•°Descansa En Paz Pelirroja°•

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Anne al terminar de escribir la carta para Gilbert comenzó a correr en dirección a su casa. Decidió que en vez de culparse por no haberle confesado antes sus sentimientos hacia el, se los diría ahora mismo y también le entregaría la carta.

Eran las siete de la tarde y ya se estaba ocurriendo, Anne corría con lágrimas en sus ojos, trataba de encontrar las palabras para explicarle que hacia en su casa a esas horas pero nada salía, era como si su cerebro cansado de pensar durante muchos años se hubiera desconectado.

Por fin logró ver la luz de la casa de Gilbert. Bajo la velocidad y trato de recobrar el aliento.
No lo penso dos veces y toco la puerta nerviosa. Sus manos y piernas temblaban como nunca antes.

-Anne? ¿Que haces aquí? -pregunto Gilbert al abrir la puerta.

-Necesito hablar contigo -mantuvo su mirada seria.

El chico la dejó pasar y le dio unas mantas para que no se congelara, hacia mucho frío afuera y ella no traía abrigo.

-Y dime. ¿Que es lo que querías decirme? -pregunto sirviéndole té.

-Necesito decirte lo que siento -hizo una pausa- Por ti.

Gilbert perplejo por lo que acababa de decir su pelirroja pestañeó confundido.

-Por mi? -se señaló a sí mismo.

-Si. Quiero confesarte mis sentimientos -el la miró esperando a que siguiera hablando -tu me gustas. Y mucho.

-Anne, ¿lo dices en serio? -pregunto con una gran sonrisa.

-Si, eh solo quería decírtelo. -se levantó dispuesta a irse pero una mano la detuvo.

-Anne, tu también me gustas. -Gilbert sonrió y Anne por fin pudo sentirse en paz, sus sentimientos eran correspondidos.

"Vive tu vida al máximo" -rocordo porque le había escrito a Cole.

Y por puro impulso tomó la cara de Gilbert y lo besó. Lo tomo desprevenido pero igualmente correspondió el beso.

-Anne, me haces tan feliz -sonrio y volvió a besarla.

-Y tú a mí -dijo y lo abrazó.

....
-Pense que me odiabas -la miró con una pequeña sonrisa.

-Nunca te odie -rio.

-Entonces, cuando te diste cuenta que te gustaba? -pregunto tomando su mano.

-Cuando me salvaste de Billy -le sonrió. -Ahora..¿Tu porque me dijiste Zanahoria y me tiraste la trenza? -pregunto com una sonrisa.

-Porque pensé que para llamar tu atención tendría que se como los demás niños. Luego me di cuenta que había sido un tonto -dijo y ambos rieron recordando el golpe que Anne le dio con la pizarra.

-Oye, ya es muy tarde. ¿Quieres que te acompañe a casa? -pregunto Gilbert viendo que ya eran las diez.

-Claro.

Y juntos caminaron hacia Green Gables. Esa noche sin duda había sido al mejor. Habían hablado por horas y habían confesado sus sentimientos. Anne por un momento logró olvidar la carta y su enfermedad. Hasta que vio su hogar a unos pasos lo recordó y su sonrisa desapareció pero se esforzó por hacer que Gilbert no lo notara.

-Mañana puedo venir? -pregunto Gilbert antes de despedirse.

-Si -contesto haciendo un esfuerzo sobrehumano para no llorar, no sabía si al siguiente día estaría aun con vida. Gilbert le sonrió y la abrazó.

-Te amo -dijo y dejo un cálido beso en sus labios.

-Tambien te amo -su voz se entrecorto pero hizo lo posible para que Gilbert no se diera cuenta.- Toma, léela mañana -le dio la carta y Gilbert la miró confundido pero asintió.

-Hasta mañana, zanahoria -beso su frente y se fue.

Anne lloró toda la noche rogando estar viva al otro día para poder ver a su amado una última vez..sus anteriores cartas ya habían sido enviadas, llegarían al día siguiente.

[Domingo 07 de marzo de 1893]

Por la mañana..

Gilbert al despertar vio la carta que había escrito Anne. Sonrio al recordar lo que había sucedido la noche anterior. Se levantó de la cama y tomo la carta que estaba en su escritorio, la miró por unos segundos y la abrió. La leyó y su cara pasó de tener una sonrisa a una llena de lágrimas. Anne, su Anne estaba enferma.

Sin más corrió a Green Gables y cuando llegó vio a Diana tirada en el suelo junto con Matthew y Marilla tratando de tranquilizarla aunque ellos estuvieran peor. Al ver la escena quedó en shock. En ese momento comprendió que ya no estaba, que se había ido. Corrió a su habitación y la vio tendida en la cama, estaba pálida, revisó su pulso pero al sentir el contacto de sus dedos contra su cuello sintió lo helada que estaba. Se fue. Ya no está.
Comenzó a llorar desconsoladamente. Pronto llegaron Marilla y Matthew y lo llevaron a su casa.

....
El día del funeral todos estuvieron presentes. Diana y Cole tenían en su mano la carta que les había dado su querida amiga. Al ver a Gilbert se acercaron.

-Ella te amaba muchísimo -Diana lo abrazo y el se permitió llorar. La necesitaba pero cumpliría con la promesa que le había hecho días atrás.

Años después..

Gilbert pudo graduarse de la universidad en Toronto y estaba trabajando en un hospital, ya tenia suficiente dinero ahorrado para pagar las primeras cuotas de la colegiatura en la Sorbona. Nunca encontró a ninguna mujer que se comparará con su amada Anne. Se prometió amarla solo a ella, no podía imaginar casarse con otra mujer que no sea ella.

Diana por su parte enfrentó a sus padres y se fue a estudiar música y ahora toca todos los días con una banda de músicos muy famosos. Tambien era feliz con Jerry, siguió el consejo de su queridísima amiga. Se casaron y se mudaron a una pequeña pero hermosa casa juanto a su pequeña hija Anne Cordelia Baynard.

Cole recibió un título como artista, hizo esculturas inspiradas en Anne. Se centró en la naturaleza y con flores y ramas hizo un gran dibujo de su amiga. Todo estaban fascinados con el trabajo de Cole. En una galería de arte conocio a Thomas Rivas. Se enamoraron y ahora son una pareja feliz que vive en el centro de New York.

Marilla y Matthew viajaron por todo Canadá y se atrevieron a ir a Estados Unidos, cuando volvieron adoptaron a dos gemelos muy simpáticos que estaban desamparados por las calles de Charlottetwon.

Todos los años volvían a Avonlea para conmemorar el aniversario de muerte de Anne. Quien los acompañaba a todos en cada una de sus aventuras.

-Descansa en paz, pelirroja -beso su tumba Gilbert. Dejo unas cuantas flores y le comenzó a hablar sobre cómo era la Sorbona. Y de lo feliz que estaba llendo a esa universidad.

Anne fue recordada como un espíritu libre y una gran compañera.

FIN

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FIN

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