Vida cotidiana

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Después de la celebración final, Don Mario se marcha su modesto en coche a su lujosa y enorme mansión con su familia conformada por su esposa Déborah Guzmán Olea y sus 4 hijos ya casados, el mayor Mariano, Orlando, Claudio y Marisol Faberman Guzmán en ese orden. Cuando don Mario llega a mansión solo su encuentra a su esposa Déborah:

Hola Mario, pensé que ya no vendrías.

Si ya se, pero te dije que podíamos ir
juntos al salón para seguir celebrando y no quisiste ir.

-Bueno tu sabes que ya estaba muy cansada, además tú sabes que no soy mucho de ir a fiestas, solo quise ir al evento pero nada más.

De repente deberías acompañarme más seguido, estaríamos más tiempo tú y yo, los únicos momentos son solo cuando llego del trabajo y aún así si estamos juntos toda la noches es la misma cama pero dormidos.

—Con eso es suficiente para mí, a fin de cuentas en su momento cumpliste muy bien como esposo y aún también, ahora es más importante tus deberes con esa empresa y con la humanidad, sabes a través de estos 33 años que tú y yo tenemos de casados me he sentido demaciado dichosa y prestigiada, porque se me hace algo increíble que nosotros sigamos juntos aún amándonos y sin separarnos hasta en la fidelidad hemos cumplido, es tan difícil creer que los matrimonios de figuras públicas, empresarios de cualquier gama, famosos y demás tipos de personas por ley terminan en divorcios y peleas legales por las custodias y los dos que somos muy conocidos y económicamente poderosos no hayamos pasado por algo igual ni en lo más mínimo, siempre vivimos como una familia totalmente normal, me siento muy agradecida con la vida de tener este lindo destino, unida como la persona que más amo además de mis hijos -lo dice mientras le toma la mano a su esposo.

No más que yo, es difícil encontrar una mujer que sea esposa por sus acciones y no nada más por estado civil, no saliste gastalona, no fuiste una fiestera de todas las semanas ni mucho menos de todos los días, además que no eres soberbia tantas y tantas como mujeres que se ven hoy en día, no puedo estar más feliz con el destino, tú atiendes esta tu mansión junto a los empleados, no como las esposas bultas de mis colegas que solo andan como sanguijuelas sin hacer nada y siendo un triste costal de papas en sus casas y tú nada parecida, puedo estar más contento? lo dudo.

No es para tanto tú y yo nos prometimos amarnos y cumplir nuestras obligaciones, al igual que tú las has cumplido yo debo hacer los mismo, fue una promesa.

Lo sé, y la hemos cumplido maravillosamente bien, lo único que espero es que mis hijos tengan la misma suerte con sus respectivos esposos, aún no los veo muy capaces de ser tan independientes.

No digas eso, todos ya tienen sus metas claras y solo es cuestión de tiempo para que las alcanzen no crees?

Mariano y Orlando tal vez, ellos son los que tienen más sangre fría y han sabido manejar mejor mis ejemplos, pero aún así les falta tiempo para que ocupen mi cargo como nuevos dueños....necesitan conocer mas de ese mundo de los negocios.

Solo a ellos les tienes esa confianza? y que hay de Claudio y Marisol?

Si de Mariano y Orlando no confío al 100% mucho menos de esos dos, Claudio con su tonto sueño de ser director y productor de cine y de Marisol ni se diga, quiere ser una empresaria de modas pero independiente, en lugar de ocupar la presidencia en mi empresa de ropa "Modaberman" es la empresa perfecta para ella y sale con idioteces.

Bueno, vamos por partes, en el caso de Claudio no veo que hay de tonto en su deseo de ser director, con sus relaciones públicas lo puede lograr sin problema alguno.

Mundo sin solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora