Sus hijos

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Más tarde don Mario llega a su mansión, no sin antes dejar a cobra en la camioneta que los custodiaba y llegar solo en su coche, entra en su casa y lo recibe su esposa como siempre:

Hola Mario, llegaste más temprano.

—Sí corazón, decidí salir más temprano hoy, ocurrió una desgracia con uno de mis empleados que después de cuento, ahora te pregunto ¿Ya llegaron mis hijos de su viaje?

—Sí, como era el plan hoy llegaron para arreglar por tí el asunto de la asociación del centro de ayuda alemán, ya ellos te contarán.

—Espero de no arrepentirme de haberlos mandado a todos a Alemania para arreglar ese asunto.

—Siempre desconfiando de ellos son nos estúpidos ponles algo de fé ¿no?

—¿Dónde están?

—En la torre, querían convivir un poco y descansar.

—Ok voy a hablar con ellos, en un momento bajo a cenar.

El señor Mario sube al tercer piso que consistente en una azotea que abarca todo el espacio al aire libre con una enorme torre peculiar en el centro de dicha azotea de 4 pisos pequeños, donde el primero es una sala con un bar, el segundo es un salón de juegos tanto tecnológicos como de meza, el tercero es un espacio de relajación con spa, baño de vapor, yakusi, y alberca techados y el cuarto es otra azotea que abarca todo el espacio de la torre con un domo que tiene la opción de ser o no tapado por un techo automático, con una pared de puro cristal resistente a cualquier impacto.

En este caso sus hijos con sus respectivos esposos estaban en el primer piso donde los encuentra a todos en convivencia:

—Buena noche a todos —dice el señor
Mario.

—¡Buenas noches! —dicen todos casi al mismo tiempo.

Don Mario saluda a todos los ahí presentes tanto a sus hijos como sus nueras y su yerno.

—¿Como les cayó Alemania? —Pregunta Mario.

Muy bien papá, de lo mejor, fue un viaje largo y divertido para todos. —dice el hijo mayor Mariano.

Encerio que si papá, fue inolvidable e increíble, Alemania es un país hermoso no hay nada igual. —dice la única y menor hija, Marisol.

Papá tú sabes que te agradecemos esto, y la confianza que depositaste en nosotros para encargarnos de los socios alemanes —dice Claudio, el tercer hijo.

—Negocio que te va a impresionar— dice Orlando, el segundo hijo.

Me alegra bastante que les haya encantado ese viaje, ya hablaremos de ese asunto ¿ustedes nueras, o tú yerno? ¿no tienen nada que decir? —dice Mario.

Pues ¿qué le digo al menos yo don Mario? Fue increíble, y le agradezco mucho que nos concediera este viaje, nos sirvió de mucho —dice la esposa de Mariano, Alma.

Asi es señor, fue una obra bonita de su parte, que todos saliéramos fue muy lindo —dice la esposa de Orlando, Consuelo.

No me agradezcan, ustedes también son de la familia Faberman, y son importantes también, pero bueno, ¿Dónde están Atenas y Lauro? —dice y pregunta Mario.

Están organizando las cosas que trajimos del viaje, no se aguantaron las ganas de verlas, ni usted va a creer los que trajimos para nosotros y claro que para usted y su esposa —dice Consuelo.

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2020 ⏰

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