Humillación

903 82 33
                                    

Peter estaba a mitad de su estiramiento final cuando escuchó risas. Escuchó atentamente, intentando diferenciar las palabras entre el sonido de la cinta y la música que se escuchaba en las bocinas. Las personas que se reían o susurraban generalmente lo inquietaban, pero lentamente había superado su paranoia de que la gente se reía de él.

Continuó caminando, pero se volvió extremadamente incómodo. No podía explicar el sentimiento, pero sabía que los chicos de atrás se estaban burlando de él. Su estómago se hizo nudo y su garganta se apretó. Peter quería bajarse de la cinta, pero solo le quedaban un par de minutos. No sabía qué hacer.

Planeando bajarse, presionó los botones que reducían la velocidad. Evitando la situación y el daño ya que Tony había ido a llenar su botella de agua —ya era bastante malo que lo insultaron, pero si Tony estuviera que escucharlo también, se habría sentido aún más humillado.

La canción terminó de sonar, el silencio antes de que comenzara la siguiente le permitió escuchar a los hombres con mayor claridad.

"Me alegro de no verme así", dijo una de las voces. "Está en la pendiente más baja y apenas va a 2km por hora, y está sudando como un cerdo".

Peter miró hacia la pared y trató lo mejor que pudo de ignorarlos mientras pasaba el último minuto. Quería decirles que este había sido su entrenamiento más duro hasta el momento, y que solo había bajado la inclinación para su estiramiento —no era lo que parecía. Ya había perdido cerca de cinco kilos, e iba a perder más. No sabían toda la historia.

"Si. Me daría vergüenza ".

"Si alguna vez me veo tan patético, mátame, amigo".

La cara de Peter ardió. Quería huir del gimnasio, o tal vez incluso de la ciudad. Él quería llorar. Era peor darse cuenta de que se había equivocado; Siempre había pensado que ser insultado era la motivación que le faltaba para perder peso y adelgazar. Al parecer escuchar palabras crueles solo lo ponía triste.

Peter detuvo la cinta y se bajó. Se tomó un momento antes de darse la vuelta, asustado de que los hombres lo vieran de frente y decidieran insultarlo directamente. Su estómago se revolvió cuando se dio cuenta de que Tony estaba allí. Peter rezó para que Tony acabara de volver de llenar su botella y no se hubiera enterado de la situación, pero por su cara estaba claro que había escuchado.

"Pete, ¿qué está pasando aquí?" Tony miró a Peter y luego a los tipos en la fila de máquinas detrás de las cintas de correr.

"Oh, nada", murmuró Peter. "Está bien."

Tony apoyó una mano sobre su hombro. "No, no esta."

"Disculpen". Tony se apartó de Peter y se acercó a los hombres.

Los tipos parecían confundidos cuando Tony se dirigió a ellos. Sus ojos se posaron en Peter y él a su vez se sintió enfermo. Mierda. Odiaba tener sus ojos en él.

"¿Qué pasa?" El que había llamado patético a Peter preguntó.

"Necesitas irte." Tony se cruzó de brazos.

Peter se quedó quieto un par de pasos detrás de Tony. No tenía idea de qué hacer. Odiaba la confrontación.

"¿Por qué? No hicimos nada malo".

"Irrespetar a los miembros del gimnasio viola el contrato y tenemos una política estricta con estas situaciones, una falta es suficiente", explicó Tony. "Es la cláusula contra los gilipollas".

"Tio." El más grande se bajó de la máquina para enfrentarse a Tony.

"¿Quién eres tú?" El hombre trató de sonar intimidante, pero Tony no se inmutó.

Disorder (PeterxTony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora