💎 Chapter seventeen

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Jude entró a la biblioteca, con una bandeja en sus manos. Tn estaba sentada en el sofá, con una pila de libros a un lado, que iba desde el suelo hasta casi llegar a su hombro; se había pasado el día y lo que llevaba de la tarde leyendo los oscuros libros de su hermano.

– Señorita, su té de rosa mosqueta –tomó la taza y la dejó sobre la mesa.–, y una porción de Apple Crumble –dejó el plato junto a la taza.

– Gracias.

– Si desea algo más, puede pedirlo. Con permiso.

El mayordomo hizo una pequeña reverencia y se encaminó hacia la puerta, pero al dar unos pasos la joven lo detuvo:

– Jude, espera.

– ¿Hm? –giró, mirándola.– ¿Necesita algo más?

– Tengo una pregunta que hacerte.

– Adelante.

– Si pactase con un demonio... ¿Él podría devolverme mi salud?

– Por supuesto. Si usted lo pide, el demonio con el que pactó puede hacer lo que sea que desee.

– Si Matthew estuviera enfermo como yo, ¿Podrías curarlo?

– Sí, sobre todo a él. Mi amo es un brujo muy poderoso, eso refuerza su lazo conmigo, y me da más poder a mí para cumplir sus órdenes.

– Ya veo... –asintió.– Gracias, Jude. Es todo.

– No es nada. Con permiso.

Jude hizo una reverencia y se fue. Tn tomó la taza y le dio un sorbo a su té, pero casi se ahoga cuando comenzó a toser; tomó el pañuelo y cubrió su boca, y cuando se calmó observó la sangre sobre la tela, pensativa.

– Podría yo... –murmuró.

[Día siguiente]

[Mansión Phantomhive]

Tn y Ciel estaban sentados, enfrentados y con una pequeña mesa entre ambos; jugaban ajedrez. Ella pensó un momento, tomó una de las fichas y la movió hacia el otro lado del tablero.

– Jaque mate.

– Vaya, me ganaste –la miró y sonrió.– Buen juego.

– Gracias –sonrió.– Aprendí de ti –rió.

– Te has vuelto muy buena en poco tiempo.

– Me halagas –rió, sonrojada.

– ¿Quieres beber algo de té y comer algún dulce?

– Me encantaría.

– Bien –se levantó y se acercó a ella.– Si me permite escoltarla –dijo extendiendo su mano.

La joven rió, se levantó y tomó la mano de su prometido. Ambos se dirigieron a la sala, y allí el chico le ordenó a su mayordomo preparar té y algún dulce.


Sebastian sirvió dos tazas de té y las dejó en la mesa de café, para luego servir un plato de galletas con chispas de chocolate. Comenzaron a beber y comer tranquilamente, hasta que ella rompió el silencio:

– Ciel... –llamó.

– ¿Hm? –la miró.

– ¿Recuerdas...lo que me dijiste hace tiempo, cuando tratabas de ayudarme? Que...si Dios no podía protegerme, entonces el Diablo tal vez sí.

– ...Sí, lo recuerdo.

– Tú tienes un pacto con un demonio... –lo miró.– ¿Cómo lo hiciste?

Broken 💎 Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora