💎 Chapter seven

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El mayordomo de blanco se retiró. El joven tomó asiento en uno de los sofás y observó todo a su alrededor, era la primera vez que ponía un pie dentro de aquella mansión. Había una persona que no estaba entre todos los retratos y fotografías, lo que reforzaba una de sus teorías.

– Ciel –llamó.

Ciel giró, viendo a Tn acercarse a él. Se levantó y tomó sus manos.

– Tn –sonrió.– Lamento haber venido sin avisar.

– No te preocupes, tu visita siempre será bien recibida aquí. Bienvenido.

– Gracias. Es la primera vez que entro, todo aquí parece estar hecho de oro.

– La combinación del blanco y el dorado dan un toque...celestial –rió.– Luke –lo miró.– Por favor, que preparen té y algún aperitivo para mí y mi prometido.

– Sí, señorita.

El mayordomo hizo una reverencia y se retiró.

– Veo también que todos los sirvientes visten de blanco.

– Sí, el color negro no es muy utilizado aquí. Lo reservamos para funerales.

– Ya veo. También...No he visto fotografías o retratos de tu hermano, ¿Alguna razón en especial?

– Tengo una fotografía con él en mi habitación. Lo demás lo mandó a sacar mi padre, dice que no le gusta recordar tanto a mi hermano, creo que lo extraña demasiado.

– Sin embargo, de tu madre parece no haber dicho lo mismo.

– Porque mi madre es sagrada, para él y todos en la mansión.

– Comprendo.

– En fin, cuéntame, ¿Qué te trae aquí? Estoy feliz de verte. ¿Dónde está Sebastian?

– También me alegra verte –sonrió.– Sebastian tenía...un trabajo especial hoy, así que sólo me acompañó hasta la puerta.

– Eso lo explica –rió.

Ambos tomaron asiento en el gran sofá, para continuar conversando. Poco después, el mayordomo de la mansión regresó con una bandeja, en la cual cargaba una tetera junto a dos tazas, un azucarero con terrones de azúcar blanco, una torre de tres platos con aperitivos dulces y dos porciones de pastel.

– Tn, estaba pensando...

– Dime –llevó un trozo de pastel a su boca.

– Podríamos organizar un té e invitar a Soma, ¿Qué dices? En mi mansión.

– Oh, creí que no te gustaban esas cosas.

– Lo hago por ti. Con el clima helado y tu enfermedad, no has podido salir mucho, es casi como una cuarentena.

– Sí...

– Entonces, podemos tomar el té adentro, junto a la chimenea.

– Hm. O podríamos...servir chocolate caliente –sonrió.– Me gusta el chocolate.

– Está bien. Lo haremos el sábado. Si hay algún dulce que desees, puedes pedírmelo y Sebastian se encargará.

– De acuerdo. Me encanta la idea.

– Bien –sonrió.

[Sábado]

– Es una lástima que estés enferma, podríamos haber jugado en la nieve –se lamentó Soma.

– Lo siento. Habría sido divertido.

– Bueno, podemos arrojarnos almohadas en lugar de bolas de nieve.

El pelimorado tomó un pequeño almohadón y se lo arrojó a la joven. Tn se sobresaltó y todo quedó en silencio por tensos segundos, hasta que ella comenzó a reír.

– No se vale –tomó el cojín y lo miró.– Eres más fuerte que yo.

– Lo siento –rió, rascando su nuca.

Mientras Tn y Soma jugaban, Sebastian se acercó a Juliette para susurrarle.

– Mi amo quiere hablar con usted.

– Bien –lo miró.– Pero mantén la distancia conmigo y mi señorita, ser del averno –se alejó de él.– De ser posible, trata de no respirar el mismo aire que ella.

– Lo intentaré –sonrió.– Mi amo está en su despacho.

El mayordomo contuvo la respiración, burlándose del ángel. Juliette frunció el ceño y rodó los ojos.

– Payaso –murmuró disgustada.

La mujer giró, caminando hacia el despacho del joven. Sebastian sonrió de lado.

[Despacho de Ciel]

Juliette entró y cerró la puerta tras de sí, mirando al joven Conde. Ciel estaba sentado tras su escritorio, con las manos cruzadas y su mentón recargado sobre estas.

– ¿Necesitaba algo, Conde?

– Tengo algunas preguntas qué hacerte, son dudas sobre la familia Bonnet.

– ¿De nuevo sus inquietudes sobre la familia? Ya debería saber, Conde, que no puedo contestar a sus dudas. La familia Bonnet y la familia Dahl tienen muchos secretos ocultos, y así deben mantenerse.

– Matthew llevaba por segundo nombre el nombre de su abuelo, dato interesante –dijo el menor, ignorando las palabras de la mujer.– Pero quien más curiosidad me causó fue su abuelo materno, Uriel Bonnet. Él no tenía un registro familiar, de hecho, tomó el apellido de su esposa, Madame Athaliah Bonnet.

– ¿Cómo supo eso? –preguntó sorprendida.

– Investigué. Tengo ciertos...contactos.

– Si el Duque Dahl se entera de esto, lo destruirá a usted y sus contactos, ni siquiera ese ser del averno podrá salvarlo.

– No busco una enemistad con Lord Leonard, es mi suegro después de todo. Tampoco busco perjudicar a nadie, sólo quiero saber un poco, tal vez logre ayudar a Tn a recuperarse.

– Que ridiculez.

– La última vez me funcionó, ¿No es así?

– ...

– Sólo necesito un poco de información, es por el bien de Tn. Sé que tú quieres ayudarla tanto como yo.

– ...Bien, responderé a algunas de sus preguntas. Pero a cambio, debe mantener todo esto en secreto del Duque Dahl, se volverá loco si se entera que está indagando en los secretos de la familia y metiendo las narices donde no debe.

– No se enterará. Entonces, ¿Me explicas cuál es el misterio referente a Lord Uriel Bonnet?

– ...Era un ángel.

– ... ¿Disculpa?

– ¿Alguna vez escuchó hablar del arcángel Uriel? Uno de los 7 arcángeles de la jerarquía angelical.

– Sí, había oído algo.

– Uriel era el ángel encargado de la Tierra y los templos de Dios. Pasaba tanto tiempo en la Tierra, con los humanos, que era de esperar que en algún momento ocurriera algo así. Se enamoró de una humana.

– ¿Madame Athaliah?

– Exacto. Era una joven tan pura, su aura era la más blanca que jamás había visto, tan amable como hermosa. Si hubiese tenido alas, cualquiera la habría confundido con un ángel. Él comenzó a seguirla a todos lados, disfrutaba oír su voz y verla pasear en los prados de flores que tenía la mansión de la familia Bonnet. Incluso era familia de sangre del Papa de aquel entonces, Georgio XVI, por parte de su madre, una italiana.

– ¿Y cómo es que...un ángel se casó con una humana?

– Fue complicado para Uriel, pero logró tener un permiso. Se casó con Madame Athaliah cuando ella cumplió 18, y tuvieron a Madame Bonnet. Madame Bonnet era hija de una humana y un ángel.

Broken 💎 Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora