Algo Más que Solo Amar.
El amor destinado, esa conexión que uno siente con una persona especial, el hormigueo que te recorre el cuerpo con tan solo su presencia cerca de ti, esos nervios que te atacan y hacen que pierdas el sentido del habla y el pensar coherentemente. Es esa sensación de que es amor verdadero.
Pero, el destino es un vil bromista, que te hace pensar que una persona es tu alma gemela y le quieres con fervor, sin embargo, no siempre será tu destino, tal vez, solo le tocaba ser tu destino hasta quien es verdaderamente tu persona especial.
El amor es juguetón, y se entretiene confundiendo a las personas, haciéndoles sentir mariposas en el estómago y enredándoles la lengua para que les costara hablar y parecieran tímidos, avergonzados, torpes, enamorados perdidamente. Pero también, el amor era ilusorio, pues no siempre con la persona que se sientes sentimientos fuertes al inicio es la indicada.
A veces, los amores más hermosos se forjan con el tiempo, van creciendo en medio de una relación tan sencilla como una amistad pura, unida y fiel. La dulce unión de dos almas que sienten entenderse cada vez mejor, incita al amor a darles una chispa más, una luz que los haga querer unirse más. Entonces, les da calor en su interior, los envuelve en grandes sensaciones que los confunde y les hace tener la cabeza llena de dudas y miedos.
También es sabido que los caminos más complicados requieren mayores sacrificios, pero cada batalla ganada en el recorrido a la meta, trae consigo un fruto que se puede cosechar al final, cuando por fin se acaba la ruta y se llega al destino, uno maravilloso, inesperado y que supera todas las expectativas tenidas en el inicio del intenso viaje.
Las mejores cosas se obtienen de grandes esfuerzos, y eso, Auron y Rubius lo sabrían bien.
Karmaland, un pequeño pueblo oculto en las profundidades de un bosque, rodeada de abundante agua, volviéndola una fantástica isla en medio del frondoso verde. En él, vivían guerreros que protegían al mundo de los males existentes: esqueletos con flechas, zombies, gigantescas arañas venenosas, monstruos que explotaban, y hasta dragones. Entre la soledad de su divinidad, era de esperar que los guerreros fueran desarrollando fuertes amistades entre ellos, pero también surgiera el amor luego de pasar tanto tiempo juntos.
Luzu y Auron habían conectado de inmediato. El primero tan experto y el segundo un novato, siendo guiado por el castaño, el chico con un flamante mechón de oro en el cabello poco a poco fue llegando al nivel de sus compañeros, logrando la admiración de su maestro e incluso mucho más. Luzu y Auron se volvieron muy unidos, por lo que no era de extrañar que pronto se volvieran una inusual pareja, que conectaba tan bien y equilibraba la explosividad de Auron y la tranquilidad del castaño. Eran el ying y yang personificado.
Y no eran la única pareja con esa cualidad: Vegetta al principio se desesperaba con Rubius, el chico albino adoraba molestar al moreno de ojos violetas, le encantaba verlo refunfuñando por las cosas ilegales que trataba de hacer a escondidas, siempre siendo pillado por Vegetta. Según les contaba a todos, molestaba al fortachón solo para sacarlo de quicio y reírse un momentos, pero su mejor amigo, Auron, le había hecho entender "que uno no buscaba tanto la atención de alguien solo para hacerle enojar". Esa frase había quedando dando vueltas en la cabeza del chico albino. Mientras, por el otro lado estaba un confundido Vegetta, riendo para sus adentros con las estupideces que hacía Rubius para hacerlo enojar. No podía negar que era como ver un niño pequeño queriendo la atención del chico que el gustaba, y al tiempo deseaba ser ese joven... Y entonces entendió, que lo era. Felicidad. Inmensa alegría albergaba en su cuerpo; le gustaba Rubius, y era claro que él le gustaba también. Con eso en mente, el moreno comenzó a ser coqueto con el albino, poniéndolo nervioso y aclarándole las dudas; claro que le gustaba Vegetta, es más, le encantaba. Una vez aclarada su cabeza, se lanzó con toda la energía que siempre demostraba tener a por el amor de Vegetta, y así formalizar de una vez su relación. Otra pareja más dentro del grupo de guerreros.