Kilómetros era lo único que los dividía
Él y Ella en el mismo lugar
Sobre una banca, cada quien por su cuenta
Él una vida soñada
Ella una vida miserable
Él con un vaso de café
Ella audífonos y libros
Se unen para contar una bella historia de...
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Llevábamos alrededor de tres horas buscando a mi madre. Después de encontrar a Dick en la banca leyendo, le relaté un poco de lo que había pasado y se ofreció ayudarme a buscarla le mostré una fotografía de mi madre y corrió por su auto para comenzar a buscarla.
Solo quería recuperar a mi madre sana y salva
Le doy mi número de teléfono y cada uno nos vamos por diferentes lados para cubrir más terreno en la ciudad. Subo a mi auto rápidamente y voy a los lugares en donde podría estar, la clínica de las sesiones matutinas, con el psicólogo Derek o en casa pero en ninguno de esos lugares la encuentro, siento como poco a poco voy perdiendo la cabeza.
Ella es mi madre y es la única familia que me queda
Los lugares y el mapa de la ciudad pasan por mi mente y entonces el único lugar al que yo iría para escapar de la realidad sería a casa, así que entendiendo eso me dirigí al cementerio; sabía que ella estaría ahí en la tumba de mi padre y de mi hermano. Estaciono el auto cerca de la entrada y bajo corriendo, recordando el camino de las tantas veces que he venido, solo quiero verla que este bien y regresar a casa. Está sentada enfrente de las dos lápidas, poco a poco bajo el ritmo de mis pies solo para verla hablar un poco animada mientras algunas lágrimas se deslizan por sus mejillas.
- Mamá- le digo despacio mientras me voy acercando
- Oh Raven ¿Qué hora es?- Se ve tan frágil, me siento con ella y la observo atentamente
-No te preocupes por eso madre, yo estoy aquí- La tomo de las manos y entonces vuelve a llorar sobre mi hombro.
-No lo entiendo Raven, ellos deberían de estar con nosotras tenían una larga vida como yo, como tu- sus palabras me duelen, toda nuestra familia está quebrada y tal vez nunca se vuelve a acomodar.
-Mamá, no es tu culpa- Tomo su rostro con las dos manos- No lo es, ellos hubieran querido que siguiéramos adelante que viviéramos la vida que a ellos les arrebataron por eso no me rindo, por eso quiero que estés bien eres lo único que tengo y me preocupo por ti ¿Podrías empezar a preocuparte por ti tu también?- Sé que mis palabras han impactado en ella, se queda pensando en todo lo que le dije y luego asiente despacio.
Nos quedamos unos minutos más contemplando los nombres y las lápidas. Ella se levantó y camino despacio por todo el cementerio, la deje ir para que reflexionara todo lo que había pasado este día. Mientras le mando un mensaje a Dick para decirle que esta todo bien y que no se preocupe.
¿Quieres tomar un café? Digo para olvidar el susto
Le envió una clara invitación y la dirección de mi casa cuando su respuesta fue un si, me subo al auto con mi madre en el copiloto y me dirijo rápidamente a mi casa. En el transcurso del viaje mi madre me empieza a contar que desde hace tiempo que no entra a la ultima sesión y simplemente se va al cementerio a visitarlos, yo solo la escucho atenta y le doy mi mejor sonrisa.
-Si eso quieres, podemos ir juntas a visitarlos- Y con eso su sonrisa se vuelve más grande y asiente. Empiezo a contarle sobre Dick y que vendrá a casa para tomar café, le dije que me había ayudado a buscarla y ella comenzó a molestarme con él.
Hasta ahorita solamente eramos amigos.
Llegamos a casa y él ya estaba ahí en la puerta sentado en las pequeñas escaleras de la entrada. Al vernos se levanto y se aliso la camisa para caminar directamente hacia nosotros. Nos regalo una sonrisa cuando estuvo enfrente de nosotras y mamá comenzó a reír.
- Buenas noches señora Roth, me alegra que este bien nos saco un susto tremendo- Mi madre le correspondió el saludo de mano y luego volteo a verme a mi con cara picara.
-No seas tan formal joven- lo tomo del hombro- llámame Arela, y lamento lo sucedido esta tarde- Y con eso apresuro el paso para entrar en casa- No te quedes mucho tiempo afuera parece que lloverá- entro a la casa y cerró la puerta.
-Muchas gracias por tu ayuda Dick, estaba desesperada- Toma mi mano y hace que todas las palabras se vayan de mi mente, nuestros ojos están conectados y solo puedo suspirar por el increíble momento que acabo de vivir.
-No es nada Rach, hablaste de un café ¿Recuerdas?- Asiento despacio y camino hacia la entrada mientras le hago una señal con la cabeza para que me acompañe.
Mi madre está sentada en la sala mirando la televisión, cierro la puerta que divide la cocina de la sala y comienzo a poner el agua en la cafetera. Lo miro curiosa, él se encuentra mirando algunas fotos familiares que hay en las repisas y los cuadros de pintura de mi padre, me pierdo de nuevo en mis pensamientos recordando algunas cosas del pasado y dándome una grandiosa idea.
-Estaba pensando- Dick voltea a verme- Te haré la especialidad de mi abuelo- me acerco a la cafetera e introduzco el café- Él tenía un restaurante y preparaba el mejor café, solía sentarme a los ocho años a beberlo a pesar de que mamá decía que era muy joven- Dick se sienta enfrente de mi y yo sonrío
- ¿Y cuál es el ingrediente secreto?- Me quedo pensando, no caería en su juego jamás revelaría el secreto de mi abuelo.
-Él decía que era el amor, nadie ha podido recrear su receta solamente yo y ahora serás testigo de eso- Él ríe un poco y comienzo a hacer mi magia, saco algunos ingredientes de la alacena y mis galletas favoritas. En poco tiempo ya tengo dos tazas de café sobre la mesa para degustarlas junto a las galletas.
-Ten- le extiendo la suya- primero debes de sumergir la galleta y después tomarlo- Dick sigue mis pasos y después veo sus gestos cuando lo toma, de verdad son épicos.
-Esto es delicioso Rachel, tu abuelo tenía buen gusto para el café- Sonrío y sé que estoy un poco colorada, nadie me había hecho cumplidos en mucho tiempo.
Pasamos más de dos horas conversando y tomando café, había sido la tarde más gratificante. También habíamos discutido sobre libros y le había prestado un nuevo pues el otro ya estaba por terminarlo.
-Muchas gracias Rachel, mañana te llevaré alguno que tengo yo en mi librero- Me abrazo y al principio me quede paralizada después acepté su abrazo y después lo vi irse en su auto.
No recuerdo la vez última vez que había estado completamente feliz
