscara de prisa y escondiendo a Adilene tras el escritorio.
Adilene se escondió con miedo y la puerta se abrió, recordó lo que le había dicho el chico y salió corriendo de inmediato esquivando a los hombres.
- ¿Qué pedo con esa niña? - Dijo alterado el hombre que había llegado. Estaba apunto de correr tras ella, pero el chico lo detuvo cerrando la puerta.
- ¡Solo es una! No podemos arriesgar todo por una niña - Dijo poniéndose enfrente de la puerta y disimulando que no le importaba más que la reputación del lugar.
- Tu la dejaste ir, cabrón - Sacó su arma, recargandola y disparó sin pensarlo en el pecho del otro dos veces.

La niña escuchó un ruido fuerte en la casa y se asustó, corriendo más rápido y entrando a una tienda para esconderse con un señor que atendía ahí - Ayudame por favor, no se que pasó con mi amigo, me dijo que corriera - Suplicaba Adilene asustada y sollozando.
El señor apenas la entendió, pero comprendió lo que pasaba, por lo que la ayudó a esconderse.

2020, 3 de Junio por la mañana. (Tiempo Actual)

Adilene bajo del cuarto y miró a Rubén recostado en el sillón, estaba encogido en una posición en la que casi se abrazaba así mismo, por lo que asumió que tendría frío y subió por una cobija para taparlo, se sentó en el sillón de enfrente y suspiró - Se que... En realidad podemos ser amigos, toda la gente merece una segunda oportunidad y se que todos pueden cambiar - La chica sonrió mirándolo, se levantó para ir a la cocina y comenzar a preparar su desayuno.

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