El chico del café

Capítulo 3

El poder de la palabra puede ser salvación o destrucción; puedes alentar a alguien a seguir adelante o puedes destrozarlo y acabar con él en un mismo momento. Las palabras son fijas, una vez dichas no puedes cambiar su significado. 

Me había abstenido de ir al parque, después de descubrir que tal vez estaba teniendo alucinaciones fui a un doctor y me realice varios estudios, nada fuera de lo normal. Pero entendí que debo tomar algunas medidas con respecto a mi vida y como quiero vivir así como también en tomar decisiones por mi madre. 

Los doctores han dicho que ella está avanzando demasiado lento por que no pone de su parte y eso se debe al trauma de la perdida de mi hermano, el no asumir que en verdad se ha ido y eso me preocupa bastante; dicen que es posible que sea internada para un chequeo profundo y sin lazos personales que los atan. Mi tía Igna dice que es lo mejor para todos, aunque yo no quiero que se vaya. 

Había sido una de las peores semanas que había tenido en la vida. No había hecho nada de lo que acostumbraba hacer, no comía saludable y definitivamente no dormía bien y mis grandes ojeras en el rostro lo confirmaban. Me sentía extraña, vacía y sin ningún propósito en la vida, pero claro que tenía uno y ese era mi madre. 

En resumen, los conflictos estaban acabando conmigo...

Mamá es la persona más importante que tengo en este momento, no sé que haría si la llegan a diagnosticar como loca o si no me recordara. Siento que poco a poco se olvida de la realidad y siento que no podré con otra despedida familiar, con otra desgracia. 

A veces me pregunto si soy un gran apoyo para ella ¿Ayudan sus terapias? o solamente se dio por vencida y solamente quiere volver a ver a mi hermano y a mi padre en el cielo, no entiendo los motivos por los cuales ella no quiere estar en la vida real conmigo ¿Soy tan mala hija? Lo único que sé, es que no puedo dejar que acabe con su vida. 

Salgo de casa a correr por el vecindario, tal vez un poco de aíre me ayude a calmar la ansiedad que esta creciendo dentro de mi. Observo los arboles de manzanas de la Señora Wilson y la basura que el perro de Don James ha dejado a las afuera de su cerca, siento el viento en mi cara y escucho a los pájaros cantar y todo eso por un segundo me llevan a un paraíso en donde ya no sufro más. 

Cierro los ojos mientras corro, me sé el camino de memoria, entonces veo su rostro en mi mente. Sus ojos azul eléctrico, su cabello negro profundo y sus labios rozados, imagino sus gestos y la mirada tan penetrante que emana de él cada que se sienta en esa banca. 

¿Quieres chico del café? ¿Por qué solamente te veo llegar a la 5 de la tarde? ¿Realmente eres una persona? ¿No estoy loca? No lo he vuelto a ver desde hace mucho tiempo, extraño mirarlo y preguntarme más cosas sobre él ¿Tendrá lunares? ¿Qué música escuchará? ¿Por que sigue esperando a esa chica que probablemente ya le dejo en claro que no lo quiere? ¿Por qué el amor es tan horrible? 

Debemos aprender a que no todos tenemos finales felices

*           *           * 

Subo al auto, son las 4:30 y no tengo ni la menor idea de que hacer. Me queda poco dinero así que no puedo ir de compras o a algún establecimiento, así que la pienso por bastante tiempo y me miro en la espejo ¿Es lo mejor? Enciendo el auto y tomo las mismas calles para llegar a ese parque que esta demasiado cerca. 

Aún faltan 10 minutos para las 5, estoy sentada en mi banca con mis audífonos y la segunda edición del libro que estaba leyendo con anterioridad. Ahora estaba leyendo la versión del hombre, de los pensamientos que tenía cuando estaba con la protagonista y de como al final de cuentas y por razones externas termino enamorada de ella, que tierno. Sin duda los libros donde el personaje masculino expresa sus sentimientos es lo mejor de todo. Volteo a ver disimuladamente hacia aquella banca, pongo pausa a Devuélveme a mi chica de los hombres G para concentrarme en el sonido de mi alrededor. 

Observo todo el parque para no verme tan mal y después observo la banca totalmente vacía ¿No pensaba regresar?  Vuelvo a concentrarme en el parque y en un momento me siento demasiado relajada y vuelvo a mi lectura con tranquilidad. Tal vez en algún momento quizás llegue. 

Ha pasado algo que tiempo, cuando siento que alguien más se ha sentado enseguida de mi. Me siento nerviosa por el simple hecho de saber que hay alguien que puede amenazarme, el sol se está ocultando y quisiera levantarme sin que se de cuenta, pero sé que es imposible. Volteo a ver la banca para saber si está ahí él, bien podría pedirle ayuda pero sigue vacía, agacho la mirada a mi libro y me encojo un poco. 

- Hola- me dice una dulce voz, me hago la desentendida y continuo con mi lectura- quisiera hacerte una pregunta- entonces comienzo a pensar en diferentes respuestas, levanto mi cabeza un poco y lo veo. Su chaqueta blanca, su peinado puntiagudo y sus ojos azules me miran determinadamente, me quedo más muda que otra cosa. 

Comienzo a balbucear claramente nerviosa por saber que él me ha estado hablando y mirando todo esté tiempo y yo no me había dado cuenta. Me paro de la banca y el hace lo mismo, pero no me voy sino que permanezco ahí pegada- Cl-claro ¿Qué sucede?- él alza una ceja y sonríe. 

AMO SU SONRISA  

-No te he visto desde hace varios días, quizás ya son semanas y desde hace tiempo me he estado preguntando algo- hace una pausa algo incomoda para mi y asiento con la cabeza para que continué- ¿Podría saber la razón de tus constantes miradas?- Y entonces ahí siento todo el peso del mundo. Hago como que voy a contestar y solamente salgo corriendo en dirección a mi auto. 

Que Vergüenza  

Él sabía que yo lo miraba intensamente, decidió ignorarme hasta que ya no pudo más. Eres una tonta Rachel, ahora no tienes ninguna oportunidad de salir y conocerlo. 

Vaya pregunta chico del café...

Continuará...