ONE SHOTS • MARVEL • 2

26

STEVEN STRANGE
•TERCERA PARTE • (25)

"Entonces saqué la bala y todos quedaron muy aliviados. El doctor que lo había dado por muerto tuvo que comerse sus palabras, es todo"

"Dijeron que eras egocéntrico, egoísta, soberbio"

"Todavía puedo serlo"

"Lo sé, tienes como esa vibra de seguir siéndolo pero es muy cool sentir que no lo eres en absoluto conmigo. En estos momentos" ríes señalando el espacio entre ustedes. Él agarra el envase de cerveza y brinda por eso.

Mira la hora en su reloj y niega.

"Tengo que irme, ya es tarde" Se levanta y empieza a recoger las cosas mientras haces lo mismo.

Cuando todo está en su lugar correspondiente y la zona despejada él se encamina a la puerta.

"Me da gusto de que ya estés bien"

Abres la puerta y te recargas en el marco de ésta después de que él sale escondiendo las manos en los bolsillos del pantalón.

"Me da gusto de que tengamos una buena amistad. No me imaginaba comer y cenar dos veces ya con mi héroe. Reconozco que es genial" sonríes ampliamente.

"También para mi" Admite. "Bueno.. nos vemos luego ¿cierto?"

"Apuesta tus mejores movimientos de magia a que si"

"Perfecto" murmura dando un paso más a ti y depositando un beso en tu mejilla.

Te sonrojas y lo único qué haces es colocar tu mano en su hombro. Su beso se siente más largo y por ello cierras tus ojos con un estremecimiento hasta que se separa lentamente.

"Adiós" Se despide en un tono de voz ronco.

Desorientada le sonríes ladinamente y terminas cerrando la puerta. Te recargas soltando un resoplido y soplando con tus manos a tu rostro, incluso sientes la emoción creciendo.

"Wow" dices silenciosa.

Caminas satisfecha hacia el sofá pero los toques en tu puerta te detienen por lo que regresas y abres dejando a la vista su sonrisa confundida.

"Lo siento, solo.." Te señala y niega con la cabeza antes de tomarte por la nuca y empezar a besarte.

Entra contigo al departamento y cierra la puerta detrás de él para luego apoyarte contra la pared sin que despeguen sus labios.

Haces el movimiento de subir a su cadera y él lo entiende perfectamente agarrandote con fuerza para subirte, lo rodeas con tus piernas apretándolo y que él gruña entre el beso. Ríes cuando empieza a llevarte contra todos los muebles donde o se sientan o se recuestan o él te sienta para ponerse entre tus piernas antes de levantarte una vez más y besarte.

"Derecho" musitas jadeando cuando te besa en el cuello.

En menos de lo planeado están en tu habitación haciendo un desorden con las sábanas de la cama.
Le sonríes poniendo tu mano en su nuca y besándolo intensamente, él cierra sus ojos disfrutando y después de mucho tiempo él también sonríe a lo grande.