—Zabdiel, es momento de irnos —avisó su mamá para luego dejar a su hijo solo en su habitación.
Zabdiel tomaba con sus manos la última caja que faltaba de echar a la camioneta, en ella llevaba sus trofeos que había ganado en los concursos de canto en su escuela, fotos de él y su novia al igual que las cartas que recibía por parte de ella y una que otra fotografía familiar.
Miró su habitación por última vez, aquella donde tenía un poster de Emma Watson, donde tenía un mueble, su cama, su armario y hasta una canasta de basketboll para practicar encestando la basura para que luego se cayera al bote.Suspiró fuerte y cerró la puerta. Bajó las escaleras y luego salió de su casa; su madre cerró la puerta mientras que Zabdiel se subía al auto junto con su hermanita pequeña, Lorena alias Lory.
—Mamá —llamó la niña y su madre la miró por el espejo— ¿Zabdiel está enojado? —preguntó con inocencia mientras peinaba a su muñeca
—Zab ¿Qué pasa? ¿Es por el tráfico? No te preocupes que llegaremos pronto —dijo la mujer mientras tomaba de su botella de agua
—¡No! Estoy molesto porque tenemos que mudarnos —dejó de mirar la ventana—. Tengo que dejar a mis amigos ¡a mi novia! Y todo por tu estúpido trabajo —dijo molesto
—¡Zabdiel! No es mi culpa que mi jefe me haya ascendido de puesto, en vez de estar molesto deberías estar orgulloso de mi, que por mi comes
—Hugh ¡tómala! —exclamó la niña en tono de burla y Zab tomó la muñeca y empezó a rayarle la cara con un marcador— ¡no Zabdiel! ¡mi muñeca! —la niña empezó a llorar
—¡Zabdiel por favor! ¡No le rayes la muñeca a Lory! —regañó
—¡Dámela! —pidió la niña y Zab se la aventó en la cara— aush ¡mi nariz!
—Eso te pasa por burlarte, niña malcriada
—¡Zabdiel!
—¿Qué?
—¡No le digas así a tu hermana!
—¿Y? Esa niña no es mi hermana, es solo la prueba de tu divorcio. ¡Por tu culpa papá dejó a mamá! —se dirigió a la niña de 5 años
—¡No es cierto! —los ojos de la pequeña podrían reflejar dolor
—Papá esperaba un barón pero tenías que arruinarlo, fuiste niña ¡por eso papá nos dejó!
—¡Ya basta Zabdiel! —gritó la mujer furiosa y Zabdiel se calló.
Sí, tal vez iba de mal humor por el hecho de mudarse; pero no era el momento de lastimar a su hermanita de esa forma. Aunque fueran verdad sus palabras, no era el momento de gritarle a la cara a una pequeña que es inocente y que no tiene la culpa de que su papá sea un idiota.
El trafico pasó y por fin pudieron cruzar la frontera. Ahora estaban en los Estados Unidos comenzando una "vida nueva". Después de unos minutos llegaron a la colonia en donde estaría su nueva casa esperándolos. Al llegar, la mujer estacionó el carro y lo apagó. Los 3 se bajaron, mientras que la madre sacaba las maletas del cajuela, Zabdiel con su caja en manos miraba la casa con un gesto de asco.
—¿Te gusta? —preguntó la mujer
—Es horrenda —contestó Zab
—La casa es linda mamá —comentó la niña con una sonrisa para que su mamá no se sintiera mal por las palabras de su hermano.
Y la niña tenía razón, la casa era linda, de 2 pisos y con un jardín lleno de rosas, al parecer el antiguo dueño le gustaban mucho las rosas. Meghan sacó las maletas para luego abrir la puerta con la llave que el vendedor le había otorgado. Sus hijos entraron y Meghan encendió las luces, era igual de hermosa por dentro que por fuera. Las paredes de color verde limón, uno que otro mueble, una sala y hasta un mueble lleno de libros, la niña corrió hacía ese mueble y empezó a tomar un libro.
—Las ventajas de ser invisible —leyó la niña el título que venía en la portada— es interesante...Mamá —voltea— ¿puedo leerlo?
—Sí, el señor Octavio dijo que nos regalaba los libros que había en la casa —contestó la mujer dejando la última maleta en la sala—. Gracias por ayudarme —le dijo a Zabdiel en sarcasmo
—Eres aburrida —le dijo a su hermana— leer un libro no te ayudará en nada
—Te ayuda a extender tu vocabulario y a mejor en tu ortografía —comentó la niña con orgullo.
Y por más que sonara raro, la niña sabía leer desde los 4 años. Había otorgado la inteligencia y el gusto por la lectura de su abuela materna. Desde los 4 años, su abuela les contaba cuentos y la enseñaba a leer a escondidas de su hijo ya que el hombre no le parecía buena idea de que su hija aprendiera a leer ya que estaba muy pequeña. De poco a poco la niña aprendió a leer los cuentos que tenía su abuela y con ayuda de su mamá fue consiguiendo libros de 100 páginas hasta llegar a las de más de 300.
—Zabdiel ya que no harás nada y solo estarás lastimando a los demás, ¿por qué no sales a conocer el vecindario? Tal vez conozcas a una chica —sugirió su madre ya harta de la actitud de su hijo
—¿Una chica? Nadie mejor que Alexandra —hablaba de su ex novia
—¿Alexandra? ¿La chica que te engañó con tu mejor amigo? Si claro, es la mejor chica que hay en el mundo —dijo la mujer en sarcasmo
—No me engaño, fue una equivocación —defendió a su novia infiel
—Hijo, el estar borracha no excusa tus actos.
Zabdiel le molestó lo que dijo su mamá y salió de la casa. No tenía ganas de ir a conocer el vecindario y se sentó cerca del jardín apoyándose en la cerca de madera que divía una casa de la otra. Estaba muy entretenido en su celular hasta que una pelota amarilla rebotó en su celular y cayó al suelo. Zabdiel maldijo y un chico castaño de 15 años, la misma edad que tenía Zabdiel, se asomó por la cerca.
—Hola —saludó el chico con amabilidad. Zabdiel se paró y se giró
—¿Qué quieres? —preguntó de mala gana
—¿Podrías darme mi pelota? —pidió con una sonrisa de oreja a oreja.
Zabdiel le sonrió con amabilidad y fue por la pelota, al recogerla se dio cuenta que había un clavo y lo tomó. Se dirigió con el chico que esperaba con ansias por su pelota, Zabdiel se la mostró y el chico quiso tomarla pero Zabdiel le encajó el clavo en la pelota haciendo que está se desinflara.
El chico hizo un puchero y sus ganas de llorar se hicieron presentes.
—¿Querías tu pelota? —se la aventó— ahí la tienes
—¿Por qué eres malo con Christopher? Christopher no te quiere, Christopher va a llorar —dijo el chico refiriéndose en tercera persona y comenzó a llorar
—¿Quién es Christopher? ¿De que me estás hablando? —preguntó Zabdiel totalmente confundido.
Christopher tomó lo que quedaba de su pelota, le sacó la lengua a Zabdiel y se fue. Zabdiel lo miró con el ceño fruncido.
—Que chico más tonto —susurró para sí mismo.
¡Holaa!
Nueva historia, primer capítulo listo.
Espero les guste y le brindan apoyo, se los agradecería mucho ❤.
Quiero decir que la forma en como describo a los chicos es de acuerdo a la historia, no es porque yo los mire así en la vida real. :D
Las amo ✌
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ᴇsᴛᴏʏ ᴄʜɪǫᴜɪᴛᴏ | ᴄʜʀɪsᴅɪᴇʟ
RandomA Zabdiel no le agrada tener que mudarse.Dejar su antigua ciudad, sus amigos y a su novia por la culpa del nuevo trabajo de su mamá lo tiene molesto. Y aún más molesto se pondrá cuando conozca a su nuevo vecino, Christopher quien es un chico "raro"...