Los amigos de Horacio...Los amigos de Horacio para Volkov era un tema algo complicado, realmente. Había aprendido a lidiar con aquellos hombres en los dos años que llevaba al lado del menor, pero aún así los viernes seguían siendo una tortura para él.
Y es que sin duda los chicos eran unos tremendos toca huevos la mayor parte del tiempo. Lo peor de todo eso era que no podía hacerles nada, no porque Horacio entonces se cabreaba y ellos terminaban mal.
Aún así, por complacer a su novio tenía que ir aquel viernes al cumpleaños de Segismundo. Uno de los chicos que más apegado estaba al menor, eran como hermanos.
Y él no podía arruinar eso, claro que no.
Entonces estaba él ahí, conduciendo tranquilo -dentro de lo que cabía- con Horacio a su lado y con Gustabo en la parte de atrás, porque... ¡Oh! Pobrecito, no tenía quien lo lleve al karaoke.
-Ten cuidado con la envoltura de papas, no quiero suciedad en mi carro -gruñó, viendo como el otro trataba de abrir sin tacto la pequeña bolsa de comida.
Gustabo hizo caso omiso por supuesto, y siguió abriendo y forcejeando como él quería.
-¡Te dije que la abrieras con cuidado, idiota!
-Oops...
La mitad de las papas fritas estaban en el suelo del carro, Volkov sintió como un tick comenzaba a crearse en su ojo izquierdo.
-Recoge la puta basura con la lengua, anda -anunció, mientras detenía el carro un momento.
-Amor...
-¡No Horacio! Que ese imbécil recoja su jodida basura con la boca si no quiere que lo deje acá botado -Viktor haría una rabieta cual niño pequeño. Pero es que no había algo que le molestara más que tener el jodido carro sucio. Y su novio lo sabía.
-Gustabo... Solo no lo hagas con la lengua.
Luego de que el rubio sacara cada patata regada del preciado coche de Volkov; estos continuaron su camino hasta llegar al lugar donde le festejarían el cumpleaños a Segismundo. Ya todos estaban ahí, Emilio, Trujillo, Tonny, Rogelio... Solo faltaban ellos tres.
-¡Pero si es el niño con cara de asustao'! -Segis se levantó de su sitio para saludarlos. Volkov forzó una sonrisa.
-No te abrazaré, mi traje es caro y seguramente tú camisa huele a cabras. -dijo el mayor y como saludo solo le despeinó.
-Tan amable como siempre, ¿Cuando será el día que nos trates como de la familia, Volkov? Para nosotros tú ya eres parte de la mafia sexy -esta vez quien habló fue Trujillo, quien tomaba tranquilo su cerveza.
-El día en el que todos ustedes dejen de ser unos auténticos gilipollas. Y para tí soy comisario Viktor Volkov, no somos aquí putos amiguitos -gruñó lo último sentándose por fin en la mesa a lado de Horacio y tomando la mano de éste para calmarse.
El de cresta entendió el mensaje y tranquilo acarició los nudillos con su pulgar para conseguir que el estrés de su compañero se disipara. Sonrió cuando lo escuchó suspirar de forma bajita.
Todos comenzaron a darle los regalos al gallego. Trujillo le regaló un suéter de lana de oveja tejido por su abuela, Emilio y Tonny le habían dado una bolsa de marihuana porque fue lo único que se les ocurrió, Gustabo le obsequió un dildo con el que había matado por primera vez Horacio y Volkov y Horacio le habían dado una loción, el primero diciendo que ésta era para que dejara de oler a cabra. Rogelio ya le regalaría después algo.
Después de eso, por fin la fiesta comenzaba.
[🍉]
La noche iba realmente divertida, todo mundo estaba sumamente feliz.
Felicitaban a Segismundo incluso si no lo conocían y cantaban canciones que si bien no sabían la letra, ellos intentaban seguirla en la pantalla. Daban vergüenza pero aún así lograban disimuladamente sacarle una risa a Volkov.
Emilio había pedido la clásica, la letra de "sacame la verga Lupe" había aparecido y todos comenzaron a cantar junto al mexicano.
Esos chicos tenían tantas ocurrencias cuando estaban haciendo el capullo.
Pero prestaba más atención más que nada a su novio, quien reía a carcajadas limpias mientras que ahora bailaba con Trujillo y Gustabo la mayonesa. Esa maldita canción lo ponía demasiado feliz y Viktor aún se preguntaba el por qué le gustaba demasiado.
Sonrió él también, porque la risa de Horacio era contagiosa y porque amaba verlo así de feliz junto a sus amigos.Terminó de beber el resto de la quinta cerveza, cuando escuchó que alguien hablaba por el micrófono, una vocecita risueña lo mencionaba entre tantas frases con poco coherencia.
-Quiero ahora... -Horacio intentaba formular frases coherentes en su cabeza y que éstas salieran por su boca. Poco y nada lograba la verdad -Sé que es el cumpleaños de mi mejor amigo, pero hoy aprovechando esto, quiero cantar una canción para aquel hombre hermoso que está sentado en la mesa de la esquina.
Decir que todo mundo volteó a ver a Volkov está de más. Se removió incómodo por las penetrantes miradas que lo analizaban, algunos sorprendidos por ver al comisario ahí sentado.
-Yo sé que te va a gustar la canción, y a ver si con ésto ya me propones matrimonio de una buena vez. ¡Dj ponme la canción, coño!
Por los altavoces comenzó a sonar una canción otaku. Si, en ocasiones podía ser un poco cabrón con él y realmente se sorprendió por pensar que podría ser algo romántico de su parte.
Se encogió en su lugar tratando de pasar desapercibido cuando escuchó que las primeras líneas eran muy mal cantadas y pronunciadas de parte de su novio. Su mano cubrió la parte de sus ojos y cara para que no se viera lo rojo que se estaba poniendo.
los demás integrantes del grupo comenzaban a cantar y bailar, quienes sin que él se enterara habían sacado dos baras fluorescentes rojas y habían comenzado a bailar.
-Vaya panda de subnormales... -murmuró el mayor.
-¡Vamos Volkof, siéntalo, déjese libre! -escuchó gritar a Gustabo
Entonces lo hizo, dejó por ese día de ser el comisario del CNP para solo pasar a ser Viktor. El pringado que también disfruta de aquel grupo de chicos. Aún sabiendo que no eran de su edad exactamente, se rió con ellos, cantó con ellos, disfrutó con cada uno de ellos.
Y más con Horacio, quien contento saltó a sus brazos para poder susurrarle algunas palabras al oído.
-Gracias, solo... Gracias por estás acá a pesar de que ellos no te agraden del todo.
Volkov lo bajó un mento para poder tomar sus mejillas con sus manos, le sonrió de forma sincera y de la misma forma le contestó.
-No importa si tú estás acá, ¿Sabes? Me gusta verte feliz y si tengo que soportar a esos capullos para que tú sonrías así siempre, los puedo llevar a vivir con nosotros. -el de cresta rió por eso y volvió a lanzarse a sus brazos para besarle.
La fiesta aún continuaba, esto apenas comenzaba a tomar color.
[😔]
Voy de mal en peor, me cago en todo 😭🔫
No miento, escribí esta puta mierda en 20 minutos antes de que la idea se me fuera a tomar por culo 😔👊 y quedó muy cringe lo sé JAJAJAJAJAJ
Besitos en el siempre sucio ❤️
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adore you; volkacio.
FanfictionViktor Volkov y Horacio Pérez son una pareja peculiarmente linda, y un tanto rara. Los siete días de la semana tienen marcado lo que harán, porque son una pareja organizada. au; de pequeños relatos de Volkov y Horacio siendo la pareja nunca esperada...