LA VIDA EN ROMA| JEON. JK

FIESTA.

CAPÍTULO XXIX🌹

Miraba mi reflejo en el espejo buscando algo de lo cual sentirme mal pero era imposible gracias a la ayuda de Melissa y Sook quienes insistieron para ayudarme con el vestido y el maquillaje. Alice la parte baja del vestido era sencillo y me llegaba por debajo de las rodillas los pliegues le daban algo de vuelo al moverme, era de mangas tres cuartos cubría lo necesario y con un bonito estampado de caligrafía en tonos negros y algunos marrones. Las zapatillas eran de estilo charol de punta del mismo color con un tacón número 5. El maquillaje muy natural incluso parecía que ni tenía, solo los sabios eran un tono anaranjado muy suave a decir verdad. Sobre mi cabello no lo tocaron solo fue peinado y rociado por esprit para que algunos cabellos se quedaran en su lugar mientras una cantidad de mechón fue puesto detrás de mis orejas a cada lado.

Hoy por fin era el cumpleaños de la señora Mei y una gran fiesta en su honor había sido preparada por su esposo. Tenía entendido que algunas personas cercanas a ellos estarían invitadas y eso me ponía aún más inquieta. Desde aquí podía escuchar las risas, murmullos y los gritos de los niños corriendo por la casa; ya era hora de que bajara así que sin más tomé el pomo y cerré la puerta.

El eco de mis tacones resonaban en cada paso, baje de apoco las escaleras agarrándome firmemente del barandal como apoyo pues no quería pasar vergüenza. Mire a todos lados sin saber qué más hacer así que me decidí a felicitar a la señora Mei.

— ¡Mírate nada más!—alego muy alegre—estás preciosa Bella, el vestido es hermoso—la abrace felicitandola—Muchas gracias Bella.

—Espero siga disfrutado por más tiempo en compañía de su familia—me quede a su lado mientras ella me informaba de cada persona en la enorme sala donde la fiesta apenas empezaba.

—No quería hacerlo muy grande pero mi esposo es tan terco que hizo lo que se le dio en gana—se quejó.

—Yo creo que él está muy feliz de poder presumirla con sus amigos—ambas reímos y por primera vez pude ver un sonrojo en sus blancas mejillas.

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Estaba sentada mientras miraba alrededor sin saber qué más hacer, Melissa y su hermana estuvieron un tiempo conmigo pero se perdieron junto a sus demás primos: me invitaron pero realmente no me sentía aún en confianza con todos ellos.

—Disculpe hermosa dama, acaso viene acompañada.

—Tan galante como siempre Stefan—este chico sí que sabía cómo lucirse.

—Bueno, no todo el tiempo te encuentras a una belleza en una fiesta familiar—tomó asiento— ¿Por qué tan sola?

Le reste importancia—No sé, creo que no soy tan sociable.