Jack Conway se había levantado de su cama un día más y, como era de costumbre, a las 6 de la mañana ya estaba listo para ir a trabajar. Se preparó con su típico uniforme de pantalón negro y camisa blanca sin prisas, tomandose su tiempo y disfrutando de la música que su celular le brindaba. "The mariconettis power" se podía leer en la pantalla del aparato, reproduciendo desde Spotify la canción "mayonesa", una sugerencia de Gustabo que había agregado apenas unos días atrás cuando empezó a extrañarle.Debía admitir que el ritmo le flipaba, aunque en realidad él no era de bailar ni mucho menos. Era sólo que cada vez que la escuchaba se acordaba de ese rubio psicópata. Aún estaba enfadado con él por la gilipollez que había hecho, pero no podía olvidarle tan fácilmente. No quería hacerlo.
Hoy el super-intendente se sentía diferente, después de tanto tiempo en un estado de oscuridad por la partida de Gustabo y Horacio por fin podía sentir un argo de curiosidad en su pecho. Se sentía preparado para salir a patrullar, y tal vez no sólo eso, si no que también para participar en algún que otro atraco y, por que no, avanzar en las investigaciones de la mafia para el CNI.
Urgó entre la nevera y al terminar de beber un poco de vodka para preparar su garganta, limpió la cocina y justo a las 8 de la mañana salió de su departamento.
Acomodó sus gafas con su dedo medio, con un gruñido caminó hasta la comisaría mientras fumaba un cigarrillo. Una vez ahí entró en servicio y cogió sus armas. La cosa iba tranquila después de todo lo que había pasado hace unos días. Se plantó y miró por aproximadamente diez minutos la pared de los oficiales caídos. Ahora ya no eran tres como muchos recordaban, ahora diez placas con nombres y la bandera de España se adornaban en la pared bajo el seudónimo de heroes de la ciudad.
-Ustedes sois parte mío... Sois mi sangre...-
Recitó su mensaje en voz baja como lo hacía todos los días hacia sus compañeros caídos. Ya habían sido 3 bajas más en sólo esa semana.
Tres bajas en una jodida semana.
La maldita mafia de los cojones les estaba pisando los talones, y él no podía soportarlo, no podía creerse semejante derrota que le vendría encima al final de cuentas, Pues ahora no solo se encontraba atado de los cojones por la opinión publica, si no que también por sus mismos oficiales que pedían justicia para sus compañeros.
Ellos no sabían que pronto atacarían, estaba cerca de descubrir la jugada que había preparado junto a Volkov semanas atrás. La cosa pintaba para su lado, pero era mas evidente las muertes en video de sus oficiales circulando por internet que sus propios hilos destructivos bajo la sombra.
Se acomodó el cabello con su mano mano derecha y con la otra sostuvo otro cigarro listo para ser encendido. Sin pensar mucho, salió de la comisaría para patrullar un rato, necesitaba alejarse de ese tema por ahora o del contrario colapsaría por la presión que cada día se acumulaba cada vez más sobre sus hombros. Llamó a Volkov por radio para salir juntos, más sin embargo éste no contestó al instante. Un par de minutos mas tarde llegó un mensaje a su celular.
"Estoy en cubierto patrullando por sandy, parece que en el norte hay movimiento, agente del CNI, Viktor Volkov, acompañado de alumnos del CNP en trinomios"
El super-intendente asintió con la cabeza al mensaje, Volkov seguro trairía algo nuevo al expediente del CNI. Cabía destacar que los alumnos no sabían de aquello y pensaban que solo era una inspección de rutina.
Conway pasó el resto de la mañana en la patrulla, haciendo de oficial donut por las calles. La tarde fue mas o menos igual, solo que ahora en el casino. Perdió el tiempo ahí hasta la noche, cuando por fin se dignó a regresar a sus actividades de super-intendente en la comisaria cerca de las 11 de la noche.
Apenas iba acercandose cuando notó un disturbio a lo lejos, una luz naranja podía apreciarse en el cielo en forma de humo, y el ruido de lo que parecia ser una horda se escuchaba cada vez mas fuerte.
Aparcó cerca y corrió para ver que era lo que ocurría. Entonces vió lo que sucedia.
La comisaría del cuerpo nacional de policias ardía en llamas frente a sus ojos, una horda de personas la estaba rodeando mientras agitaban sus puños con furía, gritaban por justicia mientras lanzaban basura a sus puertas.
Lo primero que hizo fue llamar a la radio, pero nadie contestó. Sacó su celular rápidamente para leer los mensajes pero no había nada lo cual le extrañó bastante, mandó un mensaje de voz al contacto de Volkov.
-¿Donde coño estáis? No puedo con esta panda de locos solo! Mando 10-20, espero a toda la puta malla aqui!- enviado el mensaje lo reenvió a todos los contactos que tenía del CNP. A los 10 minutos ya tenía a casi toda la malla ahí, tratando de controlar el caos. Los bomberos ya habían sido avisados y pronto llegarían.
El único que no había vuelto era Volkov, Conway pidió informes sobre los presentes y tal como se lo esperaba los que faltaban ahí eran los alumnos que acompañaban al comisario en Sandy.
Conway al ver a su malla forzando a las personas a abandonar el lugar, corrió dentro de la comisaria todavía envuelta en llamas.
El calor le sofocaba y su piel ardía con las llamas, pero poco le importaba. Greco se dió cuenta de la locura que estaba haciendo Conway al percatarse de su nula presencia afuera. Caminó hasta las puertas y llamó a su superior.
-¡Super-intendente! ¡¿Que cojones hace?! ¡Salga de ahí ya!-
Greco se apresuró a adentrarse también, cuando de pronto vió a Conway entre las llamas tratando de protegerse en medio de lo que antes era la recepción.
El comisario corrió hasta él sin pensarlo y lo ayudó a salir de ese infierno.Afuera y lejos del fuego, ambos cayeron al suelo por el cansancio.
-Tuve que entrar por ellos, no iba a dejarlos sólos...- hiló conway en voz baja, apretando en sus manos las placas de los oficiales caídos Torrente e Ivanov, al igual que las demás placas de los otros agentes.
Greco sonrió débilmente ante eso, Conway nunca los dejaría sólos.
Para las 4 de la mañana el fuego había cesado y la gente se había dispersado. Por fortuna no había agentes heridos ni más bajas que lamentar más que el edificio, el cuál lamentablemente, sufrió un daño en toda su estructura.
Al final, sólo quedaban conway, el comisario greco y un par de bomberos que aseguraban el perímetro con cinta policiaca.
Una hora más tarde recibieron ambos participantes del CNP un aviso por parte de Volkov, donde contaba detalles de una confrontación y sobre que iba directo a un hospital.
El super-intendente no supó más, a las seis de la mañana partió al hospital para encontrarse con Volkov.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
ESTÁS LEYENDO
<M A F I A> GTAV ROLEPLAY
RomanceHoracio y Gustabo la han líado. Luego de una separación, cada uno buscará su propio camino, sin darse cuenta que probablemente el encuentro final sea entre ellos dos. Con uno del lado del CNP y el otro del lado de la mafia. _-_-_-_-_-_-_- Historia i...