<M A F I A> GTAV ROLEPLAY

"HORACIO"

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La cosa no había ido bien para ambos lados en estos ultimos días. Horacio no había vuelto escuchar de Gustabo desde aquel día en fueron despedidos. Aquello le relajaba bastante, no quería ver a su amigo por un rato.

Sabía que ambos debían darse un tiempo, pero pronto se encontrarían de nuevo.

El crestas se recostó en su cama totalmente desordenada, llevando entre sus brazos a pablito, su cerdo. Inclusive en las condiciones de cerdo, pablito se veía mejor esteticamente hablando que su dueño.

No había tenido ganas de afeitarse, ni de ducharse, ni de comer.  Su rutina ahora se basaba en despertar, beber cerveza, emborracharse en silencio mientras observaba la televisión y finalmente quedarse dormido. Repetía todos los días por las últimas tres semanas.

El haber perdido su trabajo le había dejado mal, muy mal, al final de cuentas había sido su dueño desde años trabajar en el CNP, pero no le había afectado tanto como el desprecio que se había ganado del super-intendente y del comisario volkov seguramente.

Horacio lo consideraba un padre a Conway, no por broma, si no por que de verdad lo creía así.

Su histora nunca había sido contada, su pasado ahora bajo el efecto del alcohol era borroso, pero al menos recordaba su infancia llena de abusos. Miraba hacía atras en su consciencia y no encontraba nada. La única familia que conocía era Gustabo, el sujeto que había salvado hace ya muchos años.

Ahora miraba de nuevo de frente así mismo, y se miraba igual. Sólo.

Soló junto a un cerdo en sus brazos.

Miró a su celular, el cuál había escondido por dias en el cajón de su recámara pero que había decidido mirar luego de tanto tiempo. Miró atentamente la hora: 4:46 A.M.

Tembló por un momento al pasearse por su inicio y  darse cuenta de los 39 mensajes y 24 llamadas perdidas por parte de Volkov.

"6 mensajes más que ayer" pensó.

Se levantó de la cama lentamente, estirando su espalda y tronando sus huesos. Caminó en posición curvada hasta la ventana de un apartamento de mala muerte que había alquilado hace unos dias (pronto se le hecharía por no pagar, de hecho) y se sentó en el balcón de ella. La vista era una mierda, las calles estaban a oscuras y si ponías atención podías escuchar los gritos de alguien que asaltaban, en fin, un barrio peligroso. Lo único que le gustaba de poder mirar a la ventana era el cielo, despejado y con la luna dando su luz justo al lejano mar.

De nuevo revisó el celular, ignorando por completo los gruñidos de hambre que daba su estómago.

Bajó la barra de notificaciones y se detuvo un momento para leer los mensajes.

"Necesito verle"

"Horacio, por favor..."

"Jamás pensé en decirlo, pero realmente le extraño y necesito saber si está bien, por favor dejeme verle"

"Conway no me deja de joder, está muy enojado todavía"

"¿porqué lo hiciste?"