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STEVEN STRANGE
• SEGUNDA PARTE • (24)

La siguiente vez que tocaste la puerta de su casa, fue dos semanas después de su primer encuentro y del único que habían tenido.

Ahora estabas en diferentes
circunstancias por ejemplo que tenías problemas para respirar adecuadamente, dolor de cabeza y tus ojos no paraban de producir lágrimas.

"Hola.." saludas en cuanto abre la puerta. La impresión de ti hace que avance un paso más preocupado y mirando para todos lados. "Lo siento si es muy tarde, pero... A-acaban de quitarme todo y lo único que podía-a pensar es en que debía ir con mi hermana pero.. ella está de viaje y cuando iba a ver a mi amiga recordé que estaba en casa de sus padres .. Entonces no puedo.."

Te cortas a ti misma y Steven te rodea con sus brazos.

"Eras el único que quedaba cerca, perdón"

"No te preocupes, está bien" murmura apretando su agarre. "Ya está, vamos"

Te guía dirección a la sala donde te sientas temblando, él te pone una manta sobre los hombros y sin decir nada más se va mientras permaneces dentro de tus pensamientos. Lo único que puedes agradecer es que no pasó a mayores.

Vuelve después de unos minutos con una taza humeante de té y la entrega despacio.

"¿Se llevaron todo?"

Asientes.

"Hasta mi joyería" dices con voz ronca y mostrándole tus brazos que al momento de apreciar mejor bajo la luz se ve lo rojo de unos dedos en tus muñecas y brazos.

Steven termina acercándose a ti y abrazándote de medio lado, tu temblor pronto desaparece mientras él susurra algunas palabras, lo último que ves son sus dedos moverse de un lado a otro antes de caer dormida.

Él retira la taza para dejarla en la mesita y luego te carga llevándote a la habitación de huéspedes donde quita tus zapatos y te cubre con una manta.

•••

"¿Qué sucedió?"

Steven voltea atrás mirando como sobas tu cabeza dando un paso más dentro del área de la cocina.

"Hice que descansaras después de aparecer en la puerta de mi casa diciendo que te habían asaltado ¿Panqueques?" Ofrece poniendo un plato sobre la barra de la cocina.

"Quiero ir a casa" dices apenas audible y cerrando tus ojos, las ojeras son visibles al igual que el color pálido de tu rostro. "No me siento bien"

"Por eso considero que debes comer y descansar aquí"

"No, gracias. Sería abusar de tu hospitalidad, además tengo que ver cómo reponer mis cosas, mi celular y los contactos perdidos"

"Como quieras" Se encoge de hombros y apaga la estufa. "Te llevaré a casa, hay una aspirina frente a ti"

"Claro que si" respondes viendo como antes no lo estaba. "Gra-"

Y él ya no está ahí, asientes lentamente sentándote en ella silla y jugando con la pastilla entre tus dedos.

•••

"¿Cómo te sientes?"

"Bien" Te acurrucas contra el asiento sosteniendo tu estómago.

ONE SHOTS • MARVEL • 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora