"RECLUTAMIENTO"

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Tan lento y descuidado, había hecho tantas cosas ahora que no estaba tan atado de manos que hasta él mismo se sorprendía. Aún recordaba los primeros días sólo, vagando entre el humo y tierra de la ciudad del norte. El calor en el día era tolerable pero en las noches era donde se sentía mas expuesto en el frío.

Hacía mucho tiempo que no caminaba sólo, y entendía que era lo mejor para él en esos momentos. No necesitaba a Horacio metido en más problemas por su culpa.
No necesitaba herirlo más, ni manipularlo a su antojo... Por ello se había mudado a otra ciudad y alejado de su hermano, sabía que la mejor oportunidad que tenía ahí era la de ser policía de nuevo, aunque veía dificil que Conway le metiera en el cuerpo ahora. En fin, dejaría a Horacio a su libertad para poder hacer su propia vida y él tambien poder hacer la suya.

Gustabo a los pocos días olvidó parcialmente el rostro de sus compañeros. Sobre todo el de Conway, jamás pensó que le extrañaría tanto pero es que hasta para estar junto a él la cagaba. En su vida había pensado en el amor, sí, amor, pero no negaría que alguna vez sintió eso por su superior. No amor familiar como el que sentía con Horacio, si no uno mas profundo que le hacia sentir seguro. Se sentía como si ambos se complementaran al final de cuentas, y él estaba seguro de ello,

El tenía muy en claro de que estuvo enamorado en algún momento.

Aunque ahora mismo alejaba esos sentimientos de si mismo, pues lo único que pasaría por ello sería que se desviaría de su nuevo trabajo.

Días después desde que salió de la ciudad, Emilio le contactó para hacerle un nuevo trato en su negocio. El mexicano había sido claro, nada de "chingaderas" y el poder vendría a él como un maldito imán. No era lo que buscaba, pero siempre le había gustado hacer travesuras y ahora que estaba solo podría aprovechar para no enrollar a nadie más, a lo cuál aceptó trabajar con él al instante.
A parte, se ganaría una buena pasta por eso.

Empezó con lo básico, vendiendo de 20 a 30 paquetes de droga entre las calles. No era difícil, al ser alguna vez parte de la policía sabía la forma de trabajar de esta, así que se cuidaba bastante, haciéndolo en lugares y horas claves. A la semana, era el vendedor estrella de el apenas formado cartel de Juárez, con sucursal en Los Santos.

Contaba con un buen dinero, tenía un apartamento y cada vez que podía se divertía con cualquier persona que se le cruzaba.
Tener un pico de oro tenía sus ventajas.

Lo que no sabía, era que Emilio también tenía sus propios planes. No sólo tenía el objetivo de plantar su nombre de su propio cartel, si no que también ansiaba poder y venganza contra el hombre que le había quitado a su hermano.

Emilio iba contra Conway.

Sabía que él sólo no podría hacer nada, pero juntandose con las personas correctas podría avanzar con pasos agigantados. Uno de esos días luego de que Gustabo le entregara su respectiva parte de dinero negro, el mexa se encontró con un sujeto en una cita acordada. Rodeado de armas contra sí mismo habló con ese sujeto amenamente sobre negocios y pronto recibió una oferta por parte de él.
Entrar a la mafia.

Emilio en un principio se negó, pero tan pronto como le dijeron sobre las ventajas que podría tener sobre su negocio éste aceptó.

Cambió algunos hilos, se movió discretamente bajo el ojo de la policía y logró que su cartel creciera mucho más en estas últimas semanas que en los meses de trabajo duro pasados. Se habían consolidado en poco tiempo como los mejores, y milagrosamente la policía todavía no les habían encontrado el rastro.

Gustabo se daba cuenta de todo eso y realmente no se quejaba, a él sólo le importaba hacer su trabajo, por lo cuál no tenía ningún interés ni lazo directo con ellos, aunque de vez en cuando Emilio le hablaba de ellos con una sonrisa de oreja a oreja, haciendo que Gustabo se interesara un poco.

<M A F I A> GTAV ROLEPLAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora