ATAQUES.

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CAPÍTULO XXI🌹








Miraba por la ventana de mi habitación mientras pensaba en cualquier cosa que se me viniera a la mente. El día era algo inestable debido al cambio de estación y de clima en Busan, el viento soplaba con fuerza mientras ráfagas de aire frío te golpeaba. Hace días el asado familiar concluyó de maravilla exceptuando la llegada de mi Padre quien a pesar de ser una alegría para mi familia, era todo lo contrario para mí, no lo odiaba, jamás fue malo conmigo pero el hecho de su ausencia en casi toda mi niñez y parte de mi adolescencia era algo que no podía perdonarle. Ahora venir y decirme hijo y tratar de entablar una conversación como padre e hijo como si siempre fuéramos cercanos era el colmo.

Un hilo helado como si me estuviera restregando un cubo de hielo en toda mi espina dorsal erizo mi cuerpo, el sudor frío que empezaba a transpirar no era nada bueno, esa sensación de desesperación se apoderó de cada célula de mi cuerpo, siento que mi corazón late cual caballo desbocado, la ansiedad y el nerviosismo hacen crecer la sensación de ahogamiento que se ha disparado dentro de mí. El temblor en mis manos me llena desespero e incrementa las ganas de golpear y aventar las cosas con tal de disiparlo, quiero gritar con todas mis fuerzas pero no quiero que esto tome el control de mí.

Camino de aquí para allá como un león enjaulado con la intención de así mantener mi mente distraída de todo aquello que se aferra en mostrarme, esa sensación de asfixia en mi garganta no era nada más que el producto de mi pánico. Ahora es cuando recuerdo las palabras de Jimin sobre no dejar de tomar las pastillas desde ya hace un mes pero me purgaba la idea de mantenerme drogado para sentirme tranquilo y en paz sin que estos ataques se hicieran dueños de mí mismo.

Escupo uno y mil palabrotas, me aferro al mueble frente a mí agachándome hasta quedar en cuclillas mientras pegaba mi frente en la parte frontal de mis manos. Doy respiraciones cada dos segundos pero me era insuficiente, el malestar de querer motivar era incontrolable, así que me levante de ahí buscando entre mis cosas algo con que distraerme así mi cerebro sea capaz de lidiar con la ansiedad y el pánico.

—Mierda—escupo al no poder encontrar nada que me ayude, estoy empezando a perder la poca cordura que me queda.

Vamos Jungkook, no dejes que esto te venza, tu eres más fuerte que esto. Tranquilízate, respira.


Recuerdo las palabras de mi terapeuta y trato yo mismo de redactarlas mientras mis manos se aferran a los lados sujetando mechones de cabello. Respiro con calma una y otra vez, mi cuerpo me dice que no debo moverme que debo quedarme quieto en mi lugar. Logro que mis pulmones se habrán tomando el aire que aspiro. Aun soy inestable pero esa sensación de hormigueo ahora es algo nula, pasa un buen tiempo antes de que abandone mi postura y me levante con cuidado ayudándome con las cosas alrededor como apoyo. Rápidamente me meto en el baño para entrar en la ducha y eso ayude a mi cuerpo a sentirse caliente.

Estoy consciente de que no estoy en mi casa donde importa si me altero sé que nadie lo sabrá, pero de pronto la imagen de Bella y su brazo morado me taladran la cabeza y el mar de emociones regresa.

No puedo.

No termino ni de desvestirme, salgo disparado hacia mi habitación dejando que esto me gane, lo único de lo que soy consciente es de en qué lugar me encuentro. No me importa destruir los pocos recuerdos de mi adolescencia, solo necesito descargar todo este sentimiento y es lo que hago, las almohadas, cortinas, trofeos, retratos, lámparas, espejos, sillas, sabanas, todo lo que veo lo destruyó, gritó con fuerza hasta sentir que mis cuerdas vocales están por desgarrase.

Soy un puto desastre, mi vida se volvió un desastre desde que ella apareció y yo fui culpable por dejarla entrar.

— ¡Jeon!—dos toques en mi puerta.

Mordí mi labio y tape mis oídos. No quería que me escucharan y menos ella, los toques eran insistentes hasta dejé de oírlos. Libere mi labio sintiendo ese extraño sabor metálico de la sangre, respire relativamente pero ya no podía tener control de mi cuerpo.




HAN BELLA

Pasar el día con la señora Yang-min era bastante agradable pues me enseño ah cómo plantar de manera adecuada las rosas. Realmente la familia Jeon no era para nada lo que yo pensaba: refinados, altaneros, que solo hablaban de negocios. Pero me fue dada una cachetada al ver lo sencillos que son a pesar de tener todo a su disposición.

—Creo que ya es hora de almorzar—nos levantamos quitándonos los guantes de jardinería—te importaría avisarle a mi hijo, ya tiene mucho tiempo encerrado en su habitación—informo.

—Con gusto le avisare—me retire avanzando hasta subir las escaleras, tarareaba una canción mientras avanzaba por los pasillos. Al estar en su puerta di dos toques— ¡Jeon!—insistí—Tu madre me pidió que te informará que es hora del almuerzo—guarde silencio por unos segundos—Jeon—dije extrañada.

Entonces tuve la idea de hacerme a un lado y guardar silencio. Espere y espere hasta oír un fuerte ruido que me alarmó y sin pensarlo entre encontrando la misma situación aquel día en el departamento de Jeon. Lo que vi me hizo correr hasta él e impedir que se lastimara.

— ¡Que haces!—grite tomándole las manos— ¡Suelta eso Jeon, te estas lastimando!—forcejee con él.





JEON. JK.

Sentí unas manos más pequeñas tomar las mía impidiéndome seguir lastimándome, sus gritos apenas y podía distinguirlos debido a los zumbidos en mi oreja. Luche contra esas manos hasta lograr sepáralas de mí.

— ¡Déjame en paz!—lance el cuerpo de esa persona con fuerza hacia los muebles, de pronto más personas entraron, mi vista ahora era borrosa por las lágrimas impidiendo ver sus rostros con claridad.

—Cálmate Jungkook, tranquilízate—aquel objeto en mis manos cayó al piso mientras sentí la fuerza de dos personas tomar mi cuerpo.

—¡Llamen al doctor! ¡Rápido!—solo escuche la voz de una mujer.


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Me ando comiendo un sándwich jajajaPues aqui marchantintaz les vengo alterar los nervios

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Me ando comiendo un sándwich jajaja
Pues aqui marchantintaz les vengo alterar los nervios.

Que se le vota medio la canica al jeikei.
Eso le pasa por no tomarse sus chochitos.

Nenas las extrañeeeee.

Haber que sale mas al rato.

Déjenme sus comentarios.

LA VIDA EN ROMA| JEON. JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora